Los compositores de música
clásica del siglo XIX
Johannes Brahms 2
«La música tiene
poder sanador. Tiene la habilidad de sacar a la gente fuera de sí mismas
durante unas horas». Elton
John.
Obra
Estilo e influencias
La música de Brahms parte de unas fuentes clásicas muy claras: el Clasicismo vienés de Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y, sobre todo, Ludwig van Beethoven, quien ejerció una marcada influencia en él y a quien veneraba.
En su casa, un busto de mármol de
Beethoven miraba hacia abajo en el lugar donde componía y algunos pasajes de
las obras de Brahms recuerdan el estilo del compositor. La Primera sinfonía de
Brahms tiene fuertemente la influencia de la Quinta Sinfonía de Beethoven, ya
que las dos obras están en do menor y se mueven con dificultad para terminar en
un do mayor triunfal. El tema principal del final de la Primera Sinfonía
también recuerda al tema principal del final de la Novena de Beethoven y cuando
se le señaló este parecido con Brahms, él respondió que cualquier estúpido podía
verlo.i En 1876, cuando la obra se estrenó en Viena, fue inmediatamente aclamada como «la Décima de
Beethoven». De hecho, la similitud
de la música de Brahms con la de
la última de Beethoven se había notado por primera vez en
noviembre de 1853 en una carta de Albert Dietrich a Ernst Naumann.7273 Su
identificación con la música del período clásico fue tanta que incorporó a muchos movimientos de sus obras las formas de
aquella música.
También admiraba
especialmente a Mozart, tanto que en sus últimos años, según los informes, lo
declaró como el mejor compositor. El 10 de enero de 1896, Brahms dirigió la
Obertura del Festival Académico y los dos conciertos para piano en Berlín, y
durante la siguiente celebración, Brahms interrumpió el brindis de Joachim con
«Ganz recht; auf Mozart's Wohl» («Totalmente cierto, a la salud de Mozart»).74 Brahms
también comparó a Mozart con Beethoven en detrimento de este último, en una carta a Richard Heuberger, en 1896: «La
disonancia, la verdadera disonancia como la usó Mozart, no se encuentra en
Beethoven. Mire Idomeneo. No solo es una maravilla, sino que como Mozart era
todavía bastante joven y atrevido cuando lo escribió, era algo completamente
nuevo. No se podía encargar buena música a Beethoven, ya que solo creaba obras
menores por encargo: sus piezas más convencionales, sus variaciones y cosas por
el estilo».75 Brahms recopiló las primeras ediciones y autógrafos de las obras de Mozart y Haydn e incluso
editaba partituras de las obras que se representaban habitualmente.
Estudió la música de compositores preclásicos, incluidos Giovanni Pierluigi da Palestrina,
Giovanni Gabrieli, Johann Adolph Hasse, Heinrich Schütz, Domenico Scarlatti, Georg Friedrich Händel y, especialmente, Johann Sebastian Bach.
Entre sus amigos se
encontraban destacados musicólogos y, con Friedrich Chrysander, editó una
edición de las obras de François Couperin. También editó obras de Carl Philipp
Emmanuel y Wilhelm Friedemann Bach. Buscó inspiración en el arte del
contrapunto en la música antigua y los temas de algunas de sus obras se
inspiran en fuentes barrocas como El arte de la fuga de Bach en el final fugal
de la Sonata para violonchelo n.º 1 o la cantata Nach dir, Herr, verlanget
mich, BWV 150 del mismo compositor en el tema pasacalles del final de su Cuarta
Sinfonía.76 Peter Phillips (2007) encuentra afinidades entre las
texturas contrapuntísticas rítmicamente cargadas de Brahms y las de maestros
renacentistas como Giovanni Gabrieli y William Byrd. Al referirse a Though
Amaryllis dance de Byrd, Philips comenta que «los ritmos cruzados en esta pieza
emocionaron tanto a E. H. Fellowes que los comparó con el estilo compositivo de
Brahms».77
Por otra parte, la
influencia de los primeros compositores románticos, como Robert Schumann (particularmente,
quien lo alentó como joven compositor), Felix Mendelssohn o Franz Schubert, es
muy acusada. Durante su estancia en Viena en 1862-1863, Brahms se interesó
especialmente por la música de este último.78 La
influencia de Schubert puede identificarse en obras de Brahms que datan de la época, como los dos cuartetos para piano op. 25 y op.
