jueves, 13 de febrero de 2020

Federico Guillermo More Barrionuevo


Federico Guillermo More Barrionuevo




Una pluma clara, punzante que marcó historia y se convirtió para siempre en trascendental e importante por donde se le mire.  Con un talento impresionante y de estilo enteramente polémico. Incisivo, mordaz, muchas veces irreverente. Culto al máximo, un crítico agudo del devenir histórico del Perú. Muchas veces insolente y se pasaba de la raya. Pero con una virtud constante, duela a quien le duela: buscaba de una u otra forma, la verdad.
 Federico Guillermo More Barrionuevo se autodefinía, sin tener ningún empacho en decirlo, como el franco tirador del periodismo. Camino por su cuenta en una trinchera calificada por el mismo de solitaria. Pero siempre en la picota de la crítica y la discusión. Su vida se fundó en la palabra.
Muy atento al espíritu de su época que mucho tuvo que ver con la formación de las ideas contemporáneas en diferentes e importantes ámbitos de la vida nacional. En el político, con Mariátegui y Haya de la Torre a la cabeza.
                                              
         José Carlos Mariátegui                                             
En el intelectual aparecen Basadre y Riva Agüero. Mientras que en el literario arranca el grupo Colónida, movimiento creado por Abraham Valdelomar, el auge de los poetas César Vallejo, José María Eguren, el indigenismo y las vanguardias. De todas estas realidades, More se alimentó intelectualmente. 
                                                         

                                                                                                     

El bagaje cultural del comunicador y su lectura de muchos aspectos de la realidad política así como su sensibilidad para enfrentarse a la Literatura permiten, de todas maneras, catalogar su obra, con toda justicia, dentro de los cánones de un periodismo excepcional.
El escritor y político, Luis Alberto Sánchez (LAS), lo describió fisica e intelectualmente como: alto, desgarbado, de grandes ojos ardientes, violento y talentoso
     
        

En 1920, viajó a Buenos Aires donde colaboró en diferentes publicaciones tales como: “La Crítica”, “La Razón” “Caras y Caretas” y “Hogar”. Desató el escándalo cuando se burló de Rabindranath Tagore, en un reportaje publicado con bombos y platillos en la prensa argentina.
PREMIO
También se trasladó a Bolivia, en 1928, incorporándose a la redacción de “El Diario” y “La Razón” de La Paz. Allí ganó el primer premio en un concurso literario, con su poema "Rapsodia ante el Illimani".
Luego de retornar al país, asumió la dirección de “La Revista Semanal” y fundó “El Hombre de la Calle” (1930), de humorismo político, labor en la que fue secundado por su hermano Ernesto More.
Desterrado, viajó a Chile en 1932. Ese mismo año polemizó con José Santos Chocano, defendiendo los derechos peruanos sobre Leticia, en litigio con Colombia. Nuevamente en el Perú fundó “Todo el Mundo”,” La Calle” y “Cascabel”, siendo esta última su revista más duradera. Pues subsistió de 1935 a 1951.
Muchos años, la pluma de More no tuvo descanso. Infinidad de diarios comenzaron a publicar sus artículos y crónicas en las que nunca faltó el ánimo polemista y contestatario, como expresión de agudo observador del acontecer nacional.
Murió en Lima el 8 de febrero de 1955, a los 67 años de edad. Pero antes colaboró en el diario “El Comercio”, desde 1950 donde firmó con el seudónimo de F.
Asimismo en la revista “Caretas” entonces dirigida por su fundador Francisco Igartua; gran admirador de su obra, autor y compilador del libro “Andanzas de Federico More” publicado en 1989, en homenaje al centenario de su nacimiento.

