jueves, 25 de abril de 2019

Historia: El muro de Berlin





Relatos históricos

“La historia debe ser sobretodo la pintura de un tiempo, el retrato de una época.
 Cuando esta se limita a ser el retrato de una persona o la pintura de una época, de una vida, solo a medias es historia”. Joseph Joubert.





La historia secreta de cómo Alemania Oriental y la Unión Soviética construyeron el Muro de Berlín
Patrick Major BBC, revista History 

En represalia por los intentos de formar el estado de Alemania Occidental separado en 1948, Stalin había explotado la posición expuesta de Berlín Occidental cortando sus enlaces terrestres hacia el oeste.
Pero Berlín Occidental eventualmente se convirtió en una espina permanente para la Alemania del Este circundante. La CIA y el MI6 la usaban como base de espionaje de avanzada; su economía atraía a decenas de miles de viajeros de Alemania Oriental.
En la noche del 13 de agosto de 1961, esta grieta en la Cortina de Hierro se cerró con una brusquedad dramática.
En un abrir y cerrar de ojos
Desde la una de la madrugada, cordones humanos de la policía fronteriza de Alemania del Este y milicianos descendieron al límite del sector soviético para enfrentarse a la policía de Berlín Occidental y las tropas estadounidenses, británicas y francesas.
Derechos de autor de la imagen Getty Images Image caption Pronto el alambra de púas fue dando paso a estructuras de hormigón.
Grandes depósitos de alambre de púas, así como cercas de malla y postes de concreto, se erigieron rápidamente justo adentro del sector este, a veces hasta aprovechando farolas y vías de tranvías soldados para hacer barreras improvisadas.
Cuatro días más tarde, sin contramedidas occidentales, las autoridades de Alemania del Este comenzaron a construir una estructura más permanente de bloques de cemento y losas de hormigón: el Muro de Berlín propiamente dicho.
De un solo golpe, la RDA había puesto fin a un éxodo humano en marcha desde 1945, que había alcanzado proporciones epidémicas en el verano de 1961.
Apodado por el partido Republikflucht, o "fuga de la República", uno de cada seis del alemanes del este se habían ido al oeste, la mayoría vía Berlín.
Ni con zanahorias
Desde 1958, las autoridades comunistas habían estado particularmente alarmadas ante el número de médicos, profesores e ingenieros que se marchaban.
Derechos de autor de la imagen Getty Images Image caption El muro, de súbito, comenzó a separar a quienes había sido vecinos.
A pesar de la política de zanahoria y palo, no lograban disuadir a los desertores mientras mantenían la frontera abierta, como exigía el estado cuatripartito especial de Berlín.
Desde mayo de 1960, la Stasi, la temida policía secreta de la Alemania Oriental, había sido reclutada pero solo había podido interceptar a uno de cada cinco.
Y concluyeron: "Un cierre total de Berlín Occidental no es posible y por lo tanto no se puede dejar el combate de Republikflucht a los órganos de seguridad de la RDA solamente".
Se necesitaba una solución más radical, que implicara un aislamiento físico de Berlín Occidental, una válvula de una sola vía que mantuviera a los alemanes orientales en el este, pero que no negara el acceso del occidente al oriente.
Pelea con Kennedy
Los alemanes del Este habían contemplado en privado esta idea a lo largo de la década de 1950, pero habían sido vetados por el hermano mayor soviético a favor de una solución diplomática.
Derechos de autor de la imagen Getty Images Image caption En julio de 1961, Nikita Jruschov accedió a la petición del líder de Alemania oriental, Walter Ulbricht, para construir una barrera física que separara Berlín.
En mayo de 1961, el líder de Alemania Oriental, Walter Ulbricht, le solicitó formalmente a Moscú que cerrara la frontera.
Pero fue solo después de la confrontación del primer ministro soviético, Nikita Jruschov, con el nuevo presidente estadounidense, John F. Kennedy, en junio, seguida por un intransigente discurso televisado de este último, a finales de julio, que el líder del Kremlin finalmente cedió.
La decisión de construir un muro llegó por lo tanto última hora, y tuvo que llevarse a cabo en secreto extremo, a fin de evitar una estampida de gente queriendo salir.
Un anillo de hierro
Al día siguiente del discurso de Kennedy, el 26 de julio, Jruschov le ordenó al embajador soviético que le dijera a Ulbricht que tenían que "usar la tensión en las relaciones internacionales para rodear Berlín con un anillo de hierro".
"Esto debe hacerse antes de concluir un tratado de paz".
Derechos de autor de la imagen Getty Images Image caption Por seguridad, los británicos colocaron en el lado occidental un alambre de púas cerca de la Puerta de Brandemburgo.
En efecto, el líder soviético estaba cortocircuitando la crisis diplomática que él mismo había desencadenado en noviembre de 1958 al emitir un ultimátum a las potencias occidentales para que desalojaran Berlín Occidental o aceptaran un acuerdo de paz que los habría obligado a reconocer lo que consideraban un estado títere soviético ilegítimo: la llamada "República Democrática Alemana".
La soberanía de la RDA le habría dado a los alemanes orientales el control directo sobre las autopistas de tránsito entre Berlín Occidental y Alemania Occidental, así como sobre los corredores aéreos.
Alemania Oriental efectivamente habría podido comenzar un segundo bloqueo de Berlín.
La discreta operación rosa
El discurso de Kennedy había dejado en claro que Estados Unidos estaba dispuesto a ir a la guerra para defender Berlín Occidental, pero cualquier compromiso con un Berlín Oriental abierto había brillado por su ausencia.
Implícitamente, se le había dado mano libre a los comunistas en su sector.
Derechos de autor de la imagen Getty Images Image caption El entonces presidente de EE.UU., John F. Kennedy, había dejado clara su disposición de ir a la guerra para defender Berlín occidental.
Desde ese punto, "la operación rosa" -el plan para cortar Berlín Occidental- se desarrolló rápidamente bajo el más estricto secreto.
La cadena de mando normal fue eludida, y en total sólo unos 60 funcionarios de la RDA sabían de ella.
El jefe de operaciones en tierra era Erich Honecker, número dos en el partido comunista de Alemania Oriental, destinado a convertirse en líder de la RDA una década más tarde. En 1961, era el secretario de seguridad del Politburó responsable de la seguridad interna y militar.
El cierre de la frontera se llevaría a cabo desde un sábado por la noche hasta el domingo por la mañana, para evitar posibles paralizaciones en las fábricas; el partido tenía dolorosos recuerdos de las huelgas masivas del 17 de junio de 1953.
Para el 24 de julio, la sección de seguridad del partido había calculado que el cierre total requeriría 27.000 días-hombre de trabajo y casi 500 toneladas de alambre de púas.
Anillo de tanques
Los pocos elegidos del ministerio del Interior se reunieron en la escuela de formación del Volkspolizei, en las afueras de Berlín, bajo las órdenes de Willi Seifert, comandante de las tropas del interior, pero también exrecluso