domingo, 30 de julio de 2023

Johannes Brahms 2

 

Los compositores de música clásica del siglo XIX

Johannes Brahms 2

 


 

 

«La música tiene poder sanador. Tiene la habilidad de sacar a la gente fuera de sí mismas durante unas horas». Elton John.

 

Obra

Estilo e influencias

La música de Brahms parte de unas fuentes clásicas muy claras: el Clasicismo vienés de Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y, sobre todo, Ludwig van Beethoven, quien ejerció una marcada influencia en él y a quien veneraba.




 En su casa, un busto de mármol de Beethoven miraba hacia abajo en el lugar donde componía y algunos pasajes de las obras de Brahms recuerdan el estilo del compositor. La Primera sinfonía de Brahms tiene fuertemente la influencia de la Quinta Sinfonía de Beethoven, ya que las dos obras están en do menor y se mueven con dificultad para terminar en un do mayor triunfal. El tema principal del final de la Primera Sinfonía también recuerda al tema principal del final de la Novena de Beethoven y cuando se le señaló este parecido con Brahms, él respondió que cualquier estúpido podía verlo.i En 1876, cuando la obra se estrenó en Viena, fue inmediatamente aclamada como «la Décima de Beethoven». De hecho, la similitud de la música de Brahms con la de la última de Beethoven se había notado por primera vez en noviembre de 1853 en una carta de Albert Dietrich a Ernst Naumann.7273 Su identificación con la música del período clásico fue tanta que incorporó a muchos movimientos de sus obras las formas de aquella música.

 


También admiraba especialmente a Mozart, tanto que en sus últimos años, según los informes, lo declaró como el mejor compositor. El 10 de enero de 1896, Brahms dirigió la Obertura del Festival Académico y los dos conciertos para piano en Berlín, y durante la siguiente celebración, Brahms interrumpió el brindis de Joachim con «Ganz recht; auf Mozart's Wohl» («Totalmente cierto, a la salud de Mozart»).74 Brahms también comparó a Mozart con Beethoven en detrimento de este último, en una carta a Richard Heuberger, en 1896: «La disonancia, la verdadera disonancia como la usó Mozart, no se encuentra en Beethoven. Mire Idomeneo. No solo es una maravilla, sino que como Mozart era todavía bastante joven y atrevido cuando lo escribió, era algo completamente nuevo. No se podía encargar buena música a Beethoven, ya que solo creaba obras menores por encargo: sus piezas más convencionales, sus variaciones y cosas por el estilo».75 Brahms recopiló las primeras ediciones y autógrafos de las obras de Mozart y Haydn e incluso editaba partituras de las obras que se representaban habitualmente.

 

Estudió la música de compositores preclásicos, incluidos Giovanni Pierluigi da Palestrina,



 Giovanni Gabrieli, Johann Adolph Hasse, Heinrich Schütz, Domenico Scarlatti, Georg Friedrich Händel y, especialmente, Johann Sebastian Bach. 



Entre sus amigos se encontraban destacados musicólogos y, con Friedrich Chrysander, editó una edición de las obras de François Couperin. También editó obras de Carl Philipp Emmanuel y Wilhelm Friedemann Bach. Buscó inspiración en el arte del contrapunto en la música antigua y los temas de algunas de sus obras se inspiran en fuentes barrocas como El arte de la fuga de Bach en el final fugal de la Sonata para violonchelo n.º 1 o la cantata Nach dir, Herr, verlanget mich, BWV 150 del mismo compositor en el tema pasacalles del final de su Cuarta Sinfonía.76 Peter Phillips (2007) encuentra afinidades entre las texturas contrapuntísticas rítmicamente cargadas de Brahms y las de maestros renacentistas como Giovanni Gabrieli y William Byrd. Al referirse a Though Amaryllis dance de Byrd, Philips comenta que «los ritmos cruzados en esta pieza emocionaron tanto a E. H. Fellowes que los comparó con el estilo compositivo de Brahms».77

 

