Fabula de la ratonera
(Un problema de actitud)
Un ratón mirando por un agujero de la pared ve a un granjero y su esposa abriendo un paquete, y sintió gran emoción y se preguntaba, ¿que clase de comida puede haber allí? El granjero dijo: Por fin llego, ábranoslo; el ratón se quedo aterrorizado cuando descubrió que era una ratonera.
Salió corriendo al patio de la granja para advertir a todos lo que había llegado en el paquete. ¡ ! Hay una ratonera en la casa ¡! ¡! Hay una ratonera en la casa ¡!
La gallina que estaba cacareando y escarbando, levanto la cabeza y dijo: discúlpeme señor ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, más a mí no me perjudica para nada y además no me incomoda.
Entonces el ratón presuroso fue donde el cordero y le dice gritando, ¡! hay una ratonera en la casa, una ratonera ¡!
El cordero le contesta: disculpe señor ratón, mas no hay nada que yo pueda hacer. Solamente pedir por usted, quédese tranquilo, que será recordado en mis oraciones.
Por último el ratón se dirigió donde la vaca para decirle también acerca de la ratonera que había llegado a la casa.
Y la vaca después de escucharlo le dijo: ¿Pero acaso estoy en peligro?
Pienso que no, es más, estoy segura que no.
Entonces el ratón volvió a la casa preocupado y abatido para encarar la ratonera del granjero.
Aquella noche se oyó un barullo, como el de una ratonera atrapando a su víctima.
La mujer del granjero corrió de su habitación para ver lo que había atrapado.
En la oscuridad, ella vio que la ratonera había atrapado la cola de una serpiente venenosa, pero la serpiente mordió a la mujer.
El granjero la llevo inmediatamente al hospital. Ella regreso a casa con fiebre.
Todos saben que para levantar a alguien con fiebre, no hay nada mejor que una buena sopa.
Entonces el granjero agarro su hacha y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina.
Como la enfermedad de la mujer continuaba, los vecinos y amigos fueron a visitarla.
Y para poder alimentarlos durante su visita, el granjero mato al cordero.
Pero lamentablemente la mujer no mejoro y acabo muriéndose.
El granjero entonces vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral.
La próxima vez que escuches que alguien tiene un problema, y creas que como no es el tuyo no le debes de prestar atención, recapacita y piénsalo dos veces.
“El que no vive para servir, no sirve para vivir “