Alejandro Villanueva, el primer grande del fútbol peruano
El delantero de Alianza Lima le dio identidad al balompié nacional.
Fuente: Diario UNO
Publicado hace 3 años El 2 de mayo de 2018
Si la identidad del fútbol peruano se basó por años en el juego pícaro, de toque fino, de paredes, tacos, túneles, desborde de habilidad y gran capacidad técnica, todas estas habilidades y talentos los exhibió desde nuestros origenes futbolísticos Alejandro Villanueva, delantero de Alianza Lima y el futbol peruano, considerado por muchos como el primer crack del balompié nacional y el hombre que llevó el concepto y cultura blanquiazul a una cancha de fútbol.
Hijo DE Mamerto y Melchora
Nacido en el callejón Santa Rosa, de la calle Pizarro, en el tradicional barrio limeño del Rímac, el 4 de junio de 1908, Carlos Alejandro Villanueva Martínez e convirtió en el primer gran ídolo del Alianza Lima. Los estrechos callejones de la calle de Malambo fueron testigos de su infancia con su padre Mamerto y su madre Melchora, para luego mudarse con su familia a la Calle Maravillas, en los Barrios Altos; ahí vivió varios años.
La muerte de su padre, en 1913, terminó de hundir a la familia en la extrema pobreza. Alejandro tenía cinco años y ya había nacido su hermano Gregorio. Entonces su madre empezó a trabajar en la algodonera de los Nicolini, donde ganaba apenas dos soles para dar de comer a sus hijos; aun así logró enviar al pequeño Alejandro al Colegio Bravo y luego a la escuela de Ramón Espinoza.Por su contextura larguirucha, su sobrenombre no podía ser otro: “Manguera”, pues medía 1.95 metros.
Sus inicios con la pelota
Sus primeros encuentros con el balón fueron en el de arquero en el Sport Inca. Al mudarse a Maravillas pasó a jugar como zaguero del Nacional Nº 1. De ahí pasó al desaparecido club Teniente Ruiz de la segunda división y con sus vecinos de La Victoria formaron el club Once Amigos. Sin embargo y a pesar de haber recibido muchas ofertas del extranjero, su carrera la desarrolló en el Alianza Lima, en donde se convirtió en el máximo exponente del fútbol criollo, caracterizado por el juego alegre, pícaro y exquisito que hacía delirar a las tribunas. Este tipo de juego fue el que se impregnó en muchas generaciones de futbolistas peruanos y que ha identificado al club victoriano.
Empieza el despegue
En 1926 los futbolistas olímpicos de Uruguay, que dos años antes ganaron medalla de oro en París, visitaron el Perú para disputar una serie de partidos en el estadio del Círculo Sportivo italiano; el joven moreno de 17 años no se perdía ningún encuentro y hasta iba a mirar los entrenamientos, admirado por el juego vistoso y la contundencia de los uruguayos. “Manguera” estaba ávido de aprender.
Para 1927, los aliancistas tenían un equipo encaminado a lograr grandes cosas. Lo vieron jugar en los partidos preliminares por el Teniente Ruíz, y lo pidieron como refuerzo junto con su compañero Demetrio Neyra. El goleador aliancista Guillermo Rivero estaba retirándose, y “Manguera” entró con una determinación de sobresalir. Comenzaba su brillante historia en el Alianza Lima. En ese año, Villanueva debutó exitosamente en Primera División con Alianza Lima.
Anoto al Real Madrid
La llegada el Club Real Madrid causó conmoción en agosto de 1927. Aunque la contundente goleada del equipo español a una selección del Callao no sorprendió a nadie. La expectativa se centró en la pelea que pudiera dar el equipo de Lima que tenía como base al Alianza Lima. Las calles estaban pobladas de hinchas, las azoteas de las casas, postes y hasta árboles alrededor también estaban repletos. En las calles, los primeros automóviles en Lima copaban las vías a la cancha, el presidente Augusto B. Leguía asistía al viejo Stadium Nacional y estaba en juego un trofeo donado por el mismísimo Rey de España, Alfonso XIII. Luego de 90 minutos, el partido terminó empatado 1 a 1, el gol capitalino lo anotó “Manguera”; la algarabía fue general.
