lunes, 30 de enero de 2023

Juliane Kopcke, única sobreviviente del vuelo Lansa 508

 

Juliane Kopcke









 Unica sobreviviente del vuelo Lansa  508


 que cayó en la Amazonía peruana



Juliane Kopcke resistió una caída de 3.000 metros, lidió con la selva peruana por 11 días y resistió la deshidratación extrema para convertirse en una leyenda.

Fuente: textokevin.moreno@glr.pe 2022 Fotos Google

2022

Actualizado el 30 Set 2022 |

Juliane Koepcke, con tan solo 17 años, vivió una aventura inesperada cuando el vuelo 508 de LANSA, en el que acompañaba a su madre, sufrió un accidente en la selva peruana debido a una tormenta. La joven, nacida en Lima y de ascendencia alemana, logró salvarse de una caída de más de 3.000 metros y resistir más de una semana inmersa en la naturaleza, para convertirse en la única sobreviviente de aquel fatídico evento.

 

Hija del biólogo alemán Hans-Wilhelm Koepcke y de la ornitóloga Maria Koepcke, Juliane se volvió un símbolo de la lucha por vivir a toda costa, luego del trágico evento que acabó con la vida de 91 personas.

 

El accidente aéreo del vuelo 508



El 24 de diciembre de 1971, Juliane Koepcke y su mamá acudieron al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, en Lima, para abordar el vuelo 508 de la extinta aerolínea LANSA, el cual las llevaría hacia Pucallpa, donde las esperaba un familiar.

 

Juliane Kopcke - Vuelo 508




 

Según relatos de la propia sobreviviente, su mamá tenía temor a volar, pero el viaje tan solo iba a durar una hora. Desafortunadamente, luego de 30 minutos de recorrido, el avión se adentró en un problema climático inesperado.

 

"El piloto no se desvió de la tormenta, sino que voló de frente y se internó en aquella caldera infernal. En pleno día se hizo de noche a nuestro alrededor. Procedentes de todas direcciones, los rayos cruzaron el espacio sin cesar”, confesó Juliane en su libro de memorias.

 

Ella comentó los angustiantes momentos que vivió junto a su mamá, quien deseaba que una luz de esperanza logre salvarlas. "Esperemos que esto tenga buen final", le dijo su madre en aquella oportunidad.

 

Lamentablemente, un rayo impactó contra el avión y, además de cegar a los tripulantes, dañó la nave de forma fatal. "Ahora se acaba todo", expresó la madre de Juliane.



 



 Un salto al vacio

Rápidamente se adaptó al ritmo de vida de sus padres, quienes por su trabajo tenían que realizar viajes frecuentes. En uno de los vuelos programados, Juliana acompañó a su madre en la ruta de Lima a Pucallpa, abordando un avión de la compañía Líneas Aéreas Nacionales SA (LANSA). Más de 90 personas se encontraban ansiosas de pisar tierra, lo que parecía ser un desplazamiento ordinario, terminó en tragedia cuando se adentraron a una nube oscura en la víspera de Navidad de 1971.

 

”Hubo una fuerte turbulencia y el avión se movía arriba y abajo. Maletas y paquetes caían de los compartimentos. Salieron volando regalos, flores y pasteles”, detalló a la BBC.

 

Esta escena la impactó. Desde su asiento pudo ver rayos alrededor del avión. El temor se apoderó y solo atinó a tomar de la mano a su madre, los nervios terminaron silenciándolas y no podían emitir palabra alguna. El entorno era caótico, gritos y diálogos que nadie entendía mientras los absorbía la incertidumbre. Una falla en el motor exterior fue la causante de la desgracia. La peruana no imaginó que las últimas palabras de su madre serían: “Esto es el final

¿Cómo se salvó Juliane Kopcke?

La joven salió despedida de la aeronave y cayó sobre los árboles amazónicos peruanos, los que amortiguaron su caída de más de 3.000 metros. Cuando ella despertó, se encontraba sentada en su silla, en medio de la selva, y, para aquel instante, tenía la clavícula rota, sin otros daños mayores. Su estado se consideró como un milagro.






 

Durante los siguientes días, Juliane Kopcke deambuló por los alrededores para encontrar sobrevivientes, pero solo halló a los pasajeros fallecidos y los escombros del avión.

 

Juliane Kopcke - Vuelo 508

Juliane Kopcke en la selva peruana

 

"Jamás olvidaré el cuadro que tengo al abrir los ojos: las copas de los gigantescos árboles de la selva y una luz dorada que hacía brillar todo lo verde en tonalidades diferentes", relató en sus memorias.

 

La sobreviviente ya no contaba con sus anteojos, por lo que tenía dificultades para ver, además de los dolores de cabeza por el accidente, pero sabía que ya era la mañana del 25 de diciembre y la Navidad había llegado.