Por otra parte, la influencia de los primeros compositores románticos, como Robert Schumann (particularmente, quien lo alentó como joven compositor), Felix Mendelssohn o Franz Schubert, es muy acusada. Durante su estancia en Viena en 1862-1863, Brahms se interesó especialmente por la música de este último.78 La influencia de Schubert puede identificarse en obras de Brahms que datan de la época, como los dos cuartetos para piano op. 25 y op. 26, y el Quinteto para piano que alude al Quinteto de cuerda y al Gran dúo para piano a cuatro manos de Schubert.7879 La influencia de Fredéric Chopin y Mendelssohn sobre Brahms es menos obvia, aunque ocasionalmente se puede encontrar en sus obras lo que parece ser una alusión a una de las suyas (por ejemplo, el Scherzo de Brahms, op. 4, alude al Scherzo en si bemol menor de Chopin80 y el movimiento scherzo en la Sonata para piano en fa menor de Brahms, op. 5, alude al final del Trío para piano en do menor de Mendelssohn).81

 

Brahms se mantuvo fiel durante toda su vida al estilo del Clasicismo romántico, sin aceptar ninguna de las novedades que provenían tanto de la escuela francesa de Hector Berlioz, como de Franz Liszt o de Richard Wagner. Además, si bien en su primera época predominan los aspectos expresivos más acusados del Romanticismo, a medida que se acerca a la madurez su música se volvió más introspectiva y más encerrada en un Clasicismo muy contenido. Por este motivo, fue considerado como un compositor académico y conservador, si bien este juicio da una imagen falsa de su música.

 

Las principales novedades de Brahms se desarrollan en el interior del propio lenguaje musical. Brahms fue un maestro del contrapunto. «Para Brahms, ... las formas más complicadas de contrapunto eran un medio natural de expresar sus emociones», escribe Geiringer. «Así como Palestrina o Bach lograron dar un significado espiritual a su técnica, Brahms pudo convertir un canon in motu contrario o un canon per augmentationem en una pura pieza de poesía lírica».82 Los escritores sobre Brahms han comentado sobre su uso del contrapunto. Por ejemplo, de Variaciones sobre un tema de Robert Schumann op. 9, Geiringer escribe que Brahms «muestra todos los recursos del arte contrapuntístico».83 En el Cuarteto de piano en la mayor op. 26, Jan Swafford señala que el tercer movimiento es «demoníaco-canónico», haciéndose eco del famoso minueto para cuarteto de cuerdas de Haydn llamado La ronda de la bruja.84 Swafford opina además que «el desarrollo temático, el contrapunto y la forma fueron los términos técnicos dominantes en los que Brahms ... pensó en la música».85

 

Junto a su habilidad en el contrapunto estaba su manejo sutil del ritmo y la métrica. En el caso del ritmo, son muy característicos de su música las síncopas, los desplazamientos y la superposición de ritmos binarios y ternarios. Además, en el aspecto formal Brahms incorporó lo que se ha denominado como variación progresiva, que consiste en una forma en continuo desarrollo orgánico, que aparece superpuesta a la estructura clásica tradicional, sin entrar en conflicto con ella, pero complementándola.86 Todos estos aspectos hicieron que su música influyera decisivamente en compositores del siglo xx, especialmente en Arnold Schönberg, que hizo una importante reivindicación de los aspectos más progresivos y renovadores de la música de Brahms.87 Schönberg estaba influenciado por él, quien le servía como modelo para teorizar el lugar de la razón en el arte. En lo que se refiere a la armonía, y a diferencia de lo que sucede en Richard Wagner, la originalidad de Brahms tiende a pasar desapercibida por la apariencia clásico-romántica de sus composiciones. New Grove Dictionary of Music especula que su contacto con la música folclórica húngara y gitana cuando era adolescente lo llevó a «su fascinación de por vida por los ritmos irregulares, las figuras de tresillos y el uso del rubato» en sus composiciones.88 Según Musgrave, «sólo un compositor lo rivaliza en la naturaleza avanzada de su pensamiento rítmico, y ese es Stravinski».89

 

Brahms consideró renunciar a la composición cuando parecía que las innovaciones de otros compositores en tonalidad extendida daban como resultado que la regla de la tonalidad se rompiera por completo. Aunque Wagner se volvió ferozmente crítico de Brahms a medida que este último crecía en importancia y popularidad, fue entusiastamente receptivo a las primeras Variaciones y fuga sobre un tema de Händel. El propio Brahms, según muchas fuentes,90 admiraba profundamente la música de Wagner, confinando su ambivalencia sólo a los preceptos dramatúrgicos de la teoría de Wagner. Brahms representa el racionalismo, la antítesis del romanticismo wagneriano. Para el compositor, el desarrollo musical era la consecuencia del trabajo casi matemático en los intervalos. Sus obras corresponden a procedimientos racionales.91 Es frecuente que su música se asocie con emociones como la melancolía o la nostalgia y también se ha dicho que su música tiene un carácter otoñal. Todo ello se ha explicado tanto por su carácter como por el hecho de que pertenezca a la última etapa del Romanticismo.92 Por ello, a Brahms se le considera el más clásico de los compositores románticos o de hecho el primero compositor postromántico.

