miércoles, 18 de julio de 2018

El arte de no enfermarse

El arte de no enfermarse

 
 
Por Dr Brauzio Varella
Si no se quiere enfermar: “Hable de sus sentimientos”:
Emociones y sentimientos que son escondidos, reprimidos terminan en enfermedades como: gastritis, ulceras, dolores lumbares, dolor de columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos genera hasta el cáncer. Entonces vamos a sincerarnos, ser   confidentes, compartir nuestra intimidad, nuestros, secretos y temores.
El dialogo, el hablar: la palabra es un poderoso remedio y una  excelente terapia.
Si no quiere enfermar: Tome decisiones”:
La persona indecisa permanece en duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, las preocupaciones, agresiones.
La historia humana es hecha por decisiones.
Para decidir es preciso saber denunciar; saber perder ventajas y valores para ganar a otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.
Si no quiere enfermar: Busque soluciones:
Las personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación,  la murmuración, el pesimismo. Mejor es encender un fosforo que lamentar la oscuridad. Una abeja es  pequeña, pero produce lo más dulce que existe.
Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.
Si no quiere enfermar: No viva de apariencias: Quien esconde la realidad finge, hace poses, quiere dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón
Etc. Esta acumulando toneladas de peso. Una estatua de bronce con pies de barro.
Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas.
Son las personas con mucho barniz y poca raíz Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor
Si no quiere enfermar: Acéptese: El rechazo de si mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos de nosotros mismos.
Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a si mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, y destructivos.
Aceptarse, aceptar sin ser aceptado, aceptar las críticas es sabiduría, buen sentido y terapia.
Si no quiere enfermar: Confié: Quien no confía no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas.
Sin confianza no hay inter relación. La desconfianza es falta de fe en sí, en los otros y en Dios.
 Si no se quiere enfermar: no viva siempre triste: El buen humor, la risa, el reposo, la alegría recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de de alegrar el ambiente donde vive. El buen humor nos salva de las manos del doctor.
La alegría es salud y terapia.

Con afecto,
Rubén






lunes, 16 de julio de 2018

Politica: Congreso Peru está dominado por un partido mafioso



El Congreso está dominado por un partido mafioso nacido de una organización criminal

 
El destacado periodista César Hildebrandt y su análisis del escándalo de los audios que implican a jueces, políticos, empresarios e integrantes del Consejo Nacional de la Magistratura. A continuación transcribimos el texto de su columna Matices publicada en el semanario Hildebrandt en sus trece.
Releo cosas de Emilio Romero, Alfonso Quiroz, Basadre. Trato de encontrar la raíz, el gen maldito. ¿Por qué estamos tan podridos? ¿De dónde nos viene la vocación por el fango?
La respuesta más probable es que fue la república la que hizo posible que lo que había sido anecdótico se convirtiera en un mal crónico.
No hay trazos de corrupción en las culturas precolombinas y menos en el siglo y medio de hegemonía incaica. Y la corrupción en la colonia fue constantemente combatida desde España, con relativo éxito. El juicio de residencia al que era sometido el virrey que dejaba de serlo era algo de temer y funcionaba como disuasivo.
Nuestra independencia de España fue la conquista de un ejército mandado por dos sucesivos extranjeros –uno argentino y el otro grancolombiano– y una marina igualmente extraña al mando de dos británicos: Cochrane y Guisse.
Los criollos, herederos de las 300 familias que dominaban la agricultura de la costa, secuestraron la república en la que no habían creído y la hicieron bolsa, botín y patrimonio.
Entre los primeros decretos impuestos por el protector San Martín y el dictador Bolívar estuvo el de amenazar con la pena de muerte a los asaltantes de los fondos públicos. Y no importa lo que diga el chauvinismo de oropel: nuestro primer presidente –nombrado por el Congreso tras la destitución de la junta encabezada por La Mar– fue un traidor que, al momento de asumir Torre Tagle, había establecido contactos con el aún vigente ejército realista. ¿José Mariano de la Riva Agüero y Sánchez Boquete?

