Siempre he
sentido el deseo de recorrer el pasado, no porque no me sienta cómodo viviendo
en mi tiempo, sino que creo sin equivocarme que siempre lo que conocemos ahora, como cualquier asunto
histórico como que está incompleto o
alterado por diversas circunstancias. Entre ellas pueden estar la tendencia involuntaria
de exagerar o minimizar los éxitos o los
fracasos de otros, y al ser trasmitidos con cierto descuido, tanto
el error como la
verdad, van avanzando en el tiempo, como las corrientes marinas atraviesan los océanos.
Y quizás esto
sea porque la historia es una de mis materias favoritas, así que me propuse
preparar mi primer viaje para atrás seleccionando la época, el tiempo y el
lugar de mi próxima aventura.
La gran ventaja
que dispongo para hacer realidad lo que
espero sea una serie continua de viajes es que no requiero del uso de las
aeronaves comerciales modernas incluyendo las espaciales, que ya están programando próximos viajes comerciales
a la luna y otros. El deseo de la gente de hacer turismo no tiene límites ni
restricciones, como es ahora mi caso. Y
solo requiero de mi mente con un importante aditivo de imaginación y buen
humor. Lo que podría considerarse como una pena o ventaja, de acuerdo a como se
le mire, es de que todos mis viajes los emprenderé solo, ya que nadie me puede
acompañar, debido a que todos siempre andan ocupados con los asuntos de su propia vida, y están tan enfrascados en sí
mismos, y así vivas en familia, de
verdad a veces o en ciertos casos te
sientes algo solo. La soledad es útil
pero también lo es algo peligrosa, porque el tiempo se adueña de ti de tal
manera, que se corre el riesgo de volverse más egoísta de lo que ya uno por
capricho lo es. También la soledad es
interesante por disponer de mucho más tiempo para conversar con uno mismo,
aunque esto no te garantice que conoces todo de ti, y creo que algo
si será posible mas, si te dejas.
Pero no estoy
interesado en estudiarme ni nada por el
estilo, sino que al decirte que viajare solo, trate de explicarme o justificarme y le di rollo al
asunto y me puse a competir con Freud.
Lo que si estoy
considerando seriamente, es que por tratarse de mi primer viaje quizás no voy a retroceder mucho si no lo suficiente,
y cuando este mejor equipado y atrevido por la experiencia, entonces no pondré
barreras a mi afán por convivir en algunos de esos tiempos que estudiaba en mis
libros de historia en mi época de
estudiante. Y también siendo ya ahora como la fruta que se cae del árbol por madura,
puedo entender lo que no veía antes, entonces la historia para mí será
actualidad y no habrá nada que me detenga.
Tampoco puedo
negar que enfrentare situaciones antagónicas, difíciles
de digerir por la diferencia de culturas y otros factores y sobre todo de
querer quedarme en el pensamiento, por alguna de las épocas que visite, y de no
querer regresar, por eso, de los que muchos opinan que los tiempos pasados
siempre fueron mejores.
Creo estar bien
equipado para emprender el viaje, porque nada me detendrá si mi razón es
lo suficientemente poderosa.
Además mi decisión es férrea y también estoy
intrigado por las cosas que redescubriré y que podre compartir con la gente de
mi época, si regreso.
Así que
empecé a planificar mi viaje que en
realidad se redujo a revisar en la
historia del mundo, a que época y lugar deseaba regresar. Sabemos que
la historia universal es
el conjunto de hechos y procesos que se han desarrollado en el entorno del ser humano desde su aparición.
Y supongo que se concibe como el inicio de la
historia humana, al momento en que se inventa la escritura
de manera simultánea en diferentes
lugares de la tierra. Esto hace posible la existencia de un medio para difundir
y preservar de manera más duradera el conocimiento adquirido. La escritura a su
vez, se ha convertido en una necesidad fundamental desde la aparición de la agricultura, del desarrollo de asentamientos estables y de la aparición
del comercio. Y esto de la escritura,
instantáneamente en mi mente apareció como un aviso luminoso e intermitente, la palabra Quipus, Entonces,
ya estaba definido a donde iría en mi primer viaje hacia atrás. Me iría a la época del mundo de la
civilización andina, al increíble
Imperio de los Incas.
Despues lei algo acerca de ellos : En el mundo andino se
sucedieron varias fases en las cuales se alternaron reinos unificadores, por
hegemonía indirecta o dominación militar directa, con potencias regionales que
emergieron aprovechando determinados vacíos de poder.
