lunes, 15 de julio de 2024

Entrevista a Juan Gonzalo Rose

 


Juan Gonzalo Rose a Hildebrandt: Haya me dijo “usted fue aprista” y le respondí “y usted también”

Fuente: Diario: La Crónica Viva, Lima Perú

César Hildebrandt entrevistó al poeta Juan Gonzalo Rose tres años antes de su muerte, cuando ya se había adentrado en una actitud crepuscular, sin dinero, afectado por distintas dolencias y completamente apartado del mundo. Sin embargo, se permitió regresar por lo andado y hablar de su vida y de su poesía.

 

La entrevista fue publicada por la revista Caretas, en su edición

del 10 de marzo de 1980.

 

–Usted ha dicho, desgarradoramente, que las fuerzas creadoras lo han abandonado, pero que todavía espera un milagro.

 

–Es una manera de expresar una esperanza, dictada sobre todo por el sentimiento. Porque, racionalmente, yo me doy cuenta de que mis posibilidades de creación están agotadas.

 

–Yo me he preguntado muchas veces, Juan Gonzalo, qué fue lo que lo quebró. En un poema de Las comarcas usted dice: «Pero el gran desamor, sólo noches oscuras acarrea…». ¿Fue eso? ¿Fue la soledad?

 

–Sí, en parte… Pero hay otros factores. En primer lugar, naturalmente, el tiempo: tengo 52 años. Luego, esa soledad a la que nos hemos referido y que en mi caso es muy especial… Porque desde hace cuatro años yo padezco de depresión. Esta depresión me conduce a encerrarme en mi cuarto, y pasan semanas y semanas y yo no converso con nadie. De tal modo que, faltándome la experiencia, no hay material para la creación. Toda creación se nutre de vivencias…

 

–El país, Juan Gonzalo, nuestra realidad, ¿tienen que ver con su tristeza?

 

–Creo que es posible. Sin duda el clima político influye.

 

–No sólo el clima político. Me refería al maltrato sistemático que este país administra a sus poetas, a sus músicos, a lo mejor de su gente en muchos casos…

 

–Sí, el sentirse no estimulado, el sentirse siempre prescindible, esta especia de ofensiva muchas veces silenciosa, tienen que ver con mi depresión pero también influyen otros factores. Por ejemplo, el doctor Mariátegui me decía que a mí me hace mucho daño no tener ninguna seguridad económica. Esto es cierto… He llegado a la edad que he llegado y yo vivo mantenido por mi madre… Mi madre me da techo y comida, pero a eso no se puede reducir la existencia. De tal manera que me ayudo con esporádicos artículos periodísticos… Y mi madre ya es una mujer que ya tiene sus 80 años. Desgraciadamente, no va a ser muy largo el plazo de su vida…

 

–¿Usted fue despedido del Instituto Nacional de Cultura, ¿verdad?

 

–Sí.

 

–¿Durante la gestión del señor Abril de Vivero?

 

–Así es.

 

–¿Por qué lo despidieron?

 

–No me dieron ninguna explicación.

 

–¿Cuánto ganaba?

 

–Diez mil soles.

Con afecto,

Ruben

 

 

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