De esos miasmas venimos. La república despreció tanto al indio que, según narra Emilio Romero, derogó en 1826 una ley colonial por la que se castigaba tributariamente el abandono de tierras de cultivo por parte de los hacendados. En algunos aspectos, la colonia trató mejor a los pobres rurales del Perú que lo que hizo por ellos la naciente república.
El 21 de noviembre de 1821 el generalísimo José de San Martín impulsó un decreto para premiar con tierras confiscadas a españoles a los jefes del ejército independentista. ¡Y esto que faltaban tres años para la batalla de Ayacucho!
La repartija sanmartiniana nos la cuenta Romero: “Aparece que la hacienda Caucato de Pisco, tasada en 400,000 pesos, se regaló a don Juan García del Río, al Mariscal de Campo Juan Antonio Álvarez de Arenales, al coronel Juan Manuel Borgoño, al coronel Tomás Heres, al coronel Guillermo Miller, al coronel Diego Paroissien, al Intendente Gregorio Lemusa y al coronel Ramón Antonio Deza, más o menos 25,000 pesos por cabeza…”. No peleaban gratis nuestros libertadores.
En diciembre de 1847 el presidente Ramón Castilla dio el primer decreto de la consolidación, gracias al cual se reconocían supuestas deudas que tenían el Estado para con los que habían luchado por la independencia y habían dado dinero, fincas, joyas o lo que fuere. ¡El gran Castilla dio inicio al mayor saqueo autoinfligido de la república!
¿Cómo se probaban esas deudas? No se necesitaba prueba alguna: bastaba la declaración jurada de “testigos”. Al 30 de octubre de 1852 –ya con José Rufino Echenique, padre ancestral del latrocinio como hábito, en la presidencia– esas acreencias tramposas, sigue diciéndonos Romero, llegaron a más de 19 millones de pesos. Muchas de las fortunas extravagantes de la república surgieron de ese dolo. Del mismo modo que otros patrimonios se decuplicaron con el negociado del guano. Romero estipula que en los cuatro años del gobierno del ladrón Echenique el guano rindió 73 millones de pesos pero que en el Presupuesto General de la República sólo figuraron 8 millones (es decir, dos cada año). ¿Se imaginan a qué nivel de inmundicia habíamos llegado?
Junto todos estos datos para recordar en estas breves líneas lo que hemos sido. Esta podre viene de lejos y no podemos fingir ahora ningún asombro. Herederos somos de un país a medio hacer, de una nación deforme, de una anarquía persecutoria y de una propensión por la infamia expresada largamente en nuestra historia. Reelegimos a gentuza, perdonamos lo imperdonable, avalamos abusos, silbamos mientras nos roban y pensamos –oh consuelo– en que sí vamos a estar en el próximo Mundial. Produjimos a Fujimori y le dimos a su hija el manejo de la casa de las leyes. ¿Hay países con retardo mental? Podría ser. Es asunto de que la ciencia haga su trabajo.
No puede asombrarnos que la mugre haya hecho metástasis y que haya dominado al Consejo Nacional de la Magistratura y al Poder Judicial. Lo que debería sorprendernos y reconfortarnos es que todavía haya fiscales y jueces como los que han protagonizado el descubrimiento de estas conversaciones vergonzosas.
Digámoslo claro: tenemos un presidente de emergencia porque el anterior era un pillo en trance de jubilación; padecemos un Congreso dominado por un partido mafioso nacido de una organización criminal liderada por alguien que, después de huir del país, quiso ser senador japonés; Hinostroza Pariachi no es una excepción sino el promedio –con antifaz y pata de cabra– del poder que decide quién debe ir a la cárcel; la ONPE no garantiza nada; el Tribunal Constitucional emite sentencias con tachaduras de liquid paper… ¿Sigo? Ah, es cierto: la gran prensa está interesada en los negocios y los intelectuales hace tiempo que abandonaron la lucha.
Hemos tocado fondo. Necesitamos refundarnos. Dudo mucho que podamos hacerlo. Alguna apatía maligna, alguna mosca tse tse, alguna entretención de multitudes nos hará olvidar pronto el deber de limpiar el país que amamos y que nos devora.
Con afecto,
Rubén


Politica:¿Condenados al eterno retorno?



¿Condenados al eterno retorno?