26, y el Quinteto para piano que alude al Quinteto de cuerda y al Gran dúo para
piano a cuatro manos de Schubert.7879 La
influencia de Fredéric Chopin y Mendelssohn
sobre Brahms es menos obvia, aunque ocasionalmente se puede encontrar en sus
obras lo que parece ser una alusión a una
de las suyas (por ejemplo, el Scherzo de Brahms, op. 4, alude al Scherzo en si
bemol menor de Chopin80 y el movimiento scherzo en la Sonata para piano en fa
menor de Brahms, op. 5, alude al final del Trío para piano en do menor de Mendelssohn).81
Brahms se mantuvo fiel
durante toda su vida al estilo del Clasicismo romántico, sin aceptar ninguna de
las novedades que provenían tanto de la escuela francesa de Hector Berlioz,
como de Franz Liszt o de Richard Wagner. Además, si bien en su primera época
predominan los aspectos expresivos más acusados del Romanticismo, a medida que
se acerca a la madurez su música se volvió más introspectiva y más encerrada en
un Clasicismo muy contenido. Por este motivo, fue considerado como un
compositor académico y conservador, si bien este juicio da una imagen falsa de
su música.
Las principales novedades
de Brahms se desarrollan en el interior del propio lenguaje musical. Brahms fue
un maestro del contrapunto. «Para Brahms, ... las formas más complicadas de
contrapunto eran un medio natural de expresar sus emociones», escribe
Geiringer. «Así como Palestrina o Bach lograron dar un significado espiritual a
su técnica, Brahms pudo convertir un canon in motu contrario o un canon per
augmentationem en una pura pieza de poesía lírica».82 Los
escritores sobre Brahms han comentado sobre su uso del contrapunto. Por
ejemplo, de Variaciones sobre un tema de Robert Schumann op. 9, Geiringer
escribe que Brahms «muestra todos los recursos del arte contrapuntístico».83 En el
Cuarteto de piano en la mayor op. 26, Jan Swafford señala que el tercer
movimiento es «demoníaco-canónico», haciéndose eco del famoso minueto para
cuarteto de cuerdas de Haydn llamado La ronda de la bruja.84 Swafford
opina además que «el desarrollo temático, el contrapunto y la forma fueron los términos técnicos dominantes en los que Brahms ... pensó
en la música».85
Junto a su habilidad en el
contrapunto estaba su manejo sutil del ritmo y la métrica. En el caso del
ritmo, son muy característicos de su música las síncopas, los desplazamientos y
la superposición de ritmos binarios y ternarios. Además, en el aspecto formal
Brahms incorporó lo que se ha denominado como variación progresiva, que
consiste en una forma en continuo desarrollo orgánico, que aparece superpuesta
a la estructura clásica tradicional, sin entrar en conflicto con ella, pero
complementándola.86 Todos estos aspectos hicieron que su música influyera decisivamente en compositores del siglo
xx, especialmente en Arnold Schönberg,
que hizo una importante reivindicación de los
aspectos más progresivos y
renovadores de la música de Brahms.87 Schönberg estaba influenciado por él, quien le servía como modelo para teorizar el lugar de la razón en el arte. En lo que se refiere a la armonía, y a diferencia de lo que sucede en Richard Wagner,
la originalidad de Brahms tiende a pasar desapercibida por la apariencia
clásico-romántica de sus composiciones. New Grove Dictionary of Music especula
que su contacto con la música folclórica húngara y gitana cuando era
adolescente lo llevó a «su fascinación de por vida por los ritmos irregulares,
las figuras de tresillos y el uso del rubato» en sus composiciones.88 Según Musgrave, «sólo un compositor lo rivaliza en la naturaleza avanzada
de su pensamiento rítmico, y ese es Stravinski».89
Brahms consideró renunciar
a la composición cuando parecía que las innovaciones de otros compositores en
tonalidad extendida daban como resultado que la regla de la tonalidad se
rompiera por completo. Aunque Wagner se volvió ferozmente crítico de Brahms a
medida que este último crecía en importancia y popularidad, fue entusiastamente
receptivo a las primeras Variaciones y fuga sobre un tema de Händel. El propio
Brahms, según muchas fuentes,90 admiraba profundamente la música de Wagner, confinando su ambivalencia sólo a los preceptos dramatúrgicos de la teoría de
Wagner. Brahms representa el racionalismo, la antítesis del romanticismo
wagneriano. Para el compositor, el desarrollo musical era la consecuencia del
trabajo casi matemático en los intervalos. Sus obras corresponden a
procedimientos racionales.91 Es frecuente que su música se asocie con emociones como la melancolía o la nostalgia y también se ha dicho que su música tiene un carácter otoñal. Todo
ello se ha explicado tanto por su carácter como
por el hecho de que pertenezca a la última etapa del Romanticismo.92 Por
ello, a Brahms se le considera el más clásico de los compositores románticos o de hecho el primero compositor postromántico.