La primera de las grandes potencias que
parecen haber dominado la región, es aquella que se organizo alrededor de Chavín
de Huantar. Una vez derrumbado este núcleo, fue consolidándose
poco a poco el poder de la cultura Tiahuanaco, que controló casi todo el mundo andino gracias a una vasta red de
comercio, y que tuvo su contraparte en la ciudad de Huari, emplazada en
las cercanías del Océano
Pacífico. La cultura Tiahuanaco
fue una civilización preincaica que durante su período de mayor expansión se distribuía en parte de lo
que ahora son Bolivia, Chile
y Perú.
Comprendía casi todo el altiplano denominado meseta del Collao hasta la costa del océano
Pacífico por el oeste y el chapare
por el este. Su capital y principal centro religioso fue la ciudad de Tiwanaku,
ubicado en las riberas del río Tiwanaku en el actual departamento de La Paz en Bolivia.
Otras potencias relevantes a lo largo de la historia del mundo andino, son el
reino de los Moche,
Paracas, Nazca
y Chimú.
La influencia cultural andina rebasó todo esto, llegado a las actuales fronteras peruanas, y se esparció
hacia Chile en una dirección, y hacia Colombia en la otra. En Chile surgieron culturas urbanas tales como
la de los atacameños y los diaguitas. En Colombia, por su parte, prosperó la cultura de los muiscas,
que pronto se reunieron en señoríos militares, siendo el del Zipa de Bacatá
el más poderoso de todos.
En el siglo XV, en el Valle del Cuzco,
se consolidó el poder militar de los quechuas.
Su rey el Inca Pachacútec, que salvó a Cuzco de ser conquistada por los Chancas
en 1438, emprendió una larga serie de guerras contra los reinos vecinos,
sentando así las bases del Imperio inca; su labor no sólo fue militar, sino que también se dedicó a construir
fortalezas y organizar la administración y la religión, creando para esto
último el templo de Cori cancha. El orden fundado por Viracocha resistió casi un siglo entero, hasta
que en 1527, la guerra civil azotó al Imperio inca, enfrentando dos núcleos
imperiales: Quito, al norte, y Cuzco al sur.
La original razón de mi elección de viajar al
Antiguo Perú que tenía que ver con la interesante manera de contar mediante los
llamados Quipos, y realmente yo quería
tener la oportunidad de arribar a un tiempo tranquilo más o menos cultural, por decir algo y de
poder tener la oportunidad de entrevistarme con las personas encargadas de preparar
y manejar los famosos Quipus, más no fue así porque llegue en momentos de
guerra y de conflicto.
Antes de proseguir debo aclarar algo
prioritario. Junto con las facultades de
poder regresar en el tiempo y espacio, así mismo se me concedió el poder hablar las
lenguas o el idioma de la gente que
alternaría y de vestirme a la usanza de la época, y de tener el corte del cabello de ellos de tal manera de
poder pasar desapercibido cuando tuviera que convivir con ellos, y si bien mi apariencia seria igual al de ellos,
igual no estaría libre de las
enfermedades y peligros.
Lo que si mantendría mi intelecto
para comprender los componentes de su civilización y de aceptar su manera de
vivir, por mas diferente que fueran de
la mía, siglos adelante.
Se me prohibió, vía de
ser mi primer y último viaje, el de criticar, aconsejar o sugerir, cualquier
forma de pensamiento, ajeno al de ellos y que no fueran originados por ellos
mismos; porque a la historia le es imposible por si misma de poder cambiar el devenir de los sucesos.
Me dirigí a mi estudio
convertido ahora en mi personal
aeropuerto y emprendí el retorno.
Cuando desperté tenia
ante mis ojos un panorama asombroso, era muy temprano, y estaba sentado a lo
que me parecía una especie de trocha o camino empedrado solo por partes, y en
un lado tenia a la montaña y por el otro un precipicio de más de 500 metros,
del cual suponía que abajo debía de
haber un valle, mas caminando un poco adelante, descarte esta opción, al oír a
lo lejos el estruendo de las aguas de un rio no muy caudaloso. Me pare con
cuidado unos metros atrás del borde del
abismo para apreciar el encanto de esa naturaleza con plantas de cactus con sus
tunas verdes y amarillas, Como el viaje no resulto nada cansador, estaba con
toda la energía para caminar a donde este camino me pudiera llevar, sobre todo
después de semejante desayuno que me había tomado, como si el planeta estaría
por desplomarse. Pero me detuve de mi asombro y me di cuenta que no tenía la
mínima idea de donde estaba en términos geográficos, ni tampoco sabía el tiempo exacto donde había ido a parar.