 

En su trabajo Brahms fue un perfeccionista. Una muestra de ello es el hecho de que tardase tantos años en acabar su Primera sinfonía. Algunos expertos opinan que esa sinfonía en realidad no fue la primera, ya que la primera no había llegado a salir a la luz por no sentirse satisfecho con ella. Lo que es cierto es que rompía con cierta frecuencia nuevas composiciones que no estaban a la altura. Brahms fue amante de la naturaleza. En sus paseos por los bosques que rodean Viena llevaba siempre caramelos que repartía entre los niños. Hacia los mayores era más bien hosco, aunque sus amigos le apreciaban sinceramente.

 

Composiciones


Música de cámara

           

Cuarteto con piano en sol menor - 1. Allegro

13:43

Cuarteto para piano n.º 1.

Sonata para dos pianos en fa menor, segundo movimiento

8:44

Quinteto para piano. Interpretado por Neal y Nancy O'Doan.

III. Andantino

4:49

Quinteto para clarinete. Interpretación de William McColl y el Orford String Quartet.

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A Brahms se le reconoce unánimemente como uno de los compositores más importantes en lo que se refiere a la música de cámara, género en el que destacó desde su juventud. Sus primeras composiciones de cámara, como el Sexteto de cuerda n.º 1 op. 18 en si bemol mayor, o el Cuarteto con piano n.º 1 op. 25 y el Cuarteto con piano n.º 2 op. 26, muestran una gran amplitud y complejidad de ideas que sólo con mucha dificultad consigue hacer entrar en el molde de la música de cámara. La culminación de esta primera época se encuentra en el Quinteto con piano en fa menor op. 34, verdadera síntesis del Clasicismo romántico. Una obra intermedia es el Trío para trompa, violín y piano op. 40. A partir del Cuarteto de cuerda n.º 1 y el Cuarteto de cuerda n.º 2 op. 51, Brahms se ejercitó en un tipo de composición más orgánica y cerrada, en el que asimismo comienzan a aparecer todos los aspectos musicales que apuntan hacia el futuro. A partir de ese momento, surgieron gran número de obras de cámara de enorme importancia, como el Cuarteto para piano n.º 3 en do menor op. 60, el Cuarteto de cuerda n.º 3 en si bemol menor op. 67, las tres Sonatas para violín y piano op. 78, 100 y 108, las dos Sonatas para violonchelo y piano, o el Trío n.º 2 en do mayor op. 87 y el Trío n.º 3 en do menor op. 101, o el Quinteto para cuerda op. 88. En sus últimos años, tras conocer al clarinetista Richard Mühlfeld, compuso una serie de obras en las que se incluye el clarinete, como el Trío para clarinete, violonchelo y piano op. 114, las dos Sonatas para clarinete y piano op. 120 y, sobre todo, el Quinteto con clarinete en si menor op. 115, una de sus composiciones más importantes.

 

Música orquestal

           

Variaciones sobre un tema de Haydn, tema y variaciones I, II y III

6:11

Versión para dos pianos. Interpretada por Neal y Nancy O'Doan.

Obertura trágica

13:50

Obertura trágica.

Obertura del festival académico, op. 80

10:24

Obertura del festival académico. Interpretada por la Skidmore College Orchestra.

I. Un poco sostenuto — Allegro (15:09)

15:10

Sinfonía n.º 1.

