lunes, 30 de diciembre de 2024

Poemas de Ruben Dario

 

Poemas de Ruben Dario





Lejos

 

Buey que vi en mi niñez, mientras humeabas

 

en el oro ardiente del sol nicaragüense,

 

allá en la rica plantación llena de armonías tropicales; paloma del bosque, de los bosques que cantaban

 

con el sonido del viento, de las hachas, de los pájaros y de los toros bravos:

 

Yo os saludo a los dos, porque ambos sois mi vida.

 

Tú, buey pesado, evocas el suave amanecer

 

que señalaba que era hora de ordeñar la vaca,

 

cuando mi existencia era toda blanca y rosa;

 

y tú, dulce paloma de montaña, arrullando y llamando,

 

significas todo lo que mi propia primavera, ya tan lejana, poseía de la Divina Primavera.






Blasón

 

El cisne olímpico, blanco como la nieve,

 

con pico de ágata rosada,

 

acicala su ala eucarística,

 

que abre al sol como un abanico.

 

Su cuello brillante se curva

 

como el brazo de una lira,

 

como el mango de un ánfora griega,

 

como la proa de un barco.

 

Es el cisne de origen divino

 

cuyo beso subió a través de campos

 

de seda hasta las cimas rosadas

 

de las dulces colinas de Leda.

 

Rey blanco de la fuente de Castalia,

 

su triunfo ilumina el Danubio;

 

Da Vinci fue su barón en Italia;

 

Lohengrin es su príncipe rubio.

 

Su blancura es parecida al lino,

 

a los capullos de rosas blancas,

 

al blanco diamantino



Canto de esperanza

 

Los buitres al alzar han mancillado la gloria del cielo;

 

Los vientos llevan en sus alas el horror del grito

 

de la muerte;

 

Los hombres se asesinan unos a otros, se enfurecen, caen y mueren.

 

¿Ha surgido el Anticristo a quien vio Juan en Patmos?

 

Se ven portentos y maravillas que llenan de asombro al mundo,

 

Y el regreso de Cristo parece apremiante, venido a cumplir la Ley.

 

La antigua Tierra está preñada de un dolor tan profundo,

 

El soñador real, meditabundo, silencioso y triste, apartado,

 

se aflige con la angustia pesada que desgarra el gran

 

corazón del mundo.

 

Los matadores de ideales con la violencia del destino

 

han arrojado al hombre a la oscuridad de laberintos intrincados para ser presa y carnicería de perros de guerra y odio.

 

¡Señor Cristo! ¿Por qué estás esperando venir con todo Tu poder

 

y extender Tus manos radiantes sobre estos lobos de

 

la noche,

 

y desplegar en lo alto Tus estandartes y bañar el mundo con

 

luz?

 

Levántate rápidamente y derrama la esencia de la vida abundantemente

 

sobre las almas enloquecidas de hambre, o tristes, o enloquecidas,

 

que recorren los caminos de la ceguera olvidando el amanecer

 

y a Ti.

 

¡Ven Señor, a hacer Tu gloria, con relámpagos en tu

 

frente!

 

Con estrellas temblorosas a Tu alrededor y aflicción cataclísmica,

 

¡Y trae Tus dones de justicia, paz y amor hacia abajo!

 

Deja que el temible caballo que Juan imaginó devorando estrellas, pase;

 

Y los ángeles hagan sonar el clarín del Juicio desde lo alto.

 

Mi corazón será una brasa y en tu incensario reposará

 

del vellón de un cordero pascual.

 

Él es el poeta de los versos perfectos,

 

y su manto lírico es de armiño;

 

él es el pájaro mágico, regio

 

que, muriendo, rima el alma en su canción.

 

Este aristócrata alado exhibe

 

lirios blancos sobre un campo azul;

 

y Pompadour, gracioso y encantador,

 

ha acariciado sus plumas.

 

Rema y rema en el lago

 

donde los sueños esperan a los infelices,

 

donde una góndola dorada espera

 

a la novia de Luis de Baviera.

 

Condesa, dale tu amor a los cisnes,

 

pues son dioses de una tierra seductora

 

y están hechos de perfume y armiño,

 

de luz blanca, de seda y de sueños.



Con afecto,

Ruben

 

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