Decidí buscar en mi bolsa
tejida no de lana de
alpaca sino de lana de guanaco, si no me había olvidado de traer mi brújula, ya
que últimamente andaba más olvidadizo, olvidándome de lo que me había olvidado,
pero no, metí la mano y la pude tocar y di un suspiro de alivio. Reaccione
luego y me di cuenta que por el momento no me serviría ya que no tenia
referencias para guiarme, porque estaba solamente en ese camino sintiendo el
frio del lugar. Ahora decidí continuar por la trocha, ¿pero en qué dirección,
subiría o bajaría por el remedo de camino? Decidí subir en vez de bajar. Me
pareció lógica mi elección, que pese a ser más cansador subir que bajar, el
ruido que hacia el rio al rodar las piedras me sugería que por motivos de
seguridad, la gente habitaría en las zonas altas en vez de las bajas por estar
estas mas descubiertas. Así que emprendí
la subida por lo que parecía una trocha más que camino y me pareció que los que
transitaban por esos lugares lo habían hecho. Una de las bases del éxito
imperial incaico fue la eficiente construcción de casi 28,000 kilómetros de caminos y puentes que unían a la capital
con las diversas zonas. Los chasquis
eran mensajeros cuya misión consistía en llevar órdenes del Inca y noticias a
todas las regiones del imperio. Corrían largas distancias y tenían un sistema
de relevos en el que se pasaban los quipus, que eran instrumentos compuestos de nudos de distintos colores y
formas para llevar la contabilidad y conservar las tradiciones y mantener
informado todo el imperio. Era probable que esta senda fuera una de las rutas de ellos, y yo rogaba
que fuera, ya que de ser así podría encontrarme con un Tambo, que ellos usan para descansar y donde almacenaban provisiones y
comida. Seguí caminando y me puse a
pensar que nombre me pondría cuando me encuentre con los habitantes y eventuales transeúntes. Escogí “Purik” que
significa caminante en la lengua quechua, y recordando mis estudios previos al viaje,
reflexione que había regresado al siglo 15 algo más de 1,500 después de Cristo.
Tuve suerte porque esta trocha era camino de los chasquis porque a lo lejos
divise una especie de choza y que resulto ser un tambo. Ya estaba cerca la
noche cuando llegue a este aposento, y encontré agua en unas vasijas de
cerámica bien cerradas y protegidas,
carne seca de llama
o charqui, habas y maíz secos
para remojar, una cocina de piedra con leña seca, un lecho de paja. Me reí de
contento en este lugar y le di gracias a Dios. Dormí muy bien, pese a que afuera llovía y hacia
mucho frio.
La despertada si
no fue muy agradable, porque en lugar de recibir un beso de mi amada, recibí un
palazo en la mitra que casi me puso a dormir de nuevo, y al abrir mis ojos vi a
un indio de corta estatura que se parecía al ropero de mi tía Antonia. El chato
estaba a punto de zamparme otro golpe, con lo que mi viaje se iba a quedar en
solo la introducción. Así que le grite!! ima nispataq Maqay que significa ¿Por
qué me pegas? Y me trate de levantar del lecho, pero no pude, porque me detuvo
con tal fuerza, como si las tenazas de un cangrejo gigante me abrazaran. Cuando el indio vio que me tenia
dominado, entonces mirándome fijamente
hizo una mueca con la cara como diciendo ¡si te mueves te
reviento! Yo le entendí. Luego fue soltándome con cuidado de que yo lo atacara,
y al ver mi pasividad, se paro y se fue a una esquina del tambo, se paro con
los brazos cruzados y pregunto: ¿Maymantataq hamunki?, lo cual es: de dónde
vienes.
La pregunta me
sorprendió, porque no me pregunto quién eres, por lo que para él era uno más de
ellos pero foráneo, lo cual me tranquilizó, mas y como es obvio no podía decirle que en
realidad venia de muy, pero de muy lejos. Lo observe más tranquilo cuando le
dije que venía de Ariquipay. El asintió
la cabeza, y me di cuenta que sabía de
dónde venía, ya que esa zona pertenece a uno de los suyos más pequeños
del imperio llamado Ontisuyo.
Luego le dije
que me llamaba “Purik” y otra vez asintió la cabeza, dándome a entender que sabía
el significado. Luego me dijo, yo me llamo “Kinti Kenti” porque soy pequeño. En
este momento pudimos conversar fluidamente gracias al don que se me había
otorgado de hablar su lengua.
Luego me dijo: -estamos
en medio de una guerra y yo creí que
eras uno de los guerreros chancas que en este momento asedian el Cuzco para
tomar la ciudad y derribar nuestro imperio.
Luego me confesó
que era un joven Amauta que por las circunstancias del conflicto tenía otras
funciones militares. Me quede perplejo de saber que tenia ante mis ojos a un
joven maestro de la cultura incaica .Luego me dijo-disculpa el palazo que te
di-y yo con la cabeza aun adolorida le respondí-soy cabeza dura y ya me pasara.
Ya no nos separaríamos por un buen tiempo y decidimos regresar juntos para
ayudar allá a resistir el asedio de los chancas.