                                                            
                               More en 1910                                                       

SUS OPINIONES
Aquí una de sus frases contundentes: “La aplicación de la pena de muerte equivale a un asesinato. Afirmo que la vida humana siempre está en la mano de Dios, del destino de los dioses. Jamás en manos de los hombres”.
Luego explica con fuerza total y detalle minucioso: Si esto opino de la muerte, legalmente aplicada como pena, fácil es deducir lo que opinaré del asesinato. Para mi el asesinato de Antonio Miró Quesada y el de Manuel Pardo son los actos más cobardes, más salvajes, más infames que hay en la Historia del Perú”.
En uno de sus escritos, allá por 1935, le dijo a Haya de la Torre en una carta pública que le envió: “sobre la acción pública de usted, tan breve y tan luctuosa, tan efímera y tan infortunada, pesan dos cargos mortales. Ha suprimido usted a los rebeldes y ha creado asesinos.
A continuación, añadió: “a los grupos de hombres libres y activos los ha remplazado con bandas de facinerosos.  La lucha la ha convertido en una pavorosa aventura judicial. Ya en el Perú no hay gobiernistas y opositores. Hay delincuentes y víctimas. Ha encenegado usted a los niños, ha pervertido a los adolescentes, ha deconsolado a los hombres maduros y ha ensombrecido los últimos años de los viejos”.
Nació en Puno el 21 de enero de 1888. Fueron sus padres el Coronel Federico More y Julia Barrionuevo. Sus antepasados, los Marqueses de Feria y Val delirios y los Condes de la Vega del Ren, descendientes del primero que ostentó esos títulos: José Ignacio Bustamante de Vega y Cruzar, llegado a Ayacucho cuando mediaba el siglo XVIII.
Contó en una oportunidad More a sus amigos y allegados que el Marquesado de Feria tenía probados títulos nobiliarios. De acuerdo a su versión, uno de sus parientes cercanos fue el Sexto Marqués de Feria y Val delirios, quien murió en Lima, en 1911, siendo Senador por Ayacucho.
Otro de ellos de apellido Barrionuevo como su madre fue Capitán de las Milicias Reales.  Una Choque huanca, hija de vieja y noble raza, resultó también una de sus antepasadas.
Nieto de un Magistrado que dio gloria a la Corte Superior de Puno y sobrino carnal de un héroe que luchó en el Morro de Arica. De aquello referente a la nobleza y de esto, el periodista se vanagloriaba.
ESTUDIOS
Muy niño, fue llevado a Lima y no volvió a su tierra natal hasta los siete años. Tras corta permanencia en la sierra, volvió a la capital, en la que estuvo hasta 1900.
 Desde ese año hasta 1904, residió en Arequipa. Visitó mucho, indistintamente, estas ciudades e incluso vivió, por temporadas largas, en la hacienda de sus padres ubicada en Puno.
Inició sus estudios escolares en la ciudad lacustre. Los prosiguió en centros religiosos de Lima  y Arequipa. Pasó luego al Colegio Nacional San Carlos, de su tierra natal y de nuevo se fue a la blanca ciudad, concluyendo su formación escolar en el célebre plantel estatal de la Independencia Americana.
Fue en este último núcleo educativo donde hizo su primer intento periodístico al redactar, con otros alumnos, una publicación titulada "El Fuete". Ingresó a la Escuela Militar de Chorrillos, pero apenas cursó el primer año.
Nada tenia que hacer allí. Por temperamento y forma de ser, definitivamente no era un hombre de armas. En dicha escuela redactó, con algunos compañeros, otra hoja titulada, "El Sable", donde tuvo la osadía de burlarse de sus superiores. Tal publicación no pasó del segundo número.
PRIMERAS PUBLICACIONES