En su trabajo Brahms fue
un perfeccionista. Una muestra de ello es el hecho de que tardase tantos años
en acabar su Primera sinfonía. Algunos expertos opinan que esa sinfonía en
realidad no fue la primera, ya que la primera no había llegado a salir a la luz
por no sentirse satisfecho con ella. Lo que es cierto es que rompía con cierta
frecuencia nuevas composiciones que no estaban a la altura. Brahms fue amante
de la naturaleza. En sus paseos por los bosques que rodean Viena llevaba
siempre caramelos que repartía entre los niños. Hacia los mayores era más bien
hosco, aunque sus amigos le apreciaban sinceramente.
Composiciones
Música de cámara
Cuarteto con piano en sol
menor - 1. Allegro
13:43
Cuarteto para piano n.º 1.
Sonata para dos pianos en
fa menor, segundo movimiento
8:44
Quinteto para piano.
Interpretado por Neal y Nancy O'Doan.
III. Andantino
4:49
Quinteto para clarinete.
Interpretación de William McColl y el Orford String Quartet.
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A Brahms se le reconoce
unánimemente como uno de los compositores más importantes en lo que se refiere
a la música de cámara, género en el que destacó desde su juventud. Sus primeras
composiciones de cámara, como el Sexteto de cuerda n.º 1 op. 18 en si bemol
mayor, o el Cuarteto con piano n.º 1 op. 25 y el Cuarteto con piano n.º 2 op.
26, muestran una gran amplitud y complejidad de ideas que sólo con mucha
dificultad consigue hacer entrar en el molde de la música de cámara. La
culminación de esta primera época se encuentra en el Quinteto con piano en fa
menor op. 34, verdadera síntesis del Clasicismo romántico. Una obra intermedia es
el Trío para trompa, violín y piano op. 40. A partir del Cuarteto de cuerda n.º
1 y el Cuarteto de cuerda n.º 2 op. 51, Brahms se ejercitó en un tipo de
composición más orgánica y cerrada, en el que asimismo comienzan a aparecer
todos los aspectos musicales que apuntan hacia el futuro. A partir de ese
momento, surgieron gran número de obras de cámara de enorme importancia, como
el Cuarteto para piano n.º 3 en do menor op. 60, el Cuarteto de cuerda n.º 3 en
si bemol menor op. 67, las tres Sonatas para violín y piano op. 78, 100 y 108,
las dos Sonatas para violonchelo y piano, o el Trío n.º 2 en do mayor op. 87 y
el Trío n.º 3 en do menor op. 101, o el Quinteto para cuerda op. 88. En sus
últimos años, tras conocer al clarinetista Richard Mühlfeld, compuso una serie
de obras en las que se incluye el clarinete, como el Trío para clarinete,
violonchelo y piano op. 114, las dos Sonatas para clarinete y piano op. 120 y,
sobre todo, el Quinteto con clarinete en si menor op. 115, una de sus
composiciones más importantes.
Música orquestal
Variaciones sobre un tema
de Haydn, tema y variaciones I, II y III
6:11
Versión para dos pianos.
Interpretada por Neal y Nancy O'Doan.
Obertura trágica
13:50
Obertura trágica.
Obertura del festival
académico, op. 80
10:24
Obertura del festival
académico. Interpretada por la Skidmore College Orchestra.
I. Un poco sostenuto —
Allegro (15:09)
15:10
Sinfonía n.º 1.
