Federico Guillermo More Barrionuevo
Una
pluma clara, punzante que marcó historia y se convirtió para siempre en
trascendental e importante por donde se le mire. Con un talento
impresionante y de estilo enteramente polémico. Incisivo, mordaz, muchas veces
irreverente. Culto al máximo, un crítico agudo del devenir histórico del Perú.
Muchas veces insolente y se pasaba de la raya. Pero con una virtud constante,
duela a quien le duela: buscaba de una u otra forma, la verdad.
Federico Guillermo More Barrionuevo se
autodefinía, sin tener ningún empacho en decirlo, como el franco tirador del
periodismo. Camino por su cuenta en una trinchera calificada por el mismo de
solitaria. Pero siempre en la picota de la crítica y la discusión. Su vida se
fundó en la palabra.
Muy
atento al espíritu de su época que mucho tuvo que ver con la formación de las
ideas contemporáneas en diferentes e importantes ámbitos de la vida nacional.
En el político, con Mariátegui y Haya de la Torre a la cabeza.
José Carlos
Mariátegui
En el intelectual aparecen Basadre y Riva Agüero.
Mientras que en el literario arranca el grupo Colónida, movimiento creado por
Abraham Valdelomar, el auge de los poetas César Vallejo, José María Eguren, el
indigenismo y las vanguardias. De todas estas realidades, More se alimentó
intelectualmente.
El bagaje cultural del comunicador y su lectura de
muchos aspectos de la realidad política así como su sensibilidad para
enfrentarse a la Literatura permiten, de todas maneras, catalogar su obra, con
toda justicia, dentro de los cánones de un periodismo excepcional.
El escritor y político, Luis Alberto Sánchez
(LAS), lo describió fisica e intelectualmente como: “alto,
desgarbado, de grandes ojos ardientes, violento y talentoso”
En 1920, viajó a Buenos
Aires donde colaboró en diferentes publicaciones tales como: “La
Crítica”, “La Razón” “Caras y Caretas” y “Hogar”.
Desató el escándalo cuando se burló de Rabindranath Tagore, en un
reportaje publicado con bombos y platillos en la prensa argentina.
PREMIO
También se trasladó a Bolivia, en 1928,
incorporándose a la redacción de “El Diario” y “La
Razón” de La Paz. Allí ganó el primer premio en un concurso
literario, con su poema "Rapsodia ante el Illimani".
Luego de retornar al país, asumió la dirección
de “La Revista Semanal” y fundó “El Hombre de la Calle” (1930),
de humorismo político, labor en la que fue secundado por su hermano Ernesto
More.
Desterrado, viajó a Chile en 1932.
Ese mismo año polemizó con José Santos Chocano, defendiendo los
derechos peruanos sobre Leticia, en litigio con Colombia. Nuevamente en
el Perú fundó “Todo el Mundo”,” La
Calle” y “Cascabel”, siendo esta última su revista más duradera.
Pues subsistió de 1935 a 1951.
Muchos años, la pluma de More no tuvo descanso. Infinidad de diarios
comenzaron a publicar sus artículos y crónicas en las que nunca faltó el ánimo
polemista y contestatario, como expresión de agudo observador del acontecer
nacional.
Murió en Lima el 8 de febrero de 1955, a los 67 años de edad. Pero antes
colaboró en el diario “El Comercio”,
desde 1950 donde firmó con el seudónimo de F.
Asimismo en la revista “Caretas” entonces dirigida
por su fundador Francisco Igartua; gran admirador de su obra, autor y
compilador del libro “Andanzas de Federico More” publicado en 1989, en
homenaje al centenario de su nacimiento.
More en 1910
SUS OPINIONES
Aquí una de sus frases contundentes: “La aplicación de la pena de muerte
equivale a un asesinato. Afirmo que la vida humana siempre está en la mano de
Dios, del destino de los dioses. Jamás en manos de los hombres”.
Luego explica con fuerza total y detalle minucioso: Si esto opino de la muerte, legalmente aplicada como pena, fácil es
deducir lo que opinaré del asesinato. Para mi el asesinato de Antonio Miró
Quesada y el de Manuel Pardo son los actos más cobardes, más salvajes, más
infames que hay en la Historia del Perú”.
