Hace varios meses que deje de escribir la serie de mis viajes
para atrás debido a circunstancias difíciles que tuve que confrontar que
motivaron mi concentración en la escritura del gran mandamiento. Ahora ya mas aliviado regreso nuevamente
con mi mente al pasado.
Si se da el caso que no estás familiarizado
con mis viajes, antes de proseguir debo
aclarar algo prioritario. Junto con las
facultades de poder regresar en el tiempo y espacio, así mismo se me concedió el poder hablar las
lenguas o el idioma de la gente que
alternaría y de vestirme a la usanza de la época, y de tener el corte del cabello de ellos de tal manera de
poder pasar desapercibido cuando tuviera que convivir con ellos, y si bien mi apariencia seria igual al de
ellos, de igual manera no estaría libre de las enfermedades y
peligros.
Lo que si mantendría mi
intelecto para comprender los componentes de su civilización y de aceptar su
manera de vivir, por mas diferente que fueran
de la mía, siglos adelante.
Se me prohibió, vía de
ser mi y último viaje, el de criticar, aconsejar o sugerir, cualquier forma de
pensamiento, ajeno al de ellos y que no fueran originados por ellos mismos;
porque a la historia le es imposible por si misma de poder cambiar el devenir de los sucesos.
Mi deseo ahora en este
nuevo viaje era poder encontrarme en
algún momento con mi Señor Jesús. Ya tenía planificado mi viaje, y la
información bíblica resulta de suma importancia para el plan de viaje y el
orden de visitas.
Cuando nació
Jesús Palestina formaba parte del Imperio Romano, aunque gozaba de gran
autonomía y tenía su propio rey, en ese momento Herodes llamado el Grande cuyo
reinado nació en medio de guerras y crímenes y se desarrolló de manera igual de
sangrienta (Herodes ordenó asesinar a casi la mitad de su familia), aunque fue
un buen administrador que dejó las arcas llenas y modernizó enormemente su
reino con un enorme plan de infraestructuras. Eso si todo bañado en sangre.
Los judíos profesaban
toda la misma fe, pero estaban divididos entre ellos por múltiples razones de
carácter social, político, religioso
El Nació en Belén, pueblo que se encuentra a 8 km al sur de Jerusalén. José y María se refugian por unos años en
Egipto de la furiosa persecución de Herodes.
De regreso en Palestina, se establecieron en Galilea.
Jesús también paso su niñez y juventud en una aldea de la
montaña, en el obscuro y despreciado
pueblo de Nazaret situado al noroeste de
Naín, en la región de Galilea.
Jesús habito en diferentes lugares durante su
ministerio; Y durante los intervalos que
transcurrían entre sus viajes de un lugar a otro, Jesús moraba en Capernaum, y
esta localidad llego a ser conocida como su ciudad, pues se prestaba muy bien
para ser el centro de su obra de predicación, curación y salvación.
En
Betania Jesús hallaba con frecuencia descanso en el hogar de Lázaro porque no tenía hogar propio, pues dependía de la hospitalidad de sus amigos y
discípulos y en este hogar encontraba una sincera, amorosa y bienvenida y amistad
Entonces recordemos que Jesús nació y vivió en el espacio del Oriente Medio llamado aun hoy Palestina (país de los filisteos).
Desde el año 64 a. C., esta región formaba parte del imperio romano. Históricamente ha recibido diferentes nombres: Judea,
Canaán, Israel,
Tierra
Santa, etc. (aunque cada uno de ellos alude
a realidades geográficas difusas y no estrictamente coincidentes).
Su extensión es de unos 30 mil km² con la forma de un trapecio cuyas bases miden 40 km en el extremo norte y 140 en
el sur, con una altura de unos 250 km. El mar
Mediterráneo lo limita al oeste,
y el valle del río Jordán
al este. Es de gran importancia estratégica por ser paso de comunicaciones y
comercio.