A diferencia de lo que
sucedió en la música de cámara, Brahms se acercó al género sinfónico con muchas
dudas, intimidado por el ejemplo de Beethoven. Por esto, sus primeras obras
orquestales se apartan del modelo de las sinfonías de Beethoven, como sucede en
la Serenata n.º 1 en re mayor op. 11, y, sobre todo, la Serenata n.º 2 en la
mayor op. 16, en la que ya aparece el estilo característico de Brahms. Otro
buen ejemplo son las Variaciones sobre un tema de Haydn op. 56, compuestas a
partir de una obra anterior para dos pianos. Pero no fue hasta mucho más tarde,
en 1876, cuando se atrevió a finalizar su Primera sinfonía op. 68, a pesar de
que estuvo trabajando durante más de veinte años en ella. Paradójicamente, el
éxito de esta obra tan personal y meditada vino condicionado por una supuesta
influencia de Beethoven que hizo que algunos la llamaran «la Décima», en
referencia a las nueve sinfonías de Beethoven, a pesar de que no hay demasiada
relación con el estilo de Beethoven, sino que se trata de una obra muy
característica del Brahms maduro. Igual éxito alcanzó la Segunda sinfonía en re
mayor op. 73, compuesta al año siguiente. Las sinfonías Tercera en fa mayor op.
90 y Cuarta en mi menor op. 98 son obras que exploran territorios aún más
nuevos en un estilo posromántico, en el que no faltan referencias a la música
antigua. Particularmente, el final de la Cuarta sinfonía muestra una síntesis
muy original y profunda entre el clasicismo romántico y las formas barrocas, a
través de Bach. Las cuatro sinfonías de Brahms constituyen una de las
culminaciones del género sinfónico del siglo xix y se han mantenido
constantemente en lo más alto del repertorio sinfónico hasta la actualidad.
Otro aspecto de su música
orquestal son sus cuatro conciertos, que también son considerados como obras
cumbre del repertorio concertante. El más temprano de ellos es el Concierto
para piano n.º 1 en re menor op. 15, una obra llena de arrebato juvenil y cuya
concepción casi trágica surgió tras el intento de suicidio de Robert Schumann.
En cambio, el Concierto para violín en re mayor op. 77 es una obra de madurez,
llena de expresividad lírica, como el Concierto para piano n.º 2 en si bemol
mayor op. 83. En sus últimos años, compuso el Doble concierto para violín y
violonchelo en la menor op. 102, en el que alcanzó una síntesis entre el
concierto clásico-romántico y las formas concertantes del Barroco.
Brahms compuso además en
el mismo año dos oberturas con un carácter completamente opuesto: la Obertura
del festival académico op. 80, muestra la faceta más humorística de su
carácter, ya que se trata de una pieza solemne basada en canciones
estudiantiles. Por el contrario, la Obertura trágica op. 81 es una obra sombría
y severa.
Música para piano
Brahms fue un gran
virtuoso del piano desde su juventud y además estuvo acompañado por Clara
Schumann, que fue una de las más grandes pianistas de su época. Por ello, no es
extraño que dedicara a este instrumento la parte más sustancial y también más
intimista de su obra. Compuso ya en su juventud sus tres sonatas para piano n.º
1 op. 1, n.º 2 op. 2 y n.º 3 op. 5. A pesar de tratarse de obras tempranas en
las que se advierte la influencia de las sonatas de Beethoven, se trata de una
contribución de gran importancia al género pianístico.
En los años siguientes, se
ejercitó en la composición para piano a través del género de las variaciones:
las Variaciones sobre un tema de Robert Schumann op. 9 fueron el primer
ejemplo, al que siguieron las Variaciones en re mayor op. 21, las Variaciones y
fuga sobre un tema de Händel op. 24. y las Variaciones sobre un tema de
Paganini op. 35. Muy representativas de su primera época e importantes dentro
de toda su producción son las Cuatro baladas op. 10.
En su madurez, Brahms
abandonó las formas musicales grandes para concentrarse en grupos de pequeñas
piezas, como las Ocho piezas op. 76 o las Dos rapsodias op. 79. En sus últimos
años, estas formas breves fueron adquiriendo un carácter cada vez más íntimo y
personal, que se encuentra en sus Siete fantasías op. 116, los Tres intermezzi
op. 117, las Seis piezas para piano op. 118 o las Cuatro piezas para piano op.
119.
El estilo pianístico de
Brahms es muy característico, con un uso generalizado de toda la amplitud del
teclado y una utilización muy expresiva de las notas graves. Es frecuente que
la melodía se encuentre en voces medias y suelen encontrarse en algunas obras
esquemas rítmicos distintos para cada mano, lo que da lugar a superposiciones
muy originales.
Canciones
«Canción de cuna», op. 49,
n.º 4
1:51
«Canción de cuna».