 

"En mi caminata solitaria de 11 días de regreso a la civilización, me hice una promesa. Juré que, si seguía viva, le dedicaría mi vida a una causa significativa que sirviera a la naturaleza y la humanidad", declaró a The New York Times.

 

Apoyada en las enseñanzas de su difunta madre y su padre, quienes desde que era pequeña le enseñaron cómo adaptarse a la naturaleza, Juliane logró encontrar comida y unos pozos de agua, los que le permitieron sobrevivir.

 

 

El rescate de Juliane Kopcke







Al cado de 10 días, la joven encontró pisadas en el suelo y las siguió hasta encontrar una cabaña donde pudo notar herramientas pertenecientes a taladores de árboles, así que pasó la noche allí.

 

A la mañana siguiente, unos hombres llegaron al lugar y se sorprendieron de verla en su estado. "Soy una chica que se ha caído con el LANSA. Mi nombre es Juliana", les dijo.

 


Juliane Kopcke, luego de ser rescatada

 

Así fue que Carlos Vásquez, Beltrán Paredes y Néstor Amasifuén lograron ayudar a Juliane Kopcke y la llevaron hacia un centro médico, donde se reencontró con su papá.



 


Juliane culminó sus estudios de biología, para graduarse en la Universidad de Kiel en 1980. Más adelante, retornó a Perú y se especializó en la investigación de murciélagos peruanos.

 


Juliane visitó la zona del accidente aéreo


 

Años después, la sobreviviente del fatídico vuelo 508 se convirtió en bibliotecaria de la Colección Estatal de Zoología de Baviera, en Múnich, hasta que se retiró oficialmente con 67 años.



 











Con afecto,


Ruben

 

 

Vuelo 508 de LANSA

 



 







El vuelo 508 de LANSA fue un accidente aéreo acontecido el 24 de diciembre de 1971 sobre la selva amazónica peruana con un saldo de 91 fallecidos y con una única joven superviviente, Juliane Kopcke.1

Fuente:Wikipedia

La enciclopedia libre

El accidente

 

Ruta de vuelo aproximada

El vuelo 508 despegó cerca del mediodía con retraso rumbo a Pucallpa para después proseguir a la ciudad de Iquitos en plena selva peruana.

Traspasó los Andes peruanos a 7000 m con buen tiempo, habiendo hecho su último reporte cuando sobrevoló Oyón en la sierra de Lima, adentrándose 40 minutos después del despegue en cielos amazónicos donde se estaba germinando un frente de mal tiempo. El avión perdió altura hasta los 6.000 m y comenzó a sacudirse provocando la inquietud de los pasajeros.

La tormenta en desarrollo era del tipo Cumulonimbus con actividad eléctrica intensa y el avión fue sometido a turbulentas corrientes de aire.

La voz de una azafata se dejó sentir por los altoparlantes:2

Señores pasajeros les informamos que la zona de turbulencias que estamos atravesando se debe a una importante tormenta sobre la selva Amazónica. Abróchense los cinturones

Las sacudidas fueron cada vez más violentas y los equipajes de mano se salieron de sus cubículos. El avión descendió unos 4.000 m y el piloto buscaba aire más denso para realizar un aterrizaje de emergencia.

A eso de las 12:36 horas, se dice que un rayo alcanzó al avión sobre el ala derecha1 e incendió el tanque de combustible (hecho que en realidad nunca fue probado con certeza), el incendio provocó un fallo estructural general que partió la aeronave a nivel de la cola:

El avión se partió en dos justo delante mí a unas filas de la cola, por momentos la ingravidez acompañó la sensación de vértigo de un abismo visible a nuestro alrededor. Mi madre agarro   su mano de la mía para no volver a tocarla viva nunca más.

Juliane Kopcke, única sobreviviente, cayó desde unos 2.000 metros de altitud, junto a los restos incendiados del avión, sobre la selva.

El vuelo 508 de la empresa Lansa inició su itinerario Lima – Pucallpa – Iquitos el 24 de diciembre de 1971. En la aeronave bautizada como 'Mateo Pumacahua' viajaban, entre otros pasajeros, la ornitóloga germano-peruana María Koepcke y su hija Juliane Koepcke, de solo 17 años, quien sería la única sobreviviente del accidente aéreo.

El avión de Lansa había despegado con siete horas de retraso cuando, después de haber cruzado los Andes, se encontró con un mal tiempo en el cielo amazónico. En plena turbulencia, Juliane Koepcke vió unos rayos sobre la aeronave, que luego comenzaría a caer en picada. El avión se había partido en varios pedazos.