La región es atravesada de norte a sur
por un sistema montañoso de escasa elevación.
El río Jordán
discurre paralelo por la vertiente oriental, con una longitud de 118 km en
línea recta desde su unión con el último afluente hasta el mar Muerto, pero con
un recorrido real de 320 km ya que desciende en forma zigzagueante,
conformando meandros
que le dan desde la altura la apariencia de serpiente. Su
presencia determina la existencia de una fértil llanura que contrasta con el resto del territorio.
Jordán significa ‘el que baja’ porque pasa de una altura
de 520 metros en su nacimiento a una de 392 m bajo el nivel del mar
cuando desemboca en el mar Muerto.
Me dirigí a mi estudio convertido ahora en mi personal aeropuerto y emprendí el
retorno a la región de Palestina, y específicamente a Nazaret. Decidí llegar
primero a esta ciudad debido a que el apóstol Mateo escribe que José y María, al regresar de Egipto y José oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar
de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en
sueños, se fue a la región de Galilea, y
vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que
fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.
Para conocer históricamente a una persona es muy importante conocer el
contexto en que se ha desarrollado su vida. No es lo mismo haber nacido en un
país que en otro, en una cultura que en otra, en una situación política o en
otra. Todas estas circunstancias nos condicionan poderosamente y
configuran mejor nuestra mente.
Alguna elucubración o reflexión antes de regresar:
Me
imagino ver a José como el joven
pretendiente que acude a la casa del padre de María, cuando vivían en
Jerusalén portando una suma de dinero y un contrato de
esponsales, llamado shitre
erusin (redactado por las autoridades y costeado por el futuro
novio), y un pellejo de vino.
En
cuanto entraba en una casa un joven portando estas cosas ya se sabía a qué
venía.
Entonces el pretendiente
discutía con el padre de la chica y con los hermanos mayores el precio acordado
para poder desposar a su hija. María
accedió entonces hubo acuerdo, María y José
y el sellaron su acuerdo de
esponsales bebiendo de misma copa de vino, mientras se pronunciaba una
bendición. Desde ese momento y hasta doce meses después tuvo lugar los esponsales. El momento del inicio de los esponsales se
marco con un regalo de boda (o mohar.
Desde el inicio de los esponsales, la novia fue
tratada como si realmente estuviera casada.
La
unión no podía disolverse excepto por un divorcio legal; el incumplimiento de
la fidelidad era tratado como adulterio; y la propiedad de la mujer pasaba
virtualmente a ser del esposo, a menos que expresamente renunciara a ello.
Es
en estos 12 meses cuando el ángel se le apareció a María diciéndole que dará a
luz a Jesús. Posteriormente José al regresar a la ciudad de Nazaret
de descubre que María estaba encinta, y es cuando él decide dejarla
secretamente para no lastimarla de acuerdo a la ley.
Los
matrimonios se realizaban preferentemente
entre jóvenes, por lo que se estima que ambos eran adolescentes. Quizás
José mayor con 16 años y María de solo 15 años.
Después
de que nace Jesús, parece que se quedaron un poco más de tiempo viviendo en el
pueblo de Belén, tanto para la recuperación de María como del recién nacido.
Y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos.
Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor.
Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra;
Porque han visto mis ojos tu salvación, La cual has
preparado en presencia de todos los pueblos; Luz para revelación a los
gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel. Y
José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él.
Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He
aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y
para señal que será contradicha (Y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad,
Y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.
Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.
Siendo María y José pobres no tenían dinero para disponer de un cordero de un año para la respectiva expiación y solo llevan un palomino y una tórtola. Lo interesante de todo es que Jesús no fue concebido en pecado como el resto de la gente; y no requería perdón alguno, pero por estar bajo la Ley, se tenía que cumplir este mandato.
La Biblia también nos
dice que después
de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a
Galilea, a su ciudad de Nazaret. Y el
niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era
sobre él. El siguiente episodio es cuando Jesús ya tiene 12 años de edad y
asombra a los doctores de la Ley su enorme conocimiento e inteligencia.