Interpretada por Ernestine Schumann-Heink, con acompañamiento orquestal
(1915).93
Brahms compuso canciones
para voz y piano a lo largo de toda su vida y es uno de los más importantes
representantes de la corriente del lied alemán. Casi todas ellas son canciones
sueltas, no agrupadas en ciclos, con excepciones como el ciclo de La bella
Magelone op. 33 o las Canciones gitanas op. 103. En sus canciones, utilizó
textos muy variados, que abarcaron desde poemas de los grandes clásicos
alemanes, como Johann Wolfgang von Goethe, hasta poetas contemporáneos como su
amigo Klaus Groth. Brahms fue un gran maestro en este género, probablemente en
el que expresó sus sentimientos íntimos con más facilidad. Las canciones de
Brahms se caracterizan por la riqueza de su armonía, una perfecta unidad entre
texto y música, y aunque existe una inmensa variedad, predominan las que
muestran un carácter nostálgico y otoñal que se ha asociado a este músico. Es
difícil encontrar ejemplos que destaquen del conjunto, pero se puede mencionar
«Del amor eterno» (op. 43 n.º 1), la célebre «Canción de cuna» (op. 49 n.º 4),
«Canción de lluvia» (op. 59 n.º 3), «Nostalgia» (op. 63 n.º 9) o «El ruiseñor»
(op. 97 n.º 1). Son muy representativas de su estilo las Dos canciones para
alto, viola y piano op. 91. También compuso una serie importante de volkslieder
o canciones compuestas sobre melodías populares.
Una de sus últimas obras
son las Cuatro canciones serias op. 121 sobre textos de la Biblia que van desde
Salomón hasta San Pablo, en las cuales se encuentran también las
características de su estilo tardío. El registro ideal para la interpretación
de sus canciones es el intermedio, especialmente en la voz de contralto,
recordando además que Brahms sentía predilección por los registros medios en
instrumentos como la viola, la trompa o el clarinete. También compuso diversos
ciclos de canciones titulados Canciones de amor op. 52, para varias voces y
piano, y que abarcan varios ciclos. Estas canciones están compuestas en forma
de vals y tienen un carácter alegre y popular.
Música sinfónico-coral
Canción del destino
15:39
«Canción del Destino» op.
54.
Coro: «Selig sind, die da
Leid tragen»
Un Réquiem alemán op. 45.
Brahms creó diversas y muy
importantes obras para coro y orquesta (sinfonías corales). La principal de
ellas es Un réquiem alemán op. 45. Brahms, que era agnóstico, compuso esta obra
sobre textos bíblicos, pero escogiéndolos de modo que se reflejaran mucho más
los aspectos humanos de la muerte que los propiamente religiosos, por lo que
supone una contribución muy especial al género, ya que no se trata de una misa
de réquiem propiamente dicha. El tratamiento del coro, los solistas y la
orquesta es lírico y expresivo, aunque también existen influencias del oratorio
y del contrapunto barrocos.
Además, en su etapa de
madurez compuso una importante serie de obras para coro y orquesta basadas en
textos de poetas alemanes: La «Canción del Destino» op. 54, sobre texto de
Friedrich Hölderlin; «Nänie» op. 82, sobre texto de Friedrich von Schiller; el
«Canto de las parcas» op. 89 sobre texto de Goethe; o la Rapsodia para alto op.
53, también con texto de Goethe. Otra obra perteneciente a este género es
Rinaldo op. 50, a partir de un texto de Torquato Tasso, obra cercana al género
operístico, en el cual Brahms no compuso ninguna obra.
Danzas húngaras
Danza húngara n.º 5, en
sol menor
3:48
Interpretada por la Fulda
Symphonic Orchestra dirigida por Simon Schindler.
Danza húngara n.º 6, en re
mayor
3:51
Interpretada por la Fulda
Symphonic Orchestra dirigida por Simon Schindler.