Reforzando al Atlético Chalaco
En 1928 Villanueva obtuvo el bicampeonato con Alianza Lima, destacándose por su buena técnica. A partir de allí se convirtió en referente del equipo blanquiazul. Sin embargo, en ese mismo año reforzó al Club Atlético Chalaco, junto a Demetrio Neyra y Alberto Montellanos, en la primera gira de un equipo peruano a Chile. Fue figura destacada en las presentaciones realizadas por los chalacos ante Colo Colo, Unión Deportiva Española, Audax Italiano, San Luis, Santiago Wanderers, Everton, Selección de Valparaíso y en su viaje de regreso, contra el Marítimo de Tocopilla.
Villanueva con la casaca nacional al lado de “Lolo” Fernández.
Los Íntimos de la Victoria
En 1929, Villanueva se acerca a la Federación Peruana de Fútbol (FPF) para solicitar el levantamiento del castigo “a perpetuidad” que había sufrido Alianza Lima – que lideraba en forma invicta, hasta la octava fecha-, debido a que los jugadores aliancistas renunciaron a la selección por motivos económicos. Esto motivó que se les conociera con el sobrenombre de Los Íntimos de la Victoria. “Manguera” reta a un partido a la Selección Peruana de Fútbol, que había sido humillada en el Sudamericano realizado en Buenos Aires con la ausencia de los aliancistas. Alianza Lima vence por 2 goles a 0 y a poco de finalizar el encuentro, el árbitro cobra un penal a favor de Alianza Lima. Villanueva se dispone a patear el penal y voltea el rostro hacia la tribuna occidente, donde se ubicaban los dirigentes de la FPF, luego, sin mirar el balón ni el arco, sin dejar de mirar la tribuna occidente, patea el penal echando la pelota fuera de la cancha, en un gesto de total desaire ante la sanción que habían impuesto los dirigentes. El gesto fue aplaudido por el público asistente. En adelante, los aliancistas jugarían partidos de exhibición en canchas de provincias.
En 1931, ya solucionado el problema con la federación, Alianza Lima consiguió nuevamente el título y Villanueva fue el goleador del campeonato con 16 tantos. El título se repetiría en 1932 y 1933. En 1934, la delantera aliancista anotó 115 goles en 27 partidos.
En esa década eran habituales las giras que hacían los equipos peruanos. En 1935 Alianza Lima viajó a Chile y Villanueva junto a sus compañeros deleitaron con su fútbol pícaro, venciendo a todos sus rivales y ganándose el mote del “Rodillo Negro”, porque demolía a sus rivales y la mayoría de sus jugadores eran afroperuanos. En el equipo destacaban el arquero Juan Valdivieso y la gran delantera conformada por Lavalle, Magallanes, “Manguera”, “Lolo” Fernández (quién reforzó al equipo en esa gira) y “Chicha” Morales. La gira también contempló México, Costa Rica y Cuba.
Su indisciplina y la vida bohemia le fueron pasando la factura y a finales de los años 30 ya no era el mismo y dejó de ser titular. Estaba aquejado por la TBC, una enfermedad muy propia de la época.
Deblaque y triste final
“Manguera” fue un deportista muy querido pero su apego a la vida nocturna era muy conocido.En 1943, se retiró del fútbol en silencio, cumpliendo su juramento; “Jamás dejaré el Alianza, quiero mucho a mi club como para dejarlo”. En su época los campeonatos eran cortos, por ello tan solo jugó 99 partidos oficiales marcando un total de 71 goles en la liga, pero anotó muchos más en los amistosos y en las giras que realizó con Alianza Lima. Se fue pifiado por los hinchas que antes lo habían idolatrado y que no comprendían que el físico ya no le daba para más. “No jugaré más (…) Yo no puedo jugar contra el público”.
La tuberculosis lo consumía, las noches de jarana fueron acabando con él. Le sobrevino la muerte cuando tenía solo 35 años. A las once de la mañana del 11 de abril de 1944, Alejandro Villanueva dejó de existir en el Hospital 2 de Mayo. Se enlutó el fútbol peruano, y su entierro fue uno de los más multitudinarios en toda la historia de Lima. Pero el tiempo haría su trabajo y pondría las cosas en su lugar.La institución aliancista reconoció la trayectoria de su máximo ídolo, inscribiendo su nombre en el frontis de su estadio, ubicado en el barrio de Matute, del populoso distrito de La Victoria.