El preparo un
mate de coca y aso al carbón unos choclos que había recogido, y los comimos con
la carne seca de llama que me resulto
una delicia. Aun era temprano, ya que las cosas habían sucedido muy rápido,
y Kinty dijo que saldríamos temprano al alba.
Pasadas unas horas de haber descansado, decidió contarme lo que estaba
sucediendo con todos los detalles, así que me senté a su costado presto a enterarme
de los acontecimientos previos y actuales de la guerra contra los chancas y
empezó diciendo: ¿Sabes quienes son los chancas? Yo le dije que había escuchado de ellos en mi
tierra, pero lo que si sabía es de que
eran los eternos enemigos pero que siempre estaban dominados por el incanato.
El asintió de nuevo la cabeza, y agrego - me temo que ya no podamos detenerlos
por mucho tiempo. Y continuo -ellos siempre vivieron esparcidos en una parte
de nuestro suyo conocido como Colla
suyo (Y por lo que me explico parece que
se refería a los actuales departamentos de Apurímac y Huancavelica. Continuo
diciendo que los chancas tenían un modo de vida rural, y estaban organizados en
pequeñas poblaciones dispersas y situadas principalmente en los cerros con sus
campos de cultivo a base de andenes en las partes bajas y también entre
elevaciones que van desde 1,500 a 3,800
metros. Sus asentamientos están generalmente amurallados. El continuo su
interesante charla agregando que los chancas eran en realidad un conjunto de
pueblos que se hallaban en continuas disputas, y no tienen una unidad política de gobierno centralizado
bajo un líder regional, salvo en tiempos de guerra, mas si tenían, agrego, su
sistemas de Ayllus. Agrego luego de una pausa-los chancas son los rivales
consuetudinarios de nuestros incas. Luego acoto, hoy estamos peleando para recuperar
una gran parte el Cuzco de las
huestes chancas, gracias al esfuerzo de
nuestro actual jefe militar y soberano
Cusi Yupanqui.
Luego añadió, -
lo que sucedió con Yaguar Huaca fue lamentable y ahora estamos pagando las
consecuencias. Esto fue lo que paso, me dijo mirándome a los ojos y observe en
ellos su pena y rencor, y el prosiguió diciendo: Los chancas hicieron
sacrificios y ceremonias en Apurímac y fueron arengados por Astu Huaraca su
jefe de turno, y un grupo al mando de Malma
e Irapa, se dirigió al Condedesuyo, llegando inclusive hasta Chacas;
otro grupo liderado por Yana Vilca marcho al Anti suyo, sojuzgando las tierras
de los chiri guanos; un tercer grupo conducido por Tomay y Asto Huaraca y además del negociador Huamán
Huaraca se lanzaron a la conquista del Cuzco.
Viracocha y el Inca Urco, conjuntamente con un nutrido
grupo de la nobleza cuzqueña, cedieron a
las pretensiones de los chancas y prácticamente entregaron una parte
del Cuzco.
Kinty agrego con
una notoria muestra de vergüenza y
fastidio, lo que lo llevo a levantar la voz e intensidad de su relato,
diciendo- debo retroceder un poco más para contarles algo más que me llena de
vergüenza, y retomo su relato: Hatun Tópac , después llamado Huira
cocha Inca (quechua:Wiraqucha Inqa, 'el Inca de Huira cocha'), fue el octavo
gobernante del señorío inca. Tomó ese nombre de Viracocha Inca porque aseguró
haber tenido un sueño divino con el dios Viracocha.
Durante su
gobierno conquistó algunos señoríos, hizo algunas obras en la capital (Cusco) y
en las pocas provincias que había.
Aceptó la rendición y entrega de Cuzco ante una embajada Chanca y escapó
con sus hijos preferidos, esposas y sirvientes.
Tras el
asesinato de Yaguar Huáca fue difícil
escoger a un heredero pues muchos de sus hermanos e hijos fueron muertos a su
lado.
No fue hijo de Yaguar
Huácaca, sin embargo fue presentado como tal porque pertenecía a la misma
dinastía de su antecesor: los Hanan.
Conquistó los
señoríos de Yucay y Calca, ahí en Calca construyó su propio palacio. Recibió
ataques constantes de los Ayamarcas y Guaya marcas que logró sofocar exitosamente.
Mejoró la
agricultura y los abastecimientos incas. Amplió las arboledas y la producción
textil, implantó los tocapus (figuras geométricas en la ropa de los nobles).
Viajó al reino
Aimara dejando como inca (vice-gobernante) a su hijo preferido: Inca
Urco. Y al retornar decidió vivir en su palacio de Calca para estar permanentemente
con Curi Chulpi, su segunda esposa a quien amaba fervientemente más que a
ninguna otra.
Durante su
gobierno, los poderosos Chancas le enviaron dos emisarios pidiendo su rendición
y entrega incondicional de sus dominios, incluyendo Cusco, este aceptó y escapó
a Chita junto a sus sirvientes, esposas e hijos.