En uno de sus escritos, allá por 1935, le dijo a
Haya de la Torre en una carta pública que le envió: “sobre la acción pública de usted, tan breve y tan luctuosa, tan efímera
y tan infortunada, pesan dos cargos mortales. Ha suprimido usted a los rebeldes
y ha creado asesinos.
A continuación, añadió: “a los grupos de hombres libres y activos los ha remplazado con bandas de
facinerosos. La lucha la ha convertido en una pavorosa aventura judicial.
Ya en el Perú no hay gobiernistas y opositores. Hay delincuentes y víctimas. Ha
encenegado usted a los niños, ha pervertido a los adolescentes, ha deconsolado
a los hombres maduros y ha ensombrecido los últimos años de los viejos”.
Nació en Puno el 21 de enero de 1888. Fueron sus
padres el Coronel Federico More y Julia Barrionuevo. Sus antepasados, los
Marqueses de Feria y Val delirios y los Condes de la Vega del Ren,
descendientes del primero que ostentó esos títulos: José Ignacio Bustamante de
Vega y Cruzar, llegado a Ayacucho cuando mediaba el siglo XVIII.
Contó en una oportunidad More a sus amigos y
allegados que el Marquesado de Feria tenía probados títulos nobiliarios.
De acuerdo a su versión, uno de sus parientes cercanos fue el Sexto Marqués de
Feria y Val delirios, quien murió en Lima, en 1911, siendo Senador por
Ayacucho.
Otro de ellos de apellido Barrionuevo como su madre
fue Capitán de las Milicias Reales. Una Choque huanca, hija de vieja y
noble raza, resultó también una de sus antepasadas.
Nieto de un Magistrado que dio gloria a la Corte
Superior de Puno y sobrino carnal de un héroe que luchó en el Morro de Arica.
De aquello referente a la nobleza y de esto, el periodista se vanagloriaba.
ESTUDIOS
Muy
niño, fue llevado a Lima y no volvió a su tierra natal hasta los siete años.
Tras corta permanencia en la sierra, volvió a la capital, en la que estuvo
hasta 1900.
Desde
ese año hasta 1904, residió en Arequipa. Visitó mucho, indistintamente,
estas ciudades e incluso vivió, por temporadas largas, en la hacienda de sus
padres ubicada en Puno.
Inició sus estudios escolares en la ciudad lacustre. Los prosiguió
en centros religiosos de Lima y Arequipa. Pasó luego al Colegio
Nacional San Carlos, de su tierra natal y de nuevo se fue a la blanca
ciudad, concluyendo su formación escolar en el célebre plantel estatal de la
Independencia Americana.
Fue en este último núcleo educativo donde hizo su primer intento
periodístico al redactar, con otros alumnos, una publicación titulada "El
Fuete". Ingresó a la Escuela Militar de Chorrillos, pero apenas cursó el
primer año.
Nada tenia que hacer allí. Por temperamento y forma de ser,
definitivamente no era un hombre de armas. En dicha escuela redactó, con
algunos compañeros, otra hoja titulada, "El Sable", donde tuvo la
osadía de burlarse de sus superiores. Tal publicación no pasó del segundo
número.
PRIMERAS PUBLICACIONES
Empezó
escribiendo en “El Siglo” de Puno,
“El Comercio” del Cuzco, “El Lucero” de Lima, “La Bolsa” y “El Pueblo” de
Arequipa. En 1906, vieron la luz sus primeros artículos. No dejó de
publicar un momento en los citados periódicos, hasta agosto de 1910, año en que
su vida intelectual cambió de campo y de actividad.
En
efecto, se dedicó a la Literatura. Fue autor de un folleto de versos, “Miosotis”, que salió en Arequipa, y,
publicó otros dos libros: “teoría
Máxima”, verso, e “Inquietudes”, prosa, editados en
el extranjero.
Pero
eso duró poco porque volvió de lleno al periodismo. En Arequipa se encontraba, cuando
llegó la excursión de universitarios limeños, y acompañó a ellos hasta el
Cuzco, como Corresponsal de “El Deber”, periódico clerical.
Buscó
ex profesamente esa corresponsalía, por tratarse de un diario católico al que
More, radical desde los principios de su actuación, quiso jugar una trastada.