 
Por José Ugaz Abogado

“Al presidente Vizcarra le corresponde liderar el cambio profundo, no estético, que el Perú necesita”.
"La corrupción está impregnada en nuestras estructuras, se forjó en la matriz de un Estado clientelista, excluyente y extractivo".
La corrupción atraviesa nuestro país. Ha caído otro presidente en medio de un escándalo multicausal: graves conflictos de interés mientras era ministro, un indulto fraudulento para liberar a su predecesor condenado –entre otros delitos– por corrupción y una estrategia de captación de votos de la oposición a cambio de favores políticos. Como ha anotado el historiador Alfonso Quiroz, en la historia del Perú no ha habido ciclos bajos de corrupción, todos han sido altos o muy altos.
Con más de la mitad de los gobernadores regionales investigados por corrupción (y varios presos), la gran mayoría de alcaldes expedientados por la misma razón y los últimos cuatro presidentes de nuestra primavera democrática presos, prófugos o investigados por corruptos, la realidad confirma nuestro devenir histórico. ¿A qué se debe esta situación? ¿Será que corre en nuestro ADN? ¿Estamos condenados a un destino fatal por el hecho de ser peruanos?
 Aunque no existe una respuesta simple a tan complejas preguntas, resulta evidente que la corrupción no es genética. Lo que nos diferencia de aquellos países con bajos niveles de corrupción es que en nuestro caso el problema no es episódico, es sistémico. Ello quiere decir que la corrupción está impregnada en nuestras estructuras, se forjó en la matriz de un Estado clientelista, excluyente y extractivo. Para complicar más el escenario, la corrupción se ha “normalizado”, nos parece natural vivir así, hemos internalizado el “roba pero hace”, justificamos su existencia resignándonos a lo que consideramos nuestro sino inevitable.
Tratándose de un fenómeno estructural, es claro que no se resolverá únicamente enviando a prisión a sus principales actores (lo que ciertamente debe hacerse). Podemos seguir condenando y deteniendo a los corruptos, pero será un esfuerzo vano porque se reproducirán una y otra vez, fortaleciéndose y sofisticándose para sobrevivir. Problemas estructurales requieren soluciones estructurales.
La corrupción sistémica no se elimina desde la justicia. Más allá de la represión, se requieren respuestas que incluyan profundas reformas a un Estado mal armado y, a la par, fomentar un tránsito cultural, desde una tolerancia que oscila entre el cinismo y la frustración, hacia una forma de vida enfocada en el bien común y la integridad como principios.
En ese contexto no es casual que la política esté totalmente contaminada por la corrupción. Si la corrupción es en esencia el ejercicio abusivo del poder, la política es su ambiente natural. Con instituciones políticas débiles, organizadas en base a cultos personales y la capacidad económica de sus miembros, no debe sorprendernos tener los políticos que tenemos. Padecemos una crisis de representación. En lugar de tener líderes que sobresalgan por su ejemplo ético y una trayectoria personal de esfuerzo, capacidad y honestidad, nuestra clase política está plagada de aquellos expertos en la transa, en el toma y daca, la viveza criolla, el floro, la irresponsabilidad a todo nivel.
No es casual que Moisés Mamani, el agente provocador de esta última crisis, sea un falsificador capaz de mentir sin sangre en la cara respecto de su educación y de abandonar a su hija, como lo indica la denuncia de su ex pareja, negándole el derecho a estudiar mientras él declara ser un millonario experto en asuntos de seguridad. Tampoco sorprende que la Comisión de Ética del Congreso esté inundada de casos de parlamentarios que han falseado su pasado y que no se sancione a nadie. Canjear votos por favores o cobrar por negocios privados siendo ministro de Estado se asumen como una forma normal de hacer política.
Podemos convertir esta nueva crisis en una ventana de oportunidad. Al presidente Vizcarra le corresponde liderar el cambio profundo, no estético, que el Perú necesita. Es necesario corregir de una vez por todas el sistema de financiamiento de la política y emprender las otras vitales reformas en educación, inversión y compras públicas, salud, seguridad, etc. El último buen gobierno en más de dos décadas fue uno de transición con un presidente inesperado. Hoy se puede repetir la historia, con la ventaja que el actual presidente tendrá más tiempo que los escasos meses que tuvo el presidente Paniagua.
Con afecto,
Rubén

Decimas al colegio militar



Decimas al colegio militar
 

AL C. M. L. P.

Si pudiera hoy volver
A mi época escolar
Yo lo haría sin dudar
Al colegio militar

Hoy que el tiempo ha transcurrido
Como ríos que han corrido
Bajo puentes sin olvido,
Les confieso que he sentido
Añoranza a lo vivido

Alto el pensamiento
Como una bandera
Es la huella duradera
De un profundo sentimiento
Que ha dejado nuestras vidas
Para siempre muy unidas

Con vistosos gallardetes
Que a su paso van flameando
Oficiales y cadetes
Con orgullo van marchando

Colegio militar Leoncio Prado
Al país tú le has legado
En tus años de existencia
Lo mejor de tu docencia

 Ahhh ¡!! si pudiera yo volver
A mi época escolar
Del colegio militar

SALIDA GENERAL

Que noticia tan genial!!
Dan salida general
Para suerte no han valido
Papeletas de castigo

Me pillaron con un pucho
En la hora del recreo
Y por más que no lo creo
De salida ya me veo

Me pusieron veinte puntos
Más los diez que ya tenía
Al sumarlos todos juntos
Ni el domingo yo salía

Es por eso mi alegría
Porque el sábado en la noche
A un tono voy en coche
Con los patas del salón
Que hacen todo un pelotón

Y el domingo al retornar
Al colegio militar
Mil historias a contar
A la hora de acostar

HORA DE RANCHO

En la hora de almorzar
Del colegio militar
Todos forman sin dudar
Pues no existe ni un cadete
Que su hambre no respete

Paso a paso van marchando
 Y en sus mentes van pensando
Qué menú lo está esperando

Del enorme comedor
Todo bulle en rededor
Van los mozos con las ollas
De lentejas con cebollas
Y a la hora de servir
Todos quieren repetir

Con el rancho no se juega
Pues el último que llega
Es seguro que se friega
Que si algo va a quedar
Es su hambre sin saciar

Y con fondo musical
De una música genial
La canción del cubanito
O la flaca popotito
Todos cantan un poquito

En la hora de almorzar
Del colegio militar,


Jorge Valverde Challe,
XX Promoción, joraival@yahoo.es

 

Con afecto,
Rubén