Tras su
rendición e huida junto con su hijo Inca Urco, abandona al Cusco generando
incertidumbre y confusiones, ya que su
huida y rendición fueron inesperadas.
Kinty termino su
relato y me dijo eufóricamente, ¡! Ahora Cusi Yupanqui, que es otro hijo de Viracocha
lidera la resistencia!! , con el auxilio de Vilca Quirao, ApoQuuiescachi, Urco
Guaranga, y yo que se me encargo de
convencer a otras comarcas vecinas para acudir en ayuda militar a cambio de
darles muchos privilegios si derrotamos y expulsamos del Cuzco a los miserables
chancas. De regreso al Cuzco, después de haber conseguido la ayuda que se me
encomendó, al entrar a este Tambo, me encontré contigo, y si nuestros dioses te
han puesto en mi camino ahora, debe ser para que no esté solo en mi retorno y
nos ayudes en la resistencia del Cuzco del invasor.
Después que
Kinty termino de hablar y se movió para tomar un poco de agua, yo me quede
asombrado de lo que había escuchado, y perplejo por no decir angustiado, de que
en cosa de 10 días, que demoraría nuestra ida al Cuzco, estaría peleando al
lado de Kinti.
Decidimos
ir abañarnos a las aguas termales ya que nos encontrábamos en la zona de Yaku Rupha, ósea de Aguas Calientes. Kinti decidió
también de que saldríamos temprano al amanecer del otro día, Regresamos
de bañarnos en estas fantásticas pozas de aguas calientes y medicinales. Era
increíble el contraste de sumergirse en esas aguas calientes, en medio de un
ambiente muy frio, por lo que había que mantenerse sumergido el cuerpo y solo
con el cuello afuera para no morirse de frio.
A 50 metros discurría un rio con aguas
heladas. Pero las aguas calientes de las pozas provenían de dentro de la
montaña, y no me parecía que hubiera ningún volcán cerca que justifique el
calor de dichas aguas termales.
Nos despertamos
al amanecer y salimos rumbo al Cuzco. Kinti conocía muy bien el camino cual avanzamos en un inicio montados en dos
mulas solo por casi dos días y medio, ya
que el camino se volvió muy tortuoso
llovía mucho por lo que nos podíamos
desbarrancar con mulas y todo . Ahora había que abandonar a los animales y
empezar a andar con cuidado por esta especie de bosque pero de ceja de montaña,
lo cual en partes no era tan difícil de
caminar. Ya habíamos caminado otros cinco días más, disfrutando yo de las
increíbles vistas de paisajes, de las montañas, plantas, de los increíbles amaneceres con el susurro de las aves, y
también de los apoteósicos atardeceres llenos de paz. Kinti que siempre iba
unos metros delante de mí se paro y espero que yo lo alcanzara, y me
dijo-Purik,- hasta ahora solo nos hemos preocupado del camino, para avanzar sin
lastimarnos, pero a partir de ahora debemos de estar alertas de que nos vayan a encontrar un grupo de guerreros
chancas que nunca van solos.
Los dos
cargábamos al hombro una especie de mochilas que eran realidad
unas bolsas tejidas y muy bien hechas, donde aparte de cargar algo de víveres,
llevamos unas hachas y al cinto cada uno
un gran machete que Kinti tenía en el tambo los cual había
afilado tan bien que se podía pelar con facilidad hasta un melón. Luego de
alertarme dijo-conozco una manera de poder ahorrarnos hasta dos días de camino-
¿Y cuál es esa ruta? Le pregunté, a lo
que él con una sonrisa burlona me contesto- muy suelto de huesos,- es muy fácil, cruzaremos la montaña y pasaremos al
otro lado usando unos puentes colgantes de sogas, que si bien ya nadie los usa
por estar algo descuidados nosotros lo usaremos dada la premura por llegar rápido al Cuzco-.