Empezó escribiendo en “El Siglo” de Puno, “El Comercio” del Cuzco, “El Lucero” de Lima,  “La Bolsa” y “El Pueblo” de Arequipa. En 1906, vieron la luz sus primeros artículos. No dejó de publicar un momento en los citados periódicos, hasta agosto de 1910, año en que su vida intelectual cambió de campo y de actividad.
En efecto, se dedicó a la Literatura. Fue autor de un folleto de versos, “Miosotis”, que salió en Arequipa, y, publicó otros dos libros: “teoría Máxima”, verso, e “Inquietudes”, prosa, editados en el extranjero.
Pero eso duró poco porque volvió de lleno al periodismo. En Arequipa se encontraba, cuando llegó la excursión de universitarios limeños, y acompañó a ellos hasta el Cuzco, como Corresponsal de “El Deber”, periódico clerical.
 Buscó ex profesamente esa corresponsalía, por tratarse de un diario católico al que More, radical desde los principios de su actuación, quiso jugar una trastada. Efectivamente, el ardoroso y anticlerical discurso de More en la Universidad del Cuzco, exaltó a “El Deber” que empezó a insultar a su Corresponsal.
EN LIMA
Pero existía un hecho evidente: este corresponsal había servido á su periódico con toda puntualidad, como consta del detalladísimo servicio telegráfico que entonces publicó “El Deber”, sobre la actuación de los excursionistas en el Cuzco.
Aquel discurso que originó duelos y acérrimas controversias, valió a More un viaje a Lima. Llevado triunfalmente por los excursionistas. Llegó a la capital en los días de las fiestas de primavera y fue considerado en el programa de esas efemérides Por ello mismo, dictó una conferencia en el Centro Universitario.
La charla sobre ”La Juventud Peruana”, le valió el más completo de los triunfos. Desde entonces, estuvieron para él abiertas las columnas de todos los periódicos limeños.  Colaboró en “La Prensa”,  “Variedades”, “Ilustración Peruana”,  “Los Balnearios” y  “La Opinión Nacional”.
 En este último periódico, fue durante diez meses redactor en jefe, escribiendo la sección “Alrededor de la Crónica”, diariamente. Después intervino en la fundación del diario “La Crónica”, teniendo a su cargo, en este gran periódico, las secciones “Vida teatral” y “Murmuraciones”, de crítica ambas.
F.M.
En Lima se vinculó con los intelectuales de la época, de la mano de Abraham Valdelomar. Conoció incluso a Ricardo Palma. Alternó con los jóvenes integrantes del grupo Colónida colaboró en la revista del mismo nombre, siendo su director en su cuarto y último número.
More firmaba en Colónida como F. M. Ocho de sus poemas fueron publicados en el libro antológico que editaron los colónidas“Las voces múltiples”. De acuerdo a la crítica literaria de la época, sus contribuciones poéticas se caracterizaron “por un rebuscado esoterismo y cierta enfermiza sensualidad”.
Fundó “Don Lunes”, un semanario humorístico de mucho impacto, en colaboración con el dibujante Julio Málaga Grenet. Dicha publicación tuvo, en su momento, mucho más éxito que cualquier otra revista de su género.
Luego de despotricar contra Lima y los limeños, a través de una conferencia dada en el Teatro Colón, se alejó del Perú, física y espiritualmente. Pero, a los pocos años, volvió a radicar en Lima, la ciudad que tanto atacó, aunque esta vez vino ya curado de sus excesos antipatrióticos.
Fue amigo de Javier Prado Ugarteche, el Rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Estuvo un buen tiempo empeñado en rehabilitar la figura del padre de aquel, Mariano Ignacio Prado, el presidente peruano que, en error garrafal, abandonó el Perú en plena guerra con Chile.
                                              