Efectivamente, el ardoroso y anticlerical discurso de More en la Universidad
del Cuzco, exaltó a “El Deber” que empezó a insultar a su Corresponsal.
EN LIMA
Pero
existía un hecho evidente: este corresponsal había servido á su periódico
con toda puntualidad, como consta del detalladísimo servicio telegráfico que
entonces publicó “El Deber”, sobre la actuación de los excursionistas en el
Cuzco.
Aquel
discurso que originó duelos y acérrimas controversias, valió a More un viaje a
Lima. Llevado triunfalmente por los excursionistas. Llegó a la capital en los
días de las fiestas de primavera y fue considerado en el programa de esas
efemérides Por ello mismo, dictó una conferencia en el Centro Universitario.
La
charla sobre ”La Juventud Peruana”, le valió el más completo de los triunfos.
Desde entonces, estuvieron para él abiertas las columnas de todos los
periódicos limeños. Colaboró en “La Prensa”, “Variedades”, “Ilustración
Peruana”, “Los Balnearios” y “La Opinión Nacional”.
En
este último periódico, fue durante diez meses redactor en jefe, escribiendo la
sección “Alrededor de la Crónica”, diariamente. Después intervino en la
fundación del diario “La Crónica”, teniendo a su cargo, en este gran periódico,
las secciones “Vida teatral” y “Murmuraciones”, de crítica ambas.
F.M.
En Lima se vinculó con los intelectuales de la época, de la mano
de Abraham Valdelomar. Conoció incluso a Ricardo Palma. Alternó con
los jóvenes integrantes del grupo Colónida colaboró en
la revista del mismo nombre, siendo su director en su cuarto y último
número.
More firmaba en Colónida como F. M. Ocho de
sus poemas fueron publicados en el libro antológico que editaron los colónidas: “Las
voces múltiples”. De acuerdo a la crítica literaria de la época, sus
contribuciones poéticas se caracterizaron “por un rebuscado esoterismo y cierta
enfermiza sensualidad”.
Fundó “Don Lunes”, un semanario humorístico de mucho
impacto, en colaboración con el dibujante Julio Málaga Grenet. Dicha publicación
tuvo, en su momento, mucho más éxito que cualquier otra revista de su género.
Luego de despotricar contra Lima y los limeños, a través de una
conferencia dada en el Teatro Colón, se alejó del Perú, física y
espiritualmente. Pero, a los pocos años, volvió a radicar en Lima, la ciudad
que tanto atacó, aunque esta vez vino ya curado de sus excesos antipatrióticos.
Fue amigo de Javier Prado Ugarteche, el Rector de
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Estuvo un buen tiempo empeñado en rehabilitar la figura del padre de aquel, Mariano
Ignacio Prado, el presidente peruano que, en error garrafal, abandonó el Perú
en plena guerra con Chile.
Su teoria, similar a las que
publicaron historiadores de la talla de Basadre y Markham, era que el director
de la guerra no había dispuesto de fondos públicos. Ni robado los dineros de la
gran colecta que se hizo entre la sociedad limeña para afrontar el conflicto
armado. Sólo cometió el gran defecto de irse.
La crítica es el campo donde More desarrolló
sus más intensas actividades. Las “cabezas” que publicó en “Ilustración
Peruana” tuvieron resonancia continental.
Sus furibundos ataques a los poetas José
Gálvez y Felipe Sassone, marcaron época e incluso originaron un fuerte
movimiento literario a su favor. Como irónico, lector incansable y productor
continuo, figura entre los más asiduos y entusiastas.
Prologó “Nenúfares”, libro de versos del poeta limeño Alejandro
N. Herrera. Enérgico polemista, intrépido al atacar y criticar. Lo
demostró cuando fue corresponsal en Lima de El Diario de Venezuela.
En esa oportunidad, la prensa a nivel americano trató de desvirtuar la
acción de la diplomacia peruana en Caracas Solitariamente, More desde “El
Diario”, escribió sobre los acontecimientos, dijo la verdad, y aunque provocó virulentas
respuestas por parte de Ecuador y Colombia, salvó el prestigio de los
plenipotenciarios del Perú.