Cuando mi
cerebro proceso lo que acababa de escuchar, mi cuerpo no podía parar de
temblar, al darse cuenta de que caminaría a través de unas tablas amarradas con
sogas, en un puente colgante que se oscilaba con el viento, a por lo menos 900
metros de altura, y que yo sufría de vértigos por la altura
Me puse pálido,
y Kinti me pregunto-¿Purik, te sientes bien? -le respondí que solo estaba algo
cansado y que por eso me había sentado en el suelo, pero la verdad es que estaba
aterrado con la tarea que se me avecinaba. Y Kinty me lo mostro señalándome con
su brazo extendido el puente colgante, el cual al verlo pensé con recelo si
valía la pena arriesgar la vida por ganar solo unas 60 horas, pero en fin no me
quedaba otra sino seguir a Kinti porque él sabía lo que hacía y la verdad que
yo confiaba en el por su empuje y conocimientos. Él noto mi angustia y me dio
ánimos diciendo-vamos Purik, no te aflijas que yo sé lo que hago y te ayudare a
pasar. Entonces aproveche para decirle que la realidad es que me estaba pelando
de miedo de cruzar ese puente por mi horror a la altura. Kinti soltó la
carcajada, y no podía creer lo que yo le decía a manera de convencerlo de que
nos olvidemos de esta loca idea, entonces me agarro de los brazos y mirándome
me dijo –Purik, lo siento, pero yo debo de llegar al Cuzco antes de que los aliados
que he contactado lleguen primero que yo, y Cusi Yupanqui crea que llegan más
enemigos- ¿lo entiendes ahora amigo? Claro que tú puedes desistir y regresar si
lo quieres, pero he visto en ti ciertas aptitudes que nos serán de beneficio
para mi pueblo. Y agrego, yo te ayudare a cruzarlo, y te pondrás este chullo
con el cual te taparas los ojos y yo seré
quien te guiara para que no pises en falso y nos caigamos los dos; así que
siempre miraras el cielo y solo hacia adelante y nunca miraras abajo. Yo le
dije-Kinti, sin ti no podre cruzarlo y confió que lo lograremos, porque me
parece que la férrea voluntad y los desafíos nos es común a ambos. Yo me quede
pensando acerca de que cualidades había visto en mi para considerarme útil para
sus propósitos, quizás más adelante lo sabría. Por otra parte de aptitudes
bélicas o de lucha era un inexperto, y mis estudios secundarios en un colegio militar,
de muy poco me ayudarían. Así que me dije a mi mismo-Purik. Este hombre es un
Amauta,- síguelo sin miedo.
Pasada cerca de
otra hora más teníamos este extraordinario y temeroso puente de sogas con
pequeñas tablas de madera a manera de pazos todos amarrados. En un momento como
un flash de una cámara fotográfica vi en
mi mente el gran puente de Sídney, sobre el mar
construido hace un siglo, con estructuras de acero y fierro, de muchas
toneladas de peso, para unir dos secciones de la ciudad, y por donde pasa el tren
y muchos vehículos. Pero este puente unía a dos montañas nada menos, construido
quizás en el siglo 15, también colgante; ¿Cómo pudieron hacerlo? Creo que su
secreto está escondido en la historia de este gran imperio, y sé que no
podremos encontrarlo. Y menos les creo a esos “historiadores” que fabrican
documentales para la televisión, que muchas veces quieren hacernos creer sus invenciones
o fantasías como realidades.
Tal como dijo
Kinti, me dio el chullo, yo me asegure que mis ojotas estuvieran limpias de
barro, y me puse a orar para que mi Señor nos cuidara de una caída fatal. Kinti
entro primero con la experiencia de haberlo hecho en otras ocasiones. Yo lo seguí
agarrándolo para mantener el equilibrio,
pero dejándolo más o menos libre, de tal manera de que me pudiera guiar; además
me había advertido de que las pisadas debían ser firmes y en el centro de las
tablas para que la peso y presión de nuestros cuerpos mantenga al puente en una
posición paralela, y además nuestro caminar debía ser conjunto, lento y
armonioso, para poder cruzarlo en 45 minutos, y termino adviniéndome de que no me confiara de las
sogas que sirven como pasamanos, porque ya no están en buen estado, por lo que
me sugería que las jalara un poco antes de agarrarlas pero sin tirar de ellas
con fuerza. Lo que me dijo con intensión de aliento y ayuda, en realidad me
puso más nervioso, pero él no lo noto porque ya oraba con mayor intensidad y me
tranquilice.
Yo caminaba como
Kinti me había dicho a sin estorbarlo
y el siempre adelante, y yo
atento a sus pisadas para seguirlo con la mirada solo adelante, y así fuimos
avanzando, haciendo pausas, porque el puente colgante oscilaba por el viento y
nuestro peso. Y cada vez que yo pisaba la tabla y daba un paso adelante, sentía
que sería mi último paso, pero allí iba yo. Al paso de Kinti las tablas
respondían bien, pero a mi paso siempre parecía que se iban a desatar, y así
ocurrió dos veces en que las tablas se desataron y cayeron al hondo del valle.
En las dos oportunidades hice como Kinti me dijo y no me fui al vacio porque
solo pisaba como probando si las maderas estaban bien para luego dar el paso de
avanzada. Ya había pasado una hora y solo estábamos a mitad de camino gracias a
mí que no me atrevía a ir más rápido por la fobia a la altura, aunque ganas no
me faltaban para correr y terminar con este suplicio.