Cantaron sus glorias
“Manguera” fue inspiración para artistas, y es que el maestro Felipe Pinglo Alva, considerado como el más grande compositor de música criolla, dejó los Barrios Altos, por un tiempo, se fue a vivir a La Victoria donde pudo estar cerca del equipo de sus amores. Pinglo decide resaltar las virtudes futbolísticas del popular jugador a través de versos hechos canción.
En 1932 compone el vals “Alejandro Villanueva”: “Maestro del pase, entre tus pies,/ el balón esclavo tuyo es;/ dominado siempre ha de llegar,/ donde tu saber lo quiere enviar.” Dos años después la polca “Villanueva el As”, que elogia su travesía por canchas de Europa.
“Colón y Curazao, Dublín, Belfast, Beirut,/ Edimburgo, Gloster, Londres, Rotterdam, Praga,/ Munich,/ Berlín, París y Niza con Barcelona y Madrid,/ admiraron tu sapiencia y tuvieron que aplaudir.”
Pedro Espinel, “El Rey de las Polcas”, sintió la muerte de “Manguera” y durante su velatorio compone “Alejandro Villanueva” aunque en ritmo de vals.
“Al despedirse de ti la afición con emoción/ te dicen los que ayer batieron palmas:/ ¡Que siempre vivirás en el recuerdo, / Alejandro Villanueva, que dio lauros al Perú!”
El periodista Roberto Salinas señala que Villanueva se enamoró de los aplausos, los recibimientos, la calidez de la gente, la entrañable amistad con sus compañeros de equipo. Todas esas cosas que le brindaba el vestir la camiseta de Alianza Lima
. En México le ofrecieron cuatrocientos dólares mensuales para que se quedara, pero Manguera los rechazó.
Villanueva disputó con Perú el primer mundial de fútbol en Uruguay de 1930.
Mundialista y Olímpico con la Blanquiroja
“Manguera” debutó con la Selección Peruana a los 19 años en la Copa América de 1927 que por entonces se llamaba Campeonato Sudamericano. Luego jugó el Mundial de 1930 en Uruguay. Ya en su plenitud, participó en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, conformando una de las mejores delanteras de la historia del fútbol peruano: Magallanes, Alcalde, “Lolo” Fernández, “Manguera” Villanueva y “Chicha” Morales. Mostrando un fútbol atildado y aguerrido el equipo peruano alcanzó las semifinales del torneo al vencer a Finlandia 7-3 y a Austria por 4-2, luego de la victoria sobre los austriacos la FIFA ordenó jugar un partido de revancha y sin espectadores, aduciendo irregularidades en el partido, provocando el rechazo y el retiro del equipo peruano. En aquel torneo Alejandro Manguera Villanueva anotó 4 goles (2 a Austria y 2 a Finlandia). “Manguera” Jugó 11 partidos oficiales con la Selección y anotó 6 goles.
El hábil delantero fue campeón de los Juegos Bolivarianos de 1938 con la Selección Peruana, en su última convocatoria con la bicolor. El entrenador inglés Jack Greenwell le pidió que sea su asistente en la Copa América 1939, que campeonó Perú, pero no aceptó.
Selección olímpica peruana que jugó en Berlín en 1936.Villanueva le puso picardía al fútbol peruano reconocida en el mundo.
Jugador habilidoso
Jugando de delantero, Villanueva hizo suya la “chalaca”, que por entonces los limeños la llamaron “La Alejandrina”. También hizo común la “huacha” o el “callejón” para salir de marcas hostiles. La jugada mentirosa, de mirar e inclinar el cuerpo a un lado y mandar la pelota hacia otro, inesperada por el rival. Los toques y triangulaciones los ensayaba constantemente con sus compañeros. Eran muy famosas sus “matadas”: bajaba la pelota alzando la pierna hasta la altura de su rostro, y la hacía llegar quieta al suelo, y lo mismo hacía con la rodilla, el pecho o hasta con la cabeza. Nunca gozó de una gran capacidad física, pero era muy inteligente, caminaba a trancos largos y metía pases milimétricos gracias a su genial puntería. Aunque el gol no era su especialidad, sabía ingeniárselas para estar siempre presente en el marcador.Todos destacaron lo armonioso del fútbol de Villanueva y manifestaron lo valioso de su vibrante aporte al fútbol peruano, al que le brindó personalidad y estilo.
Con afecto,
Ruben
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