         
       

 Su teoria, similar a las que publicaron historiadores de la talla de Basadre y Markham, era que el director de la guerra no había dispuesto de fondos públicos. Ni robado los dineros de la gran colecta que se hizo entre la sociedad limeña para afrontar el conflicto armado. Sólo cometió el gran defecto de irse.
 La crítica es el campo donde More desarrolló sus más intensas actividades. Las “cabezas” que publicó en “Ilustración Peruana” tuvieron resonancia continental.
 Sus furibundos ataques a los poetas José Gálvez y Felipe Sassone, marcaron época e incluso originaron un fuerte movimiento literario a su favor. Como irónico, lector incansable y productor continuo, figura entre los más asiduos y entusiastas.                           
Prologó “Nenúfares”, libro de versos del poeta limeño Alejandro N. Herrera. Enérgico polemista, intrépido al atacar y criticar. Lo demostró cuando fue corresponsal en Lima de El Diario de Venezuela.
En esa oportunidad, la prensa a nivel americano trató de desvirtuar la acción de la diplomacia peruana en Caracas Solitariamente, More desde “El Diario”, escribió sobre los acontecimientos, dijo la verdad, y aunque provocó virulentas respuestas por parte de Ecuador y Colombia, salvó el prestigio de los plenipotenciarios del Perú.
 Sus doce crónicas publicadas en agosto de 1911, fueron de entera defensa al Perú y su posición internacional de independencia, defendiendo por completo la soberania nacional y reafirmando el derrotero de la libertad plena en las decisiones políticas.
Posteriormente, continuó escribiendo desde Lima, en prestigiadas publicaciones internacionales como “Letras” y “El Fígaro” de La Habana, “El Tiempo” y “El Universal” de Caracas. Su labor de conferencista continúo sin descanso
Sus más notables charlas fueron en el Centro Universitario de Lima, donde habló sobre “Los poetas jóvenes del Perú”; y en la Confederación de Artesanos, tratando el tema de “La Raza Indígena”.
 Las intervenciones de por si polémicas provocaron apasionadas discusiones en la prensa y en los círculos intelectuales. Fue miembro, en Lima, de la Sociedad Conservadora de Monumentos Históricos y Obras de Arte. Además de la Sociedad Gente de Letras de París.
Como periodista, en la capital y en el extranjero, escribió veinte artículos semanales. Sin descansar, durante todos los días hasta cumplir dos años.  Su seudónimo de Stylo llegó a ser enteramente conocido en el continente.
ELOGIOS
El insigne intelectual José de la Riva Agüero habló de More, en un artículo para la Biblioteca Internacional. Lo mismo hizo el maestro Francisco Mostajo, montonero y rebelde, en Arequipa. Cuando escribió en las páginas de la revista “Prisma”.
A propósito de una conferencia que ofreció sobre Chocano, Lugones y Darío, la prestigiada revista “Variedades” de Lima, le dedicó otro artículo elocuente de entero homenaje. Otra publicación de renombre “Balucarios”, también lo elogió por completo. Por su parte, “El País”, destacó ampliamente su valía intelectual.
En los días del Congreso Estudiantil de Lima, ofreció á los asistentes una lectura de sus versos, en el Teatro Municipal, durante una velada en la que tomó parte Mariano H. Cornejo, ilustre jurista y parlamentario muy ligado a su tierra natal, Arequipa y a Puno.
Realizó su famosa conferencia en el Teatro Olimpo de Lima, en la que trató sobre La Mujer de Teatro”, en tiempos que precisamente habia grandes discriminaciones de género. Contra ellas se fue.
 En Arequipa, intervino en una actuación en el Teatro Fénix, donde habló sobre “Literatura y Periodismo”. Mientras que, en Puno, en el Salón Teatro, trató el tema: “La Filantropía, el Trabajo, la Caridad y el Amor”. El público de todas esas ciudades, realmente, quedaba impactado
En las fiestas del Centenario de las Cortes de Cádiz, Zoila Aurora Cáceres, la distinguida escritora hija del héroe nacional Andrés Avelino Cáceres pronunció, en el Ateneo de Madrid, una conferencia sobre los “Poetas Jóvenes del Perú”.
 En ese acto, More fue objeto, de los más calurosos elogios, por parte de tan distinguida expositora que se convirtió en una de las precursoras del feminismo en el Perú.
                 
Los que lo conocieron catalogaron a More como un bohemio, en todo el sentido de la palabra sin ningún tipo de convencionalismos, amante constante de la aventura y enemigo de cualquier tipo de disciplinas.  Un hombre de mundo que vivió con la risa en los labios y la ironía en las frases que pronunciaba.
 Libró las más crudas campañas periodísticas y provocó los más violentos incidentes con el consabido levantamiento de pasiones. Los que lo defendieron como el periodista Francisco Igartua, aseguran que “como pocos siempre deslindó sinceridades,  desenmascaró a los malos y enalteció a los buenos”.


El brillante comunicador en la plenitud de su vida.         
                                 

Una existencia fructífera dedicada por entero a la controversia periodística. Lo hizo con brillantez y firmeza. Aunque muchas veces, de acuerdo a voces enteramente críticas, se equivocó porque se excedió. Pero, indiscutiblemente, destacó y, sobre todo, su pluma resultó impecable. Como una de las mejores de la historia del periodismo nacional. (EDENM)






Publicado por Edgardo de Noriega

Con afecto,
Ruben

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