Sus doce crónicas publicadas en agosto de 1911, fueron de entera
defensa al Perú y su posición internacional de independencia, defendiendo por
completo la soberania nacional y reafirmando el derrotero de la libertad plena
en las decisiones políticas.
Posteriormente, continuó escribiendo desde Lima, en prestigiadas
publicaciones internacionales como “Letras” y “El Fígaro” de La Habana, “El
Tiempo” y “El Universal” de Caracas. Su labor de conferencista continúo sin
descanso
Sus más notables charlas fueron en el Centro Universitario de Lima,
donde habló sobre “Los poetas jóvenes del Perú”; y en la Confederación de
Artesanos, tratando el tema de “La Raza Indígena”.
Las intervenciones de por si polémicas provocaron apasionadas
discusiones en la prensa y en los círculos intelectuales. Fue miembro, en Lima,
de la Sociedad Conservadora de Monumentos Históricos y Obras de Arte. Además de
la Sociedad Gente de Letras de París.
Como periodista, en la
capital y en el extranjero, escribió veinte artículos semanales. Sin
descansar, durante todos los días hasta cumplir dos años. Su seudónimo de
Stylo llegó a ser enteramente conocido en el continente.
ELOGIOS
El insigne intelectual José de la Riva Agüero habló
de More, en un artículo para la Biblioteca Internacional. Lo mismo hizo el
maestro Francisco Mostajo, montonero y rebelde, en Arequipa. Cuando escribió en
las páginas de la revista “Prisma”.
A propósito de una conferencia que ofreció sobre
Chocano, Lugones y Darío, la prestigiada revista “Variedades” de Lima, le
dedicó otro artículo elocuente de entero homenaje. Otra publicación de renombre
“Balucarios”, también lo elogió por completo. Por su parte, “El País”, destacó
ampliamente su valía intelectual.
En los días del Congreso Estudiantil de Lima,
ofreció á los asistentes una lectura de sus versos, en el Teatro Municipal,
durante una velada en la que tomó parte Mariano H. Cornejo, ilustre
jurista y parlamentario muy ligado a su tierra natal, Arequipa y a Puno.
Realizó su famosa conferencia en el Teatro Olimpo
de Lima, en la que trató sobre La Mujer de Teatro”, en tiempos que precisamente
habia grandes discriminaciones de género. Contra ellas se fue.
En Arequipa, intervino en una actuación en el
Teatro Fénix, donde habló sobre “Literatura y Periodismo”. Mientras que, en
Puno, en el Salón Teatro, trató el tema: “La Filantropía, el Trabajo, la
Caridad y el Amor”. El público de todas esas ciudades, realmente, quedaba impactado
En las fiestas del Centenario de las Cortes de
Cádiz, Zoila Aurora Cáceres, la distinguida escritora hija del héroe nacional
Andrés Avelino Cáceres pronunció, en el Ateneo de Madrid, una conferencia sobre
los “Poetas Jóvenes del Perú”.
En
ese acto, More fue objeto, de los más calurosos elogios, por parte de tan
distinguida expositora que se convirtió en una de las precursoras del feminismo
en el Perú.
Los
que lo conocieron catalogaron a More como un bohemio, en todo el sentido de la
palabra sin ningún tipo de convencionalismos, amante constante de la aventura y
enemigo de cualquier tipo de disciplinas. Un hombre de mundo que vivió
con la risa en los labios y la ironía en las frases que pronunciaba.
Libró
las más crudas campañas periodísticas y provocó los más violentos incidentes
con el consabido levantamiento de pasiones. Los que lo defendieron como el
periodista Francisco Igartua, aseguran que “como pocos siempre deslindó
sinceridades, desenmascaró a los malos y enalteció a los buenos”.
El brillante comunicador en la plenitud de su vida.
El brillante comunicador en la plenitud de su vida.
Una
existencia fructífera dedicada por entero a la controversia periodística. Lo
hizo con brillantez y firmeza. Aunque muchas veces, de acuerdo a voces
enteramente críticas, se equivocó porque se excedió. Pero, indiscutiblemente,
destacó y, sobre todo, su pluma resultó impecable. Como una de las mejores de
la historia del periodismo nacional. (EDENM)
Publicado por Edgardo de Noriega
Con afecto,
Ruben
No hay comentarios:
Publicar un comentario