A diferencia de lo que sucedió en la música de cámara, Brahms se acercó al género sinfónico con muchas dudas, intimidado por el ejemplo de Beethoven. Por esto, sus primeras obras orquestales se apartan del modelo de las sinfonías de Beethoven, como sucede en la Serenata n.º 1 en re mayor op. 11, y, sobre todo, la Serenata n.º 2 en la mayor op. 16, en la que ya aparece el estilo característico de Brahms. Otro buen ejemplo son las Variaciones sobre un tema de Haydn op. 56, compuestas a partir de una obra anterior para dos pianos. Pero no fue hasta mucho más tarde, en 1876, cuando se atrevió a finalizar su Primera sinfonía op. 68, a pesar de que estuvo trabajando durante más de veinte años en ella. Paradójicamente, el éxito de esta obra tan personal y meditada vino condicionado por una supuesta influencia de Beethoven que hizo que algunos la llamaran «la Décima», en referencia a las nueve sinfonías de Beethoven, a pesar de que no hay demasiada relación con el estilo de Beethoven, sino que se trata de una obra muy característica del Brahms maduro. Igual éxito alcanzó la Segunda sinfonía en re mayor op. 73, compuesta al año siguiente. Las sinfonías Tercera en fa mayor op. 90 y Cuarta en mi menor op. 98 son obras que exploran territorios aún más nuevos en un estilo posromántico, en el que no faltan referencias a la música antigua. Particularmente, el final de la Cuarta sinfonía muestra una síntesis muy original y profunda entre el clasicismo romántico y las formas barrocas, a través de Bach. Las cuatro sinfonías de Brahms constituyen una de las culminaciones del género sinfónico del siglo xix y se han mantenido constantemente en lo más alto del repertorio sinfónico hasta la actualidad.

 

Otro aspecto de su música orquestal son sus cuatro conciertos, que también son considerados como obras cumbre del repertorio concertante. El más temprano de ellos es el Concierto para piano n.º 1 en re menor op. 15, una obra llena de arrebato juvenil y cuya concepción casi trágica surgió tras el intento de suicidio de Robert Schumann. En cambio, el Concierto para violín en re mayor op. 77 es una obra de madurez, llena de expresividad lírica, como el Concierto para piano n.º 2 en si bemol mayor op. 83. En sus últimos años, compuso el Doble concierto para violín y violonchelo en la menor op. 102, en el que alcanzó una síntesis entre el concierto clásico-romántico y las formas concertantes del Barroco.

 

Brahms compuso además en el mismo año dos oberturas con un carácter completamente opuesto: la Obertura del festival académico op. 80, muestra la faceta más humorística de su carácter, ya que se trata de una pieza solemne basada en canciones estudiantiles. Por el contrario, la Obertura trágica op. 81 es una obra sombría y severa.

 

Música para piano



Brahms fue un gran virtuoso del piano desde su juventud y además estuvo acompañado por Clara Schumann, que fue una de las más grandes pianistas de su época. Por ello, no es extraño que dedicara a este instrumento la parte más sustancial y también más intimista de su obra. Compuso ya en su juventud sus tres sonatas para piano n.º 1 op. 1, n.º 2 op. 2 y n.º 3 op. 5. A pesar de tratarse de obras tempranas en las que se advierte la influencia de las sonatas de Beethoven, se trata de una contribución de gran importancia al género pianístico.

 

En los años siguientes, se ejercitó en la composición para piano a través del género de las variaciones: las Variaciones sobre un tema de Robert Schumann op. 9 fueron el primer ejemplo, al que siguieron las Variaciones en re mayor op. 21, las Variaciones y fuga sobre un tema de Händel op. 24. y las Variaciones sobre un tema de Paganini op. 35. Muy representativas de su primera época e importantes dentro de toda su producción son las Cuatro baladas op. 10.

 

En su madurez, Brahms abandonó las formas musicales grandes para concentrarse en grupos de pequeñas piezas, como las Ocho piezas op. 76 o las Dos rapsodias op. 79. En sus últimos años, estas formas breves fueron adquiriendo un carácter cada vez más íntimo y personal, que se encuentra en sus Siete fantasías op. 116, los Tres intermezzi op. 117, las Seis piezas para piano op. 118 o las Cuatro piezas para piano op. 119.

 

El estilo pianístico de Brahms es muy característico, con un uso generalizado de toda la amplitud del teclado y una utilización muy expresiva de las notas graves. Es frecuente que la melodía se encuentre en voces medias y suelen encontrarse en algunas obras esquemas rítmicos distintos para cada mano, lo que da lugar a superposiciones muy originales.