Para remate
empezó a llover, y le dije a Kinti- compañero hasta aquí llego yo, así que
sigue tu camino y que te vaya bien. Kinti me grito fuerte- o vamos juntos o yo
también me quedo acá, y pronto nos caeremos al precipicio si no avanzamos ahora
¡YA! El agua ayudara a las sogas que están resecas a estirarse mejor sin
romperse, créeme por favor ¡Purik!
Reaccione a sus
palabras y renovamos de nuevo la caminata por las tablas y me agarraba de las
sogas del pasamano y los dos aceleramos un poco el paso y por fin llegamos al
final del puente, pero había todavía había que caminar con extremo cuidado porque
solo había una gran roca de más de un
metro y medio de ancho y de cinco metros de largo, con precipicios a
ambos lados
Acá también
pensaba otra vez que era mi último día,
pero Kinti me agarro y pudimos pasar al otro lado de la montaña. Ya en tierra
firme y segura nos abrazamos muy contentos, y Kinti me dijo-Purik me has mostrado tu valentía y
deseos de ir conmigo al Cuzco, porque
nadie que sufre de vértigos por la altura como tu puede haber hecho
esto. No le conteste nada y solo le di
un apretón de manos y me relaje sabiendo que no regresaría mas por acá ni mucho
menos usar de nuevo este puente de locura.
Kinti me dijo-de
cierto que algunos grupos de de los chancas nos deben de haber nos visto, pero
nunca nos alcanzaran por lo que hemos cruzado a
esta otra montaña,- y ahora si
estamos muy cerca de la ciudad del Cuzco.
Como ya habíamos
llegado a las afueras de la ciudad notamos que aun los chancas no habían bajado
aun de los cerros que rodea la ciudad
para atacarla. Kinti estaba ansioso por ver aCusi Yupanqui, para contarle que
la ayuda que había pedido resultado exitosa, ya que venían en ayuda guerreros del señoríos de Yucay y Calca, también venían los Ayamarcas y Guayamarcas
que ya eran aliados después de muchas rivalidades en el pasado; también venia n un grupo guerrero de la zona de Aguas
Calientes, y por ultimo venia mucha gente de los pueblos situados en el área
del rio Urubamba, así como muchos hombres de las alturas del mismo lugar.
Y lo estratégico
de esto, es de que todos arribarían en el curso de esta noche, para estar
listos para pelear si los chancas decidieran mañana atacarnos.
Nos
dirigimos a la casa que Cusi Yupanqui tenia rodeado de sus guardas y asesores
militares, y pasamos por un lugar en las afueras del
pueblo donde habían grandes rocas
esculpidas, y la más interesante era
una de piedra caliza, cortada en
gradientes y con un saliente, como el pedestal de una estatua con la figura de
un animal. Pasamos también por un largo acueducto construido por las
comunidades indígenas, y también cruzamos la increíble
distribución de los conductos de agua al aire libre. Por un momento reflexione
de que la
palabra acueducto como la conocemos tiene su origen, en el antiguo imperio
romano, Aquaeductus (Aqvaedvctvs) y era
la forma habitual con la que se designaba a un conducto que transportara agua,
no importando si era a través de un canal, un puente, una galería o de una
cañería. Pero acá era al aire libre.
Llegamos al
edificio donde Cusi Yupanqui organizaba la resistencia, y la gente al ver a
Kinti le abrieron paso para que entre a
la casa y yo de zampón. Se le mando avisar que Kinti deseaba verlo, y se le
dijo que esperara unos momentos. En realidad, se tardo un buen rato, y mientras
esperábamos Kinti me dijo-mira Purik, tu labor inmediata será que reúnas a toda
la ayuda de guerreros y hombres de campo que estarán esta noche, para que sea
el frente segundo en la resistencia, ya que al frente estará nuestros
guerreros. Tú tienes que recibirlos y alojarlos donde Cusi lo designa después
de hablar con nosotros- ¿con nosotros? Le aclare. Si contesto porque tú ya eres
parte de nuestros aliados, así hayas venido desde lejos,
a lo que me sonríe por dentro. En eso apareció Cusi Yupanqui. Venia rodeado de
sus guardas y asesores; era de mediana estatura, típico andino, de no muy refinada apariencia, y se
le veía ansioso porque no paraba de moverse, sin experiencia de gobierno, y se
le veía mas como líder militar que como el inca que resultaría ser si derrotaba
a los Chancas. El solo hablaba con Kinti
ignorándome por ser un intruso.
Le comunico a
Kinti el lugar específico donde albergaría a todas las fuerzas de ayuda. Y el
Cuzco no
era una ciudad muy poblada En el
apogeo del Tawantinsuyo debe haber tenido entre 225 a 300 mil habitantes. Así
que solo esperaba que en la lucha
participara varios miles nada
más.