La joven Juliane despertó al día siguiente y se encontró en medio de la selva. Tenía la clavícula y un ligamento de la rodilla rotas, además de cortes en las piernas. Sin encontrar a su madre y con deficiencia visual, pues había perdido sus lentes, comenzó a caminar en medio de la profunda selva.

Diez días después encontraría una embarcación donde se curó las heridas infestadas de gusanos. Esperó hasta el día siguiente, cuando apareció la tripulación que la rescató y la trasladó a una aldea y posteriormente a Pucallpa. Allí Juliane Koepcke se reencontró con su padre y supo que había sido la única de los sobrevivientes en resistir a la vida de la selva.



 

 

 

Cine

La increíble historia de supervivencia de Juliane dio la vuelta al mundo y fue motivo de numerosos artículos en la prensa internacional. Se han hecho dos películas:

I miracoli accadono ancora (Los milagros todavía ocurren), dirigida por Giuseppe Maria Scotese, 1974

Wings of Hope (Alas de Esperanza), dirigida por Werner Herzog, 2000

 

ockheed Electra de KLM, avión similar al accidentado.



Suceso

Accidente aéreo

Fecha

24 de diciembre de 1971

Hora

12:36

Causa

Impacto de rayo en el ala derecha del avión, causando incendio en el tanque de combustible

Lugar

Puerto IncaFlag of Peru.svg Perú

Origen

Aeropuerto Internacional Jorge ChávezLima

Última escala

Aeropuerto Internacional Capitán FAP David Abensur RengifoPucallpa

Destino

Aeropuerto Internacional Coronel FAP Francisco Secada VignettaIquitos

Fallecidos

91

Heridos

1

 

El Lockheed L-188 Electra es un avión comercial cuatrimotor turbohélice de ala baja diseñado y construido por la compañía estadounidense Lockheed Corporation entre los años 1957 y 1961, como respuesta al requerimiento de la compañía American Airlines de un avión que pudiera operar las rutas nacionales de corto y medio alcance.1 El Electra se convirtió en el primer avión comercial turbohélice producido en Estados Unidos, y aunque inicialmente sus ventas fueron buenas, tres graves accidentes ocurridos entre 1959 y 1960 obligaron a desarrollar un costoso programa de modificación de las aeronaves para corregir un defecto en el diseño del avión, lo que llevó al cese de la producción del modelo.2

Muchos de los Lockheed L-188 Electra fueron convertidos en aviones de carga, y algunos de ellos siguieron  en funcionamiento a principios de 2016, estando en servicio también algunos ejemplares adaptados para la lucha contra incendios, como avión cisterna,3 e incluso una unidad siguió funcionando como avión de pasajeros.4

El modelo sirvió de base para el avión de patrulla marítima Lockheed P-3 Orion, avión que estuvo servicio en múltiples fuerzas aéreas del planeta.

Historia

El desarrollo del Lockheed L-188 Electra comenzó en el año 1954 atendiendo a un requerimiento de la compañía American Airlines de un avión que pudiera realizar satisfactoriamente sus rutas de corto y medio alcance. El primer prototipo realizó su primer vuelo el 6 de diciembre de 1957. Muchas otras compañías aéreas se interesaron en el modelo, y pronto la lista de pedidos alcanzaba las 144 unidades. Su primer vuelo comercial fue el 12 de enero de 1959, formando parte de la compañía Eastern Airlines.

Sin embargo, el optimismo de la Lockheed Corporation sobre las ventas futuras del modelo se vio afectado por una serie de accidentes ocurridos entre 1959 y 1960 —en dos de los cuales el aeronave se partió en pleno vuelo—, que provocaron muchas cancelaciones de pedidos. Como medida preventiva, a los Electra que estaban en servicio se les aplicaron restricciones de velocidad y altitud de vuelo.

Después de una larga investigación llevada a cabo por Lockheed junto con la NASA, finalmente se descubrió que la causa de la ruptura de la estructura del avión era un error en el diseño de la estructura de los motores, los cuales generaban una vibración que se transmitía por el avión. Toda la estructura fue rediseñada, recibiendo múltiples refuerzos estructurales, pasando todas las unidades existentes del L-188 por un programa de modificaciones que se denominó LEAP (Lockheed Electra Action Program, en español: «Programa de Acción del Lockeed Electra»), que logró solucionar el problema, y permitió que se suspendieran las restricciones de vuelo que tenían que cumplir hasta el momento.

Sin embargo, la imagen del modelo se había visto seriamente dañada entre los usuarios de transporte aéreo de Estados Unidos, siendo uno de los motivos que llevaron a su temprano cese de fabricación, entregándose la última unidad, un L-188C, a la compañía Garuda Indonesian Airways el día 15 de enero de 1961.

Con afecto

Ruben