Estaba tan ansioso de llegar que no
estaba ya tan seguro si había hecho lo correcto y si había en mi mochila mi
atlas de la época en caso que me perdiera por esos caminos.
Lo que si hice como era mi costumbre antes de mis
viajes, me tome un desayuno como si
fuera a ser el último y muy parecido a los desayunos tipo bufete que nos dan en
los hoteles cuando se sale de vacaciones. Luego de descansar brevemente sentado
en mí estudio, haciendo un poco de tiempo, y como que me relajaba antes de
salir, me venía ciertos pensamientos relacionados con Jesús y lo poco que se
conoce de El antes de su vida adulta. Me
di cuenta que Dios escribe acerca de los espacios de tiempo de una manera
opuesta a lo que nosotros estamos acostumbrados a hacerlo. Recordé lo que El
dice que para Él un día es como mil años y mil años como un día. También pienso
que para Dios lo relatado acerca de la
infancia de Jesús lo considera
suficiente, pero si mucho más importantes
son los a años de su vida adulta, y por eso nos amplia los relatos para
darnos el Evangelio de Jesús. Mirándolo bien, esta práctica tiene mucho sentido
común. La vida del niño Jesús trascurrió
igual que la vida de cualquier niño de Nazaret.
Mira la vida de Estein, por nombrar a
un extraordinario personaje. ¿De qué sirve prácticamente saber de su
infancia? Su vida adulta si fue
importante para el progreso de la ciencia.
Lo que sucede con nosotros es de que
somos muy curiosos y queremos saber todo hasta en los mínimos detalles. También
estamos alienados por la sociedad,
pero tenemos que reconocer que la vida
de Jesús no tiene nada que ver de la manera que vive la gente. El pese a ser
Dios en la carne, no uso para nada sus atributos, hasta el tiempo definido en
que inicio su ministerio.
El nunca fue una especie de Superman,
novela ficticia con la cual la cinematografía nos entretiene; el cual también siendo un Súper Niño,
asombraba a la gente con sus proezas. Sé que la comparación es tonta, pero
apunta a recordar que Dios tiene su razón para no revelar en la Biblia ciertas
cosas y dar énfasis en otros fundamentos.
Llegue a la ciudad de Nazaret del
primer siglo. Observe que Nazaret era pobre y un desconocido rincón de la tierra de Israel,
nunca mencionado en el Antiguo Testamento. Nazaret, que en hebreo significa “la
flor” es como una pequeña aldea del
interior de Galilea en la que viven
apenas unas 60 familias. Confirme lo que dice en
el Evangelio, que Nazaret
es llamada ciudad, del griego "polis", no pueblo del griego
"comé", lo que indica que ya entonces tiene un
cierto tamaño, con algunos cientos de habitantes.
Por estar el
pueblo asentado en una colina, los
campesinos usan como casas las grutas excavadas en las laderas. La pobreza es
extrema.
Las “propiedades” de aquellas familias no pasaban de
un par de esteras de paja, algunas vasijas de barro en las que se guardaba el
grano y el aceite, y algún que otro animal. Nazaret tenía fama de
rudo y primitivo, todo lo contrario a Jerusalén. Me aloje en la casa del rabino
que estaba encargado de la única sinagoga del pueblo, que se llama Adiv que
significa amable. La verdad que hizo merito a su nombre porque me dio
alojamiento y se convirtió en mi guía personal.
La construcción de su casa está formada por dos habitaciones
y un patio, que incluye una cisterna
excavada en piedra y donde se almacenan
el agua de la lluvia. Es la mejor casa del pueblo. Llegada la noche,
después de cenar legumbres cocidas
en aceite de oliva con pan sin levadura,
le explique en detalle quien era, que me llamaba Hadid que era un mercader que
trabajaba en Damasco, y estaba en visita de negocios en una caravana cerca de
Jerusalén.