Tal como Kinty
me ordeno, recibí a todas las delegaciones las cuales muchas ya habían llegado
con anticipación y otras llegaron al atardecer. Enseguida todas se desplazaron
en la parte central de la ciudad, escondidas dentro las casas de los barrios,
como para pasar desapercibidos.
Muy temprano al día siguiente, el ataque no se hizo esperar
y los Chancas bajaron por el cerro Carmenca hacia el centro de la ciudad y tal
como Cusi Yupanqui había ordenado, los invasores chocaron primeramente con un
frente de hombres guerreros muy bien preparados, con la ventaja de estar
esperándolos muy bien armados con hachas, lanzas y machetes, de tal suerte que
en su primer intento de penetrar por el centro , cayeron entre muertos y heridos como 300
indios chancas y murieron cerca de 50
guerreros locales . Esta gran pelea casi duro hasta el medio día, en que los
sobrevivientes chancas escaparon y regresaron a su campamento.
Mientras tanto
las fuerzas auxiliares de apoyo permanecieron ocultas para defender en el
momento oportuno. Como la geografía que rodeaba
al Cuzco le era favorable, los Chancas tenían que regresar por el mismo cerro o
arriesgarse de avanzar por la parte descampada, y ser fácilmente bloqueados.
Como fue solo un ataque de observación lo que hicieron antes y se retiraron a
su campamento, ahora si las fuerzas cusqueñas esperaban el gran ataque con toda
la fuerza que los chancas disponían. Y otra
vez de madrugada, atacaron los Chancas por segunda vez, y volvieron por el mismo
cerro, pero ahora si atacaron con todo su contingente de varios miles, y la
lucha fue muy sangrienta y feroz porque se trataba de una lucha de cuerpo a
cuerpo. Los cuzqueños no pudieron evitar que los Chancas ingresaran
prácticamente a las estrechas calles de la ciudad, y mientras los invasores
seguían peleando afuera de la ciudad,
Cusi Yupanqui dio la orden para qua las fuerzas de apoyo que eran en un número
de 1, 900 personas bien armadas,
salieran a defender la ciudad. La resistencia fue casa por casa. Los Chancas se
sorprendieron de encontrar más
guerreros y los propios residentes. De esta manera Cusi Yupanqui los ataco por
el frente y cuando entraron a las calles
los encerraron, de tal manera que eran atacados por dos frentes. Hubo feroces
encuentros en todos los barrios especialmente en el barrio Choccoscochona cuyos
residentes se defendían ejemplarmente, así mismo a una valerosa mujer llamada Chañan Curycoca n
lidero la retirada de los Chancas de
todo su barrio. Al final esos dos frentes se convirtieron en cuatro frentes, y
ante la furia de los cusqueños los
invasores tuvieron que retroceder, dejando tirados en el suelo los ídolos y estandartes de Uscovilca y
Ancovilca. Los Chancas huyeron hacia
Icho pampa, siendo perseguidos por los cuzqueños. Sé gano la batalla.
Yupanqui ordeno
fabricar parches para tambores de las barrigas de los Chancas, así como
banquetas de tambor y flautas de sus huesos.
Entonces
Yupanqui fue a Yucay, en busca de su padre llevándole los presentes de guerra,
pero fueron rechazados y pisoteados por Huira cocha, quien hubiera preferido
que Urco fuera el vencedor contra los Chancas.
A su regreso al
Cuzco, Kinti y yo estábamos en el centro de la plaza de la ciudad observando
cómo Cusi Yupanqui era proclamado Inca,
cambiando su nombre por el de Pachacutec, que significa cataclismo o que
remueve el mundo. Su primera orden fue que Inca Urco estaba impedido de
ingresar a la ciudad, e incluso vimos como su propia mujer lo dejo para vivir
con Pachacutec.
Yo. Purik, en la
grandiosidad de la ceremonia, reflexione sobre el nombre escogido por Cusi
Yupanqui, y mire a Kinty y en mi mente le dije-si supieras amigo como este
hombre cambio, mejoro y expandió este gran imperio, y el nombre escogido resulto ser un presagio de la futura labor
que realizo, y que tu disfrutaras en tu vida.
Ahora llegaba el
fin para mí, así que terminada la
ceremonia lo abrase y le dije-ya es tiempo para mí de regresar, porque seguro que en mi casa me
necesitan, pero él me rogo que me hospedara en su casa por unos días, para
poder conversar de asuntos positivos, culturales, y espirituales, que si valen
la pena y no de guerras y tragedias.
No pude resistir
la tentación a semejante invitación aceptándola, y pese a que la palabrita qué
pronuncio-espirituales- me subyugo, también recordé mi promesa dada como condición a mi
viaje, de no interferir en su cultura, porque la historia sigue su curso así
como el devenir de los sucesos.
Con afecto,
Ruben
Con afecto,
Ruben
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