Rafael Larco Hoyle
Fuente: Wikipedia La
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Rafael Carlos Víctor
Constante Larco Hoyle (Hacienda Chiclín, Trujillo, 18 de mayo de 1901 - Lima,
23 de octubre de 1966) fue un arqueólogo, investigador, escritor, ingeniero
agrícola e historiador peruano. Hizo contribuciones fundamentales para el
conocimiento de diversas culturas pre incaicas del norte del Perú. Fundó el
Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera en 1926.
Primeros años y estudios
Nació en la Hacienda
Chiclín, valle de Chicama, cerca a Trujillo en La Libertad. Hijo de Rafael
Larco Herrera, miembro de la familia Larco de ascendencia italiana, y Esther
Hoyle Castro. Fue sobrino de José A. Larco y Víctor Larco Herrera y tío de
Guillermo Larco Cox.
Cursó estudios primarios en
el Instituto Moderno de Trujillo y Colegio Nuestra Señora de Guadalupe. En
1914, fue enviado al Tome High School, Maryland, Estados Unidos, donde se
destacó en diferentes deportes como fútbol americano, béisbol, fútbol entre
otros.
En 1919, ingresó a la
Universidad Cornell, Nueva York, que pertenecía a la Ivy League, para estudiar
Agricultura. En 1922, asistió a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de
Nueva York, y en 1923 a la Facultad de Comercio, donde estudió administración
de empresas y finanzas. Había sido enviado a Estados Unidos con el propósito de
que estudiase ingeniería y actividades comerciales para que estuviese
relacionado con las empresas familiares, basadas en la industria azucarera. Por
esta razón, también estudió en Cuba, Puerto Rico, Europa y Hawái.
Se casó con Isolina
Debernardi Alva en la Iglesia de los Descalzos con quien tendría una hija,
María Isabel Larco Debernardi. Isolina Debernardi tenía ya una hija, Carola
Margarita, a quien Larco Hoyle le daría su apellido. María Isabel se casaría
con Augusto Álvarez-Calderón Wells, una de sus hijas, Milagros
Álvarez-Calderón, se casaría con Fernando de Trazegnies, marqués de
Torrebermeja y Conde de las Lagunas, excanciller del Perú.
Fue miembro de la Sociedad
Geográfica de Lima, de la Société des Américanistes de Paris, de la Sociedad
Argentina de Antropología, de la Sociedad Arqueológica de Bolivia, de la
Sociedad Científica de Valparaíso, de The American Geographical Society, del
Delta Upsilon, del Club Nacional, del Phoenix
Edificio del Museo Larco,
en Lima.
En 1924, Larco Hoyle adquirió el interés por la arqueología heredado de su padre, quien poseía una colección de cerámica precolombina del norte del Perú en la Hacienda de Chiclín.
1935
Años 1935
Tiempo después visitó España, donde se dio cuenta de que el Museo del
Prado no contaba con una colección suficiente de objetos arqueológicos
peruanos, por lo que donó su colección arqueológica a España, y hoy en día ésta
se exhibe en el Museo Arqueológico en Madrid.
En 1925, su padre, Rafael
Larco Herrera, adquirió una colección de arte compuesta de 600 ceramios y otros
artefactos arqueológicos, que pertenecían a su cuñado, Alfredo Hoyle Castro,
entregándosela a su hijo, Rafael Larco Hoyle. De esta colección Larco Hoyle
decidió crear un museo y estudiar profundamente la arqueología en el Perú.
Adquiriendo nuevas piezas del Valle de Chicama, Virú, Chimbote y luego de otras
partes del país, incrementó la colección hasta el punto de que tuvo que ser
trasladada a otro edificio en la Hacienda Chiclín, fundándose así en 1926 el
Museo Rafael Larco Herrera en honor a su padre que aún vivía y abriendo sus
puertas el 28 de julio de aquel año, Día de la Independencia.
Para 1933 adquirió dos
importantes colecciones, la primera compuesta alrededor de 3000 piezas de
propiedad del señor Carranza, y la segunda de 8000 piezas entre cerámicas,
textiles y metales, propiedad de Carlos A. Roa de la Hacienda Clara en Santa.
Exploraciones e investigaciones
Larco Hoyle también se
dedicó a explorar los diversos parajes del Valle de Virú y Quebrada de
Cupisnique, labor en la que sería acompañado por sus hermanos Constante y
Javier Larco Hoyle, por su esposa, su hija y por su amigo Enrique Jacobs. De
esas investigaciones se registró información sobre la asociación de áreas de sepulcros.