 

Canciones

           

«Canción de cuna», op. 49, n.º 4

1:51

«Canción de cuna». Interpretada por Ernestine Schumann-Heink, con acompañamiento orquestal (1915).93

Brahms compuso canciones para voz y piano a lo largo de toda su vida y es uno de los más importantes representantes de la corriente del lied alemán. Casi todas ellas son canciones sueltas, no agrupadas en ciclos, con excepciones como el ciclo de La bella Magelone op. 33 o las Canciones gitanas op. 103. En sus canciones, utilizó textos muy variados, que abarcaron desde poemas de los grandes clásicos alemanes, como Johann Wolfgang von Goethe, hasta poetas contemporáneos como su amigo Klaus Groth. Brahms fue un gran maestro en este género, probablemente en el que expresó sus sentimientos íntimos con más facilidad. Las canciones de Brahms se caracterizan por la riqueza de su armonía, una perfecta unidad entre texto y música, y aunque existe una inmensa variedad, predominan las que muestran un carácter nostálgico y otoñal que se ha asociado a este músico. Es difícil encontrar ejemplos que destaquen del conjunto, pero se puede mencionar «Del amor eterno» (op. 43 n.º 1), la célebre «Canción de cuna» (op. 49 n.º 4), «Canción de lluvia» (op. 59 n.º 3), «Nostalgia» (op. 63 n.º 9) o «El ruiseñor» (op. 97 n.º 1). Son muy representativas de su estilo las Dos canciones para alto, viola y piano op. 91. También compuso una serie importante de volkslieder o canciones compuestas sobre melodías populares.

 

Una de sus últimas obras son las Cuatro canciones serias op. 121 sobre textos de la Biblia que van desde Salomón hasta San Pablo, en las cuales se encuentran también las características de su estilo tardío. El registro ideal para la interpretación de sus canciones es el intermedio, especialmente en la voz de contralto, recordando además que Brahms sentía predilección por los registros medios en instrumentos como la viola, la trompa o el clarinete. También compuso diversos ciclos de canciones titulados Canciones de amor op. 52, para varias voces y piano, y que abarcan varios ciclos. Estas canciones están compuestas en forma de vals y tienen un carácter alegre y popular.

 

Música sinfónico-coral



           

Canción del destino

15:39

«Canción del Destino» op. 54.

Coro: «Selig sind, die da Leid tragen»

Un Réquiem alemán op. 45.

Brahms creó diversas y muy importantes obras para coro y orquesta (sinfonías corales). La principal de ellas es Un réquiem alemán op. 45. Brahms, que era agnóstico, compuso esta obra sobre textos bíblicos, pero escogiéndolos de modo que se reflejaran mucho más los aspectos humanos de la muerte que los propiamente religiosos, por lo que supone una contribución muy especial al género, ya que no se trata de una misa de réquiem propiamente dicha. El tratamiento del coro, los solistas y la orquesta es lírico y expresivo, aunque también existen influencias del oratorio y del contrapunto barrocos.

 

Además, en su etapa de madurez compuso una importante serie de obras para coro y orquesta basadas en textos de poetas alemanes: La «Canción del Destino» op. 54, sobre texto de Friedrich Hölderlin; «Nänie» op. 82, sobre texto de Friedrich von Schiller; el «Canto de las parcas» op. 89 sobre texto de Goethe; o la Rapsodia para alto op. 53, también con texto de Goethe. Otra obra perteneciente a este género es Rinaldo op. 50, a partir de un texto de Torquato Tasso, obra cercana al género operístico, en el cual Brahms no compuso ninguna obra.

 

Danzas húngaras

           

Danza húngara n.º 5, en sol menor

3:48

Interpretada por la Fulda Symphonic Orchestra dirigida por Simon Schindler.

Danza húngara n.º 6, en re mayor

3:51

Interpretada por la Fulda Symphonic Orchestra dirigida por Simon Schindler.

