Si me ves cansado fuera del sendero, ya casi sin fuerzas para hacer camino.
Si me ves sintiendo que la vida es dura, porque ya no puedo, porque ya no sigo:
Ven a mostrarme como es un comienzo, ven a desafiarme con tu desafío.
Si me ves cansado fuera del sendero, sin ver más que el de los abismos:
Vuelve a susurrarme aquella consigna del primer paso para un principio.
Muéstrame la garra que se necesita para levantarse de lo caído.
Trae a mi memoria que también hay alas que no he visto.
Que vamos armados de fe y de bravura, que seremos siempre lo que hemos ceido
Que somos guerreros de la vida plena, y todo nos guía hacia nuestro sitio.
Que un primer paso y que con nuevo empeño nos lleva a la forma de no ser vencidos.
Que el árbol se dobla, se agita, estremece, deshoja, retoña, pero queda erguido.
Que el único trecho que da el adelante, es aquel que cubre nuestro pie extendido.
Si me vez cansado, fuera del sendero, solitario, triste, quebrado y herido.
Siéntate a mi lado, tómame de las manos, entra por mis ojos hasta mi escondrijo y dime que se puede, insiste; se puede, se puede, hasta que yo entienda que puedo lo mismo.
Que tu voz despierte, desde tu certeza, el que de cansancio se quede dormido.
Y tal vez si quieres préstame tus brazos, para incorporarme de nuevo, decidido.
Que la unión es un triunfo cuando hombro con hombro vamos. Así se puede con el mismo brío.
Si me vez cansado fuera del sendero, lleva mi mirada hacia tu camino.
Hazme ver tus huellas, que allá están marcadas, de un paso tras otro donde has venido.
Y vendrá contigo una madrugada, la voz insistente para un nuevo inicio.
Que abriré otro rumbo porque si he creído.
Autor desconocido.