Fue en el Valle de Virú donde en 1933 descubrió la primera tumba conteniendo
vasos cuya característica principal era la pintura negativa, identificándola
como la Cultura Virú. En el mismo valle de Virú descubrió la Cultura Cupisnique
en 1940.
Asimismo, estudió la
Cultura Mochica localizada en el Valle Moche, que había sido descubierta por
Max Uhle en 1909 (bajo la denominación de pre-Chimú), convirtiéndose entonces
en uno de sus principales intereses. Para 1948, ya había estudiado a profundidad
la cerámica de Mochica clasificándola en cinco fases, tomando como base ciertos
criterios de forma y dimensiones de los picos, asas estribo y cuerpo, así como
las decoraciones.
En 1941 identificó a la
Cultura Salinar en Pampas de Jagüey, en la parte alta del valle de Chicama. A
partir del estudio de los conjuntos funerarios postuló que Salinar marcaba la
transición entre Cupisnique y el advenimiento de la Cultura Moche.
En 1953, debido a las
exigencias del negocio azucarero, tuvo que instalarse en Lima, donde se asoció
a otros negocios (Banco Comercial, Rayón Peruana S. A., Filamentos Sintéticos
S. A., etc.). Trasladó entonces, con mucho cuidado, el museo Larco Herrera a
dicha ciudad, para lo cual acondicionó una casa hacienda en el distrito de
Pueblo Libre. Este museo constituye una de las más valiosas riquezas culturales
del Perú.
Contribuciones
En el campo de la
investigación arqueológica, la obra de Rafael Larco Hoyle ha sido de
fundamental importancia, equiparable a la de otro gran arqueólogo peruano,
Julio César Tello. De hecho, ambos deberían compartir el título de fundadores
de la arqueología peruana.1
Descubrió y estudió varios
yacimientos arqueológicos, como Cupisnique, Queneto, Salinar, Virú, Pacopampa y
Barbacoa, estudios que fueron de fundamental importancia para fijar la
secuencia cronológica de las culturas peruanas
Demostró que la
construcción del santuario de Chavín de Huántar, considerado como la cuna de la
civilización andina por Tello, fue posterior a otros restos arquitectónicos de
la costa, como el de Punkurí, y a la cultura Cupisnique. Llegó incluso a
sostener que la alta cultura peruana se había originado en la costa norte y que
de allí se había irradiado a la sierra, lo que contrariaba los postulados de
Tello, considerado entonces la autoridad máxima en la materia.
Ahondó la investigación
hacia períodos anteriores a la utilización de la cerámica (precerámico),
hurgando las huellas de los recolectores y cazadores paleolíticos. Fue el
primero en estudiar las puntas líticas de Paiján, encontradas profusamente en
los alrededores de la localidad de dicho nombre.
Prestó preferente atención
a la evolución de las culturas del norte peruano, especialmente la Mochica,
identificando sus diversos períodos de manera científica, a base de los estilos
y la técnica estudiados en la cerámica. Su estudio abarca desde el Precerámico
hasta la irrupción incaica, pasando por las culturas Cupisnique, Salinar,
Mochica y Chimú, entre otras.
Expuso la posibilidad de
que existiera entre los mochicas un sistema primitivo de escritura sobre
pallares.
Publicaciones
Los mochicas (2
vols., 1938-1940), sintetizada en 1945 para demostrar que esta cultura
equivalía al pre-Chimú de Max Uhle y
al early Chimú de Alfred L. Kroeber.
·
Los cupisniques (1941), sintetizada también en 1945
para difundir la ubicación cronológica de Cupisnique en la evolución de las
culturas de la costa norte peruana.
·
La escritura mochica sobre pallares (3 fasc., 1942-1944).
·
Cultura Salinar (1944).
·
La cultura Virú (1945).
·
A Culture Sequence for the North Coast of Peru (1946), ampliada en Cronología
arqueológica del norte del Perú (1948).
·
La cultura Santa (1962).
·
La divinidad felínica de Lambayeque (1962).
·
Las épocas peruanas (1963).
·
La cerámica de Vicús (2 fasc., 19651966).
·
Checan, estudio sobre la cerámica erótica de los
mochicas (1966),
publicado simultáneamente en cinco idiomas. Fue el pionero en el estudio de los
llamados huacos eróticos.
·
Perú (1966), contribución al conocimiento general de
la arqueología peruana incluida en la serie Archaeologia Mundi y
simultáneamente editada en cinco idiomas.
Con afecto,
Ruben
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