Las Danzas húngaras (WoO
1), es un grupo de 21 alegres danzas, basadas su mayoría en temas húngaros. Las
danzas 11, 14 y 16, son originales. Duran entre uno y cuatro minutos. Brahms
originalmente las compuso para piano a cuatro manos y luego arregló diez de
ellas para piano solo, y algunas otras (números 1, 3 y 10) para orquesta. Otros
compositores, notablemente Antonín Dvořák, han orquestado las demás. Quizás la
más conocida es la «Danza Húngara n.º 5» en fa sostenido menor (sol menor en la
versión orquestal). De todas las Danzas húngaras se han hecho innumerables
versiones clásicas, acústicas, con nuevas tecnologías. En ellas se encuentran
algunas de las piezas más populares del compositor y están entre las piezas más
apreciadas.94
Instrumentos
Johann Brahms usó
principalmente pianos alemanes y vieneses. En sus primeros años tocó un piano fabricado
por una compañía de Hamburgo, Baumgarten & Heins.95 En 1856,
Clara Schumann le regaló un piano
Graf, que usó hasta 1873.96 Luego lo
donó a la Sociedad de Amantes de la Música (Gesellschaft
der Musikfreunde); hoy se exhibe en el Museo de Historia del Arte de Viena. Más
tarde, en 1864, escribió a Clara Schumann sobre su atracción por Streicher. En
1873, recibió el piano Streicher op. 6713 y lo mantuvo en su casa hasta que su
muerte.97 Él escribió a Clara: «Allí [en mi Streicher] siempre sé exactamente lo que escribo y por qué escribo de una forma u otra».98
En la década de 1880, para
sus actuaciones públicas, Brahms tocaba principalmente un Bösendorfer. En sus
conciertos de Bonn tocó un Steinweg Nachfolgern en 1880 y un Blüthner en 1883.
Brahms también usó un Bechstein en varios de sus conciertos: 1872 en Wurzburgo,
1872 en Colonia y 1881 en Ámsterdam.99
Brahms y Clara Schumann
Clara Schumann en 1853.
La relación de Brahms con
Clara Schumann se remonta a la primera etapa de su vida, si bien ella ya estaba
casada con Robert Schumann. El músico llegó a la vida del matrimonio como
concertista y pronto iniciaron una cordial relación. Brahms era frecuentemente
invitado a comer y se llevaba bien con los hijos de estos. Sin embargo, con
Clara poco a poco fue fraguando una profunda relación intelectual y artística
que adquirió tonos amorosos. Así, Brahms le escribió:
Eres para mí una amiga tan
querida que no puedo expresarlo... Si esto continúa así, tendré que colocarte
algún día detrás de una vitrina o ahorrar para poder engarzarte en oro.100
Brahms solía presentarle a
Clara sus obras antes de estrenarlas; muchas veces ella fue la dedicataria de
las mismas y encargada de estrenar algunas de las obras pianísticas y tocaron
juntos en varias ocasiones. Los sentimientos hacia ella fueron revelados a su
amigo el violinista Joseph Joachim en una carta:
Creo que no la respeto y
admiro tanto como la amo y soy presa de su hechizo. A menudo debo contenerme
con fuerza para no rodearla en brazos en silencio e incluso... no sé, me parece
tan natural que ella no lo tomaría a mal.101
En 1855, le escribía a
Clara:
No puedo hacer otra cosa
que pensar en ti... ¿Qué me has hecho? ¿No puedes deshacer el hechizo que me
has lanzado?102
Cuando Robert fue
ingresado en un psiquiátrico tras su intento de suicidio, Brahms se ocupó de
ella y sus hijos y vivieron juntos en un piso de Düsseldorf. Robert murió el 29
de julio de 1856. El 31 de mayo, Brahms le expresó abiertamente sus
sentimientos en una carta:
Mi muy querida Clara,
desearía poder escribirte tan tiernamente como te amo y decirte todas las cosas
buenas que te deseo. Eres tan infinitamente querida para mí que no puedo
expresarlo en palabras. Desearía llamarte mi querida y muchos otros nombres,
sin dejar nunca de adorarte... Si las cosas pudieran ir más lejos de como están
en este momento... Si solo pudiera vivir en la misma ciudad contigo y mis
padres... escríbeme una bella carta pronto. Tus cartas son como besos.100101
Tras la muerte de
Schumann, la relación se hizo más intensa. Viajaron a Suiza juntos, si bien
nunca llegaron a contraer matrimonio y no están muy claras las intenciones de
ambos a este respecto. Es difícil conocer del todo la relación de la pareja,
pues ambos convinieron en destruir las cartas que durante tantos años se habían
estado enviando, si bien Clara conservó algunas de sus favoritas.101
El 12 de marzo de 1891,
Clara se retiró de los escenarios con un arreglo para dos pianos de las
Variaciones sobre un tema de Haydn compuestas por Brahms. Cinco años después
falleció, lo que supuso un duro golpe para el compositor. Brahms murió un año
después y había permanecido soltero toda la vida.
