Relatos
históricos
¿Qué es la historia? Una sencilla fábula que todos hemos aceptado.
(Napoleón)
La “Guerra de los 6 días” y el fin del
nacionalismo árabe
Si buscáramos razones en la historia reciente sobre
la actualidad del Oriente Medio, lo haríamos en gran medida retornando al 5 y
el 10 de junio de 1967.
Salvador Soler
La “Guerra de los 6 días” convirtió en un verdadero
cementerio a la península del Sinaí. Allí quedarían no sólo miles de soldados,
tanques y aviones enterrados, sino también el proyecto panarabista. En 6 días,
el Estado de Israel consiguió una victoria suprema que le permitió establecerse
como potencia militar y política en el Medio Oriente cambiando el tablero
geopolítico, empujando a los palestinos a un salto en la diáspora que había
comenzado 20 años atrás.
La guerra de 1967 fue un monumental choque de los
nacionalismos del Medio Oriente. Los árabes la llamaron “Naksa, que significa
la “recaída”. Esta no implicó una simple derrota militar ante el Estado de
Israel, sino sobre todo la trágica interrupción del gran proyecto de un Estado
Árabe Unido, modernizado con una burguesía nacional, echando por tierra la
posibilidad de volver al estado anterior a la Nakba (catástrofe) en 1948.
El choque de
nacionalismos
Luego de la Segunda Guerra Mundial, los
imperialismos británico y francés quedan debilitados, frente a la emergencia de
la hegemonía norteamericana, dando lugar a progresivos procesos de luchas anti
coloniales de las que forma parte Egipto. En ese contexto cobra fuerza el
nacionalismo árabe, que fue un movimiento que se levantó inicialmente contra la
opresión otomana, en las primeras décadas del siglo XX, y luego contra el
colonialismo británico y francés en todo el Oriente Medio y norte de África.
En Egipto, las masas concentraron su rechazo contra
el rey Faruk, último monarca, quien sostenía un círculo podrido de corrupción,
con niveles de pobreza extrema de la población obrera y campesina, bajo un
régimen policíaco apoyado sobre las fuerzas armadas, mientras mantenía al país
sometido al mando colonial británico.
Frente a esa situación, el Reino Unido optó por un
retiro “ordenado” de la región, por presión de EEUU, por un lado, creando un
nuevo orden mundial bajo su hegemonía, y de las masas por otro. El objetivo era
evitar un escenario de guerra de liberación Nacional, que podría haber abierto
las puertas a una revolución social, teniendo en cuenta el componente obrero en
el caso egipcio, y las guerras de esta naturaleza en otros puntos del globo. De
hecho, la URSS apoyó a los líderes del nacionalismo árabe como forma de
contrarrestar la influencia de las potencias imperialistas.
El 23 de julio de 1952 el movimiento de los
"Oficiales libres", cuya figura principal es Gamal Abdel Nasser, se
fraccionó del mando central del ejército para derrocar al rey Faruk. Aunque, su
verdadero objetivo era contener a los millones que se levantaban contra la
monarquía. Por esto, se montan sobre la efervescencia anti colonial de las
masas, adoptando un programa que contenía medidas como la modernización del
país, la extensión cultural, becas para universidades y colegios, la reforma
agraria, la nacionalización del Canal de Suez en 1956entre varias otras
empresas, y la construcción de la represa de Asuán (que sellaría su alianza con
la URSS). Esto aumentaría el prestigio de Nasser entre los sindicatos y las
masas campesinas, pero sobre todo su influencia en todo el mundo árabe. Incluso
apoyó la independencia de Sudán que hasta ese momento se encontraba como
protectorado anglo-egipcio, como parte de su proyecto panarabista.
