Adolfo Suárez Perret
Un jugador de “fantasíal
Adolfo Suarez fue el único peruano campeón peon mundial de billar, en la modalidad de Tres Bandas. Genio de las carambolas, de juego impredecible, poseedor de un gran ataque, excelente capacidad de soluciones y una potente tacada.
Adolfo Suarez es considerado como el mejor billarista peruano de todos los tiempos por su genialidad. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Adolfo ganó para nuestro país todo lo que se puso en disputa, fue campeón bolivariano, sudamericano, latinoamericano, campeón de Europa, campeón de campeones de América, campeón occidental y campeón mundial. Dominó todas las modalidades del billar, Suárez era un tipo carismático, humilde. Antes de participar en el campeonato mundial de 1961, ya se había consagrado como campeón bolivariano en Venezuela en 1951 y posteriormente en 1958 había logrado el titulo sudamericano en Uruguay, dejando una grata impresión que lo sindicaba como el futuro campeón.
Habiendo ganado el derecho de estar presente en el campeonato mundial de 1961 a disputarse en Holanda. Suárez viajó solo, no llevaba el uniforme oficial ni la insignia del Perú, lo hizo con muy poco presupuesto; pero tuvo tan buen desempeño que terminó el torneo como campeón mundial. De esta manera Adolfo Suárez a los 30 años de edad se convertía en el tribandista más joven de la historia en alcanzar la corona mundial. Esa hazaña fue un 21 de abril de 1961 y grabó su nombre en el deporte peruano para la eternidad.
El domingo 7 de mayo se llevó a cabo en el “Nacional” el encuentro de fútbol entre Perú y Colombia por las eliminatorias al mundial de Chile 1962. Suárez fue invitado y salvó la tarde. Justo y merecido fue el apoteósico homenaje que la afición peruana le tributó. En el entretiempo del partido las autoridades deportivas invitaron al gran campeón al centro del campo y cuando su figura se hizo notar, comenzaron los aplausos y embargado por la emoción y llorando agradeció con las manos en alto a los 50 mil aficionados que vitoreaban su nombre en las tribunas.
En la tribuna de honor el ministro de educación, Dr. Alfonso Villanueva Pinillos le impuso los laureles deportivos en el grado de Gran Cruz, la más alta distinción del deporte nacional.
En una de sus entrevistas contó el porqué de su apelativo “mi mamá me iba a buscar al billar y antes de cruzar la calle los patas gritaban «Ahí viene la vieja», y mi mamá se metía y me agarraba a carterazos y me sacaba corriendo –. Baja la voz y sus ojos agarran nostalgia. Por eso me dicen ‘La Vieja’ y ¡Cuidadito! No por otra cosa”.
Lamentablemente, en un viaje que hizo a Ica en su vehículo para efectuar una exhibición, de retorno a lima, sufrió un accidente algo serio por lo que debió ser hospitalizado.
Como consecuencia del percance, sufrió la pérdida de su fuerte y certera tacada, que tantos éxitos le habían brindado. Siguió jugando y muy bien, pero limitado en lograr carambolas que antes las solucionaba sin problemas.
Desafortunadamente Adolfo Suarez Perret falleció el 14 de abril del 2001.
Su apelativo cariñoso era «la vieja», se lo decían por su mamá que iba a buscarlo a los salones de Billar.
Cuando fue la premiación en Holanda, el Rey de este país solicitó el traje de gala y Adolfo no tenía el smoking y tuvo que prestarle el funcionario señor Belaúnde que por fortuna tenía su talla.
Junto con Humberto Suguimitzu y Sixto Jáuregui, constituyen las glorias del billar peruano de las décadas de 70.
Ruben afecto
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