Las Danzas húngaras (WoO 1), es un grupo de 21 alegres danzas, basadas su mayoría en temas húngaros. Las danzas 11, 14 y 16, son originales. Duran entre uno y cuatro minutos. Brahms originalmente las compuso para piano a cuatro manos y luego arregló diez de ellas para piano solo, y algunas otras (números 1, 3 y 10) para orquesta. Otros compositores, notablemente Antonín Dvořák, han orquestado las demás. Quizás la más conocida es la «Danza Húngara n.º 5» en fa sostenido menor (sol menor en la versión orquestal). De todas las Danzas húngaras se han hecho innumerables versiones clásicas, acústicas, con nuevas tecnologías. En ellas se encuentran algunas de las piezas más populares del compositor y están entre las piezas más apreciadas.94

 

Instrumentos

Johann Brahms usó principalmente pianos alemanes y vieneses. En sus primeros años tocó un piano fabricado por una compañía de Hamburgo, Baumgarten & Heins.95 En 1856, Clara Schumann le regaló un piano Graf, que usó hasta 1873.96 Luego lo donó a la Sociedad de Amantes de la Música (Gesellschaft der Musikfreunde); hoy se exhibe en el Museo de Historia del Arte de Viena. Más tarde, en 1864, escribió a Clara Schumann sobre su atracción por Streicher. En 1873, recibió el piano Streicher op. 6713 y lo mantuvo en su casa hasta que su muerte.97 Él escribió a Clara: «Allí [en mi Streicher] siempre sé exactamente lo que escribo y por qué escribo de una forma u otra».98

 

En la década de 1880, para sus actuaciones públicas, Brahms tocaba principalmente un Bösendorfer. En sus conciertos de Bonn tocó un Steinweg Nachfolgern en 1880 y un Blüthner en 1883. Brahms también usó un Bechstein en varios de sus conciertos: 1872 en Wurzburgo, 1872 en Colonia y 1881 en Ámsterdam.99

 

Brahms y Clara Schumann



 

Clara Schumann en 1853.

La relación de Brahms con Clara Schumann se remonta a la primera etapa de su vida, si bien ella ya estaba casada con Robert Schumann. El músico llegó a la vida del matrimonio como concertista y pronto iniciaron una cordial relación. Brahms era frecuentemente invitado a comer y se llevaba bien con los hijos de estos. Sin embargo, con Clara poco a poco fue fraguando una profunda relación intelectual y artística que adquirió tonos amorosos. Así, Brahms le escribió:

 

Eres para mí una amiga tan querida que no puedo expresarlo... Si esto continúa así, tendré que colocarte algún día detrás de una vitrina o ahorrar para poder engarzarte en oro.100

Brahms solía presentarle a Clara sus obras antes de estrenarlas; muchas veces ella fue la dedicataria de las mismas y encargada de estrenar algunas de las obras pianísticas y tocaron juntos en varias ocasiones. Los sentimientos hacia ella fueron revelados a su amigo el violinista Joseph Joachim en una carta:

 

Creo que no la respeto y admiro tanto como la amo y soy presa de su hechizo. A menudo debo contenerme con fuerza para no rodearla en brazos en silencio e incluso... no sé, me parece tan natural que ella no lo tomaría a mal.101

En 1855, le escribía a Clara:

 

No puedo hacer otra cosa que pensar en ti... ¿Qué me has hecho? ¿No puedes deshacer el hechizo que me has lanzado?102

Cuando Robert fue ingresado en un psiquiátrico tras su intento de suicidio, Brahms se ocupó de ella y sus hijos y vivieron juntos en un piso de Düsseldorf. Robert murió el 29 de julio de 1856. El 31 de mayo, Brahms le expresó abiertamente sus sentimientos en una carta:

 

Mi muy querida Clara, desearía poder escribirte tan tiernamente como te amo y decirte todas las cosas buenas que te deseo. Eres tan infinitamente querida para mí que no puedo expresarlo en palabras. Desearía llamarte mi querida y muchos otros nombres, sin dejar nunca de adorarte... Si las cosas pudieran ir más lejos de como están en este momento... Si solo pudiera vivir en la misma ciudad contigo y mis padres... escríbeme una bella carta pronto. Tus cartas son como besos.100101

Tras la muerte de Schumann, la relación se hizo más intensa. Viajaron a Suiza juntos, si bien nunca llegaron a contraer matrimonio y no están muy claras las intenciones de ambos a este respecto. Es difícil conocer del todo la relación de la pareja, pues ambos convinieron en destruir las cartas que durante tantos años se habían estado enviando, si bien Clara conservó algunas de sus favoritas.101

 

El 12 de marzo de 1891, Clara se retiró de los escenarios con un arreglo para dos pianos de las Variaciones sobre un tema de Haydn compuestas por Brahms. Cinco años después falleció, lo que supuso un duro golpe para el compositor. Brahms murió un año después y había permanecido soltero toda la vida.