Legado
Influencia
Arnold Schönberg estaba
influenciado por Brahms, quien le servía como modelo para teorizar el lugar de
la razón en el arte.
Brahms miró hacia atrás y hacia adelante y su producción fue a menudo audaz en su exploración de armonía y ritmo. Como resultado, influyó en los compositores de las tendencias conservadoras y modernistas. Durante su vida, su idioma dejó una huella en varios compositores dentro de su círculo personal, que admiraban fuertemente su música, como Heinrich von Herzogenberg, Robert Fuchs y Julius Röntgen, así como en Gustav Jenner, quien fue su único alumno formal de composición.
Antonín
Dvořák, quien recibió una ayuda sustancial de Brahms, admiraba profundamente su
música y fue influenciado por ella en varias obras, como la Sinfonía n.º 7 en
re menor y el Trío para piano en fa menor. Las características del «estilo
Brahms» las absorbieron en una síntesis más compleja con otras tendencias
contemporáneas, principalmente wagnerianas, Hans Rott, Wilhelm Berger, Max
Reger y Franz Schmidt, mientras que los compositores británicos Hubert Parry y
Edward Elgar y el sueco Wilhelm Stenhammar, todos dieron testimonio de haber
aprendido mucho de él. Como dijo Elgar: «Miro la Tercera Sinfonía de Brahms y
me siento como un pigmeo».103
La música temprana de
Ferruccio Busoni muestra mucha influencia brahmsiana y Brahms se interesó por
él, aunque Busoni más tarde tendió a menospreciarlo. Hacia el final de su vida,
Brahms ofreció un estímulo sustancial a Ernő Dohnányi y a Alexander von
Zemlinsky. Sus primeras obras de cámara (y las de Béla Bartók, que era amigo de
Dohnányi) muestran una profunda absorción del idioma brahmsiano. Zemlinsky, por
otra parte, era a su vez el maestro de Arnold Schönberg y Brahms aparentemente
estaba impresionado por los borradores de dos movimientos de su temprano
Cuarteto de cuerdas en re mayor que Zemlinsky le mostró en 1897. En 1933,
Schönberg escribió un ensayo «Brahms, der Fortschrittliche» («Brahms, el
progresivo», reescrito en 1947), que llamó la atención sobre su afición por la
saturación motívica y las irregularidades del ritmo y la frase. En su último
libro («Structural Functions of Harmony», 1948), analizó la «armonía
enriquecida» de Brahms y la exploración de regiones tonales remotas. Estos
esfuerzos allanaron el camino para una revaluación de su reputación en el siglo
xx. Schönberg fue tan lejos como para orquestar uno de los cuartetos de piano
de Brahms. El alumno de Schönberg, Anton Webern, en sus conferencias de 1933,
publicadas póstumamente bajo el título The Path to the New Music, afirmó que
Brahms había anticipado los desarrollos de la Segunda Escuela de Viena y el
propio op. 1 de Webern, un pasacalle orquestal, es claramente en parte un
homenaje y desarrollo de las técnicas de variación del pasacalle-finale de la
Cuarta Sinfonía de Brahms. Ann Scott ha mostrado cómo Brahms anticipó los
procedimientos de los serialistas redistribuyendo fragmentos melódicos entre
instrumentos, como en el primer movimiento de la Sonata para clarinete op. 120
n.º 2.104
En la cultura popular
Brahms fue honrado en el
salón de la fama alemán, el memorial de Walhalla. El 14 de septiembre de 2000,
fue presentado allí como el 126.º «rühmlich ausgezeichneter Teutscher» y el 13º
compositor entre ellos, con un busto del escultor Milan Knobloch.105
Se ha mostrado al
compositor biográficamente en varias ocasiones en el cine,106 como por
ejemplo: Träumerei (1946), con Ullrich
Haupt en el papel de Brahms;107 Melodía
inmortal (1947), en la que Robert Walker interpretaba al compositor;108 Brahms
and the Little Singing Girls (1996), con Warren Mitchell en el papel
protagonista;109 o Geliebte Clara (2008), dirigida por su sobrina
tataranieta Helma Sanders-Brahms y Malik Zidi dando vida al compositor.110 Además, se ha usado su música en cerca de 600 películas y programas de
televisión.111
El asteroide (1818)
Brahms, descubierto por Karl Wilhelm Reinmuth el 15 de agosto de 1939, recibe
su nombre en honor al compositor.112
Con afecto,
Ruben