Además le dije que también estaba de paseo tratando de
conocer la cultura judía.
Luego de conversar de generalidades le
dije-Adiv, necesito que me ayudes a encontrar a José que tiene como oficio la
carpintería. -eso no será ningún problema, porque él es un amigo personal. Si
así lo deseas mañana podemos ir a su casa. Y que de Jesús pregunte.- Adiv agrego el es un buen chico próximo a cumplir
sus 12 años, y ayuda bastante a José en la carpintería. María cocina y cose muy
bien. Mañana comprobaras lo que te comento de ellos.
Antes de acostarnos para dormir yo
descargue de los lomos de mi camello los presentes que le llevaba a Adiv y
también los que llevaba para José, María y Jesús.
Adiv se quedo boquiabierto cuando vio mis
regalos. Le llevaba una gran alfombra persa de varios metros, creo que era de
2.5 x 5 metros especiales para adornar la sinagoga, y otros artículos
personales. También aceites, frutas secas, esencias, pergaminos traídos de
Arabia.
Al día siguiente muy temprano fuimos al
encuentro de ellos. No puedo negar que me sentía sumamente nervioso y también
ansioso. Íbamos caminando con el camello cargando lo regalos.
Yo no hacía nada más que pensar en el
encuentro con Jesús; sabía que todavía era un muchacho de 11 años, pero igual estaba muy emocionado
de poder ver al Hijo de Dios. Que tal
privilegio para mí. Hice un gran esfuerzo por controlar mis emociones, porque
Adiv todavía no tenía claro la verdadera personalidad de Jesús, y yo estaba
prohibido de deslizar cualquier concepto o información que no saliera de ellos
mismos.
La casa de José solo estaba a una hora y media
caminando de la sinagoga, y yo la divise desde lejos, y otra vez
sentí como que el corazón se me alborotaba.
Ya estando muy cerca y de veras me
sorprendió que la casa de ellos si bien era como las otras del pueblo, se podía
apreciar que estaba mejor edificada con dinteles de madera, con buenas puertas
de acceso a la casa y al taller
de
carpintería. Cubría la casa el típico techo de paja bien arreglado. Como
todas las casas del lugar atrás estaba el patio para la cría de aves y otros
animales para su consumo.
Llegamos a la casa y ellos salieron a
recibirnos. Yo llevaba entre mis cosas de primeros auxilios unas pastillas para
el dolor y para tranquilizarme, la cual trague una sin que lo notaran.
Estaban parados primero José luego María y
por ultimo mi Jesús. Hubiera dado lo que sea si hubiera podido tomarles una
foto y tenerla frente a mí en el
escritorio de mi estudio. Locuras que se me ocurren de vez en cuando.
Ya más calmado vi como Adiv se abrazaba
con José y saludaba cariñosamente a María (después supe que él era también de
Belén y quizás parientes lejanos).
Luego Adiv me presento ante ellos, y les
dio mis referencias de mercader, y que estaba de paseo conociendo la cultura
judía.
Luego vino lo que estaba esperando, José
se me acerco y me dijo -Slhalom y me
hizo una venia con la cabeza y la bienvenida a su hogar, lucia con el cabello medianamente
recortado, era alto delgado pero musculoso, debido a sus tareas del campo como
jornalero aparte de carpintero.
Luego se acerco María cubierta su cabeza, cuello y hombros con un
manto blanco bordado quizás por ella misma, que cubría sus cabellos Ella hizo
una inclinación con la cabeza a manera de respeto para sus visitas. Luego se acerco el joven Jesús para saludarme
y también darme la bienvenida. Me miro fijamente, al contrario de María que
casi no me vio por la manera que se estila con el trato con las mujeres; y
esbozo una sonrisa que a mí me pareció haber
sido la sonrisa más importante y carismática, jamás recibida de alguien.
Me contuve de abrazarlo.