Sin embargo, esas medidas no cuestionaban hasta el
final la estructura socio-económica egipcia, de fondo estaba el pasaje de la
administración y redistribución de la renta capitalista favoreciendo a los
sectores burgueses nacionales. Al poco tiempo de tomado el poder, consigue el
control total del ejército,para establecer un régimen militar de control social
basado en su figura. La oposición política era perseguida, encarcelada y
torturada. Entre ellos estaban la Hermandad Musulmana que nace en la década del
20 con el desmembramiento del Imperio Otomano, y el Partido Comunista egipcio.
Además, toda la política de Nasser, como veremos, orbitó alrededor de conseguir
mejores condiciones de negociación con las potencias imperialistas, muy lejos
de una verdadera liberación del pueblo egipcio y el “mundo árabe”.
Por otro lado, en la Segunda Guerra Mundial, con el
Holocausto, las potencias que resultaron vencedoras cerraron sus puertas a los
millones de judíos que huían de los campos de concentración o para no terminar
en ellos, tejiendo su alianza con el sionismo, para dar forma al Estado de
Israel. En 1947 la ONU establece la partición de Palestina como parte de los
acuerdos con los sionistas, y un año después da lugar a la constitución del
Estado de Israel, que es cuando comienza la Nakba (catástrofe), y o que el
historiador Ilan Pappé llamó, limpieza étnica palestina. Los palestinos
lucharían el resto del siglo para recuperar los territorios perdidos.
Antecedentes
geopolíticos
La llamada crisis del Suez fue uno de los
conflictos geopolíticos más complejos de la Guerra Fría. Nasser había
nacionalizado el Canal poniendo nerviosos a Inglaterra y Francia, posibilitando
no sólo perder el control del flujo de petróleo desde el Golfo Pérsico hacia
Europa, sino que ponía en juego el control de todo el mercado, abriendo la
posibilidad de que caiga en manos de la URSS.
Por su parte, Israel tampoco podía permitir que
Egipto gane esta posición de fuerza. Los tres países organizaron una
intervención conjunta a gran escala que no tenía el visto bueno de EEUU ni de
la URSS en la ONU. Una lluvia de paracaidistas israelíes sobrevoló el canal, lo
que forzó el armisticio con la intervención de la ONU que dejaría una “fuerza
de paz” para separar los ejércitos de Egipto e Israel.
Aquel conflicto implicaba para las potencias
imperialistas una derrota política. Nasser habría avanzado contra el orden
colonial. Fortalecía al régimen interno alrededor de su figura, polarizando aún
más el discurso nacionalista polarizado con el imperialismo, mientras que
aumentaba la represión a la oposición política. Además dejó ubicado a Nasser
como líder regional, ampliando su influencia sobre los movimientos arabistas y
de liberación nacional que adoptaban su retórica, simbología y programa
político.
EEUU apoyó a Egipto (como forma de contrarrestar la
influencia política de la URSS en la región) frente al inminente conflicto que
pudo haber acarreado una guerra regional. El objetivo era mantener el
equilibrio de Medio Oriente.
La crisis del Suez, además, demostró el potencial
militar del Estado de Israel. A partir de ese momento, Israel comienza una
carrera armamentística, para conseguir aprovisionamiento técnico y militar por
parte de EEUU, basado en la sobrestimación del poder militar de Egipto y otros
países árabes.
Para abril de 1967, Israel aumentaba la retórica
bélica con Jordania y Siria para que frenen los ataques de la OLP en las
fronteras: “Destruiremos Damasco” amenazaba Israel, luego de haber derribado 6
cazas Mig sirios para que abandonen la causa Palestina, dejando en evidencia la
inacción de Nasser. Además, en 1966 habían llevado adelante un ataque a la
población cisjordana de Samu por tener relaciones con Al Fatah, lo que hizo
retroceder al rey Hussein siendo advertido de que Israel estaba dispuesto a
destruir su reino con tal de apoderarse de Cisjordania. Mientras tanto, Egipto
enfrentaba su propio Vietnam en la guerra civil en Yemen, combatiendo a favor
de los “republicanos” contra los pro monárquicos apoyados los saudíes, de la
cuál necesitaba retirarse.
Con afecto,
Ruben
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