 

Legado

Influencia



 

Arnold Schönberg estaba influenciado por Brahms, quien le servía como modelo para teorizar el lugar de la razón en el arte.

Brahms miró hacia atrás y hacia adelante y su producción fue a menudo audaz en su exploración de armonía y ritmo. Como resultado, influyó en los compositores de las tendencias conservadoras y modernistas. Durante su vida, su idioma dejó una huella en varios compositores dentro de su círculo personal, que admiraban fuertemente su música, como Heinrich von Herzogenberg, Robert Fuchs y Julius Röntgen, así como en Gustav Jenner, quien fue su único alumno formal de composición. 



Antonín Dvořák, quien recibió una ayuda sustancial de Brahms, admiraba profundamente su música y fue influenciado por ella en varias obras, como la Sinfonía n.º 7 en re menor y el Trío para piano en fa menor. Las características del «estilo Brahms» las absorbieron en una síntesis más compleja con otras tendencias contemporáneas, principalmente wagnerianas, Hans Rott, Wilhelm Berger, Max Reger y Franz Schmidt, mientras que los compositores británicos Hubert Parry y Edward Elgar y el sueco Wilhelm Stenhammar, todos dieron testimonio de haber aprendido mucho de él. Como dijo Elgar: «Miro la Tercera Sinfonía de Brahms y me siento como un pigmeo».103

 

La música temprana de Ferruccio Busoni muestra mucha influencia brahmsiana y Brahms se interesó por él, aunque Busoni más tarde tendió a menospreciarlo. Hacia el final de su vida, Brahms ofreció un estímulo sustancial a Ernő Dohnányi y a Alexander von Zemlinsky. Sus primeras obras de cámara (y las de Béla Bartók, que era amigo de Dohnányi) muestran una profunda absorción del idioma brahmsiano. Zemlinsky, por otra parte, era a su vez el maestro de Arnold Schönberg y Brahms aparentemente estaba impresionado por los borradores de dos movimientos de su temprano Cuarteto de cuerdas en re mayor que Zemlinsky le mostró en 1897. En 1933, Schönberg escribió un ensayo «Brahms, der Fortschrittliche» («Brahms, el progresivo», reescrito en 1947), que llamó la atención sobre su afición por la saturación motívica y las irregularidades del ritmo y la frase. En su último libro («Structural Functions of Harmony», 1948), analizó la «armonía enriquecida» de Brahms y la exploración de regiones tonales remotas. Estos esfuerzos allanaron el camino para una revaluación de su reputación en el siglo xx. Schönberg fue tan lejos como para orquestar uno de los cuartetos de piano de Brahms. El alumno de Schönberg, Anton Webern, en sus conferencias de 1933, publicadas póstumamente bajo el título The Path to the New Music, afirmó que Brahms había anticipado los desarrollos de la Segunda Escuela de Viena y el propio op. 1 de Webern, un pasacalle orquestal, es claramente en parte un homenaje y desarrollo de las técnicas de variación del pasacalle-finale de la Cuarta Sinfonía de Brahms. Ann Scott ha mostrado cómo Brahms anticipó los procedimientos de los serialistas redistribuyendo fragmentos melódicos entre instrumentos, como en el primer movimiento de la Sonata para clarinete op. 120 n.º 2.104

 

En la cultura popular

Brahms fue honrado en el salón de la fama alemán, el memorial de Walhalla. El 14 de septiembre de 2000, fue presentado allí como el 126.º «rühmlich ausgezeichneter Teutscher» y el 13º compositor entre ellos, con un busto del escultor Milan Knobloch.105

 

Se ha mostrado al compositor biográficamente en varias ocasiones en el cine,106 como por ejemplo: Träumerei (1946), con Ullrich Haupt en el papel de Brahms;107 Melodía inmortal (1947), en la que Robert Walker interpretaba al compositor;108 Brahms and the Little Singing Girls (1996), con Warren Mitchell en el papel protagonista;109 o Geliebte Clara (2008), dirigida por su sobrina tataranieta Helma Sanders-Brahms y Malik Zidi dando vida al compositor.110 Además, se ha usado su música en cerca de 600 películas y programas de televisión.111

 

El asteroide (1818) Brahms, descubierto por Karl Wilhelm Reinmuth el 15 de agosto de 1939, recibe su nombre en honor al compositor.112

Con afecto,

Ruben