Luego lleve a mi animal a la parte de
atrás de la casa, y Jesús le dio agua.
Luego nos lavamos los pies para entrar a la casa. Por dentro la casa se veía
humilde pero arreglada; tenía tres ambientes
medianos en uno de ellos estaba
lo que era el comedor sin mesa ni sillas como ahora se usa, sino que se veía
varios tapices unidos en el suelo a
manera de mesa de acuerdo a la usanza de la época. Al fondo estaban ubicados
los dormitorios. Se dormía sobre paja y se cubrían con pieles de animales y
otros. En el segundo ambiente al lado izquierdo se encontraba la cocina. Para
cocer los alimentos María disponía de una base
gruesa de barro cocido con adobes
a los costados, y encima de ellos tenía dos varas cruzadas de metal donde se colocaba las ollas
de barro. En el espacio que hacían los ladrillos de barro se colocaba la leña
para el fuego.
En el tercer ambiente estaba la
carpintería. Afuera el patio con el pozo de agua.
Yo me encontraba en un estado de gozo de
tal magnitud que no recordaba haber estado así antes, y estaba ansioso por
entregarles los regalos que les había traído.
Me acerque a Adiv y le pedí que les dijera
a ellos que se sentaran en la alfombra un momento para entregarles los
presentes. Los observe que hablaron con él y se sentaron con cara de
desconcierto. Antes de esto yo ya había descargado los regalos del camello. Yo estaba emocionado
y muy contento de poder estar allí con ellos.
Empecé por entregarle a José las cosas que
le había traído: una especie
de garlopa que es un tipo de
cepillo de carpintero para enderezar la madera y que era la novedad
en los carpinteros en Roma. Además
de un variado juego de martillos, cinceles y una plomada con cuerda útil para su oficio.
Además le entregue un pellejo de cabra
con vino
de Valencia. Y un manto gris de
lana de oveja. Y varias túnicas. Deje a José disfrutando de sus regalos.
Luego le entregue a María los suyos:
vestidos, túnicas, un manto grande de lana de oveja, lana, lino, aceite del Asia Menor, perfumes
de Palmira, jengibre, canela, piedras preciosas de Arabia y candeleros de
aceite de Grecia, ollas de barro cocido y pulido de Egipto.
Ella se mantuvo inmóvil y mirando los
regalos que yacían en la alfombra.
Jesús esperaba su turno con curiosidad y
le entregue: varios juegos de túnicas y
vestidos pergaminos de la Tora de Alejandría, tapizados de Babilonia,
pinturas de Roma, higos, nueces y valsamos de Damasco un manto sin costura tejido de
pelo de cabra teñido de color purpura de una raíz tan fina que no
desteñirá jamás aun le caigan intensas lluvias, con la marca de una estrella cocida en su
interior, que demuestra a ser una pieza de
superior calidad.
Y para la casa baje del camello varias alfombras
persas que cubrirían el piso comedor y
dormitorios.
Todos guardaron silencio desplazando su
alegría por un momento, José se levanto
y me dijo: Hadid ¿por qué haces todo
esto sin conocernos ¿ Y qué es lo
que tú buscas y deseas de nosotros?
Yo entonces también
les dije lo siguiente:
Estoy preparado para responderles porque
esperaba sus cuestionamientos (no podía revelarles la verdadera razón de mi
presencia allí). Lamente terriblemente
no poderles decir la verdadera razón de mi viaje, y no poder decirles
que como creyente los amaba sin
cononocerlos físicamente, y que ansiaba verlos como eran en persona.
Mas estuve obligado por las circunstancias
a usar una historia ficticia que calmara sus sospechas hacia mí y me recibieran
en su hogar por un tiempo más hasta que
Jesús cumpliera los 12 años, unos meses más adelante.
Reanude mi argumentación, ellos se
sentaron juno con Adiv : Les dije: Todo sucedió hace dos años cuando viajaba
como mercader en una gran caravana
trabajando para un gran comerciante llamado Hadad. Se me destino una mercancía
para ser vendida en Jerusalén y otros lugares incluyendo Belén. Estando muy
cerca de Belén, nuestra caravana fue asaltada por unos ladrones beduinos.
Robaron todas las mercancías, los camellos, burros y caballos. Mataron a los
guardias y mercaderes y yo fui atacado seriamente y me dejaron medio muerto en
el desierto.
A los dos días desperté de mi
inconsciencia, y sobreviví gracias al auxilio de unos pastores que pasaban por el lugar llevando sus
ovejas de regreso al pueblo de Belén. Me
llevaron con ellos y me cuidaron,
curaron y alimentaron por tres días.
De regreso a Belén me aloje en la casa de
uno de ellos llamado Elías. El se encargo de contactarse con el contador de mi
patrón llamado Erasmo, quien solícitamente nos envió dinero para cubrir todos nuestros gastos. Elías me
cuido por otros tres meses hasta que
recobre mi salud y estuve en condiciones de regresar donde mi patrón que aun
estaba en Jerusalén.
Elías actuó conmigo mostrando mucha compasión, amor y buena voluntad
Sin embargo, les
dje algo muy curioso ocurrió durante mi estadía con Elías.
Primeramente me rebelo que su nombre no
era Elías, y que escogió ese nombre por temor a una eventual represalia de los
que me habían asaltado, ya que sabia o
sospechaba quienes podrían ser. Los asaltantes. No sé porque pero seguimos
tratándonos como si el siguiera siendo
Elías. Unos días antes de marcharme lo
recompense económicamente.
Y de repente empezó a contarme que el
tenia unos parientes que eran de Belén pero que ahora por un tiempo vivían en Nazaret. Y de repente pronunció sus
nombres, diciendo que María, José que era carpintero, y el joven Jesús vivían
aquí.
Luego de un tiempo, me anime a reanudar
mis viajes que me permitan conocer otras culturas, y dado que me enriquecido
por mis años de trabajo, y siendo algo viejo, he querido ser reciproco con
Elías o como se llame, pero al no encontrarlo en su pueblo, decidí hacer algo
bueno con algunos de sus familiares que
podrían estar necesitados.
Por eso es que cuando organice venir a
estas zonas de Galilea, decidí hacer algo de bondad con ustedes en memoria y
agradecimiento a Elías. Es por eso que llegado al pueblo le pregunte a
Adiv por José el carpintero. Y aquí me
tienen muy contento de conocerlo a él y de estar ahora en la casa de ustedes.
Termine diciéndoles, - No se sientan obligados a aceptar los presentes si aun
tienen sus dudas.- Solo les pido me den alojamiento por unos meses es para
poder tener contacto con la cultura de ustedes, y así podrán conocerme mejor.
Guardaron silencio antes de responder, el
cual fue para mí una eternidad. Yo ya no quería salir de esa casa porque había
conocido por fin al joven Jesús. José
rompió el silencio y hablo: -Hadid, como lo ves nosotros una familia humilde y somos pobres. La verdad
que recibir tantos presentes inesperados nos abruma y nos produce cierta
incomodidad, porque algunos de ellos
nunca los hemos usado, y es más, creo que
varios no los necesitamos. Sin
embargo por venir ellos por un gesto de agradecimiento y reciprocidad, no nos
queda sino agradecerte y aceptarlos de buena fe. Así mismo, será para nosotros
un verdadero gusto tenerte por nuestro huésped el corto tiempo que dices
disponer para tu viaje. Yo mire a Adid con una sonrisa de beneplácito, y
respondí que agradecía su
hospitalidad y no los
defraudaría y ahora sabia que para mí se perfilaban tiempos de verdad
importantes y excitantes. (Contuve mi
emoción de poder vivir con ellos unos meses). Esta narración continuara.
Con afecto,
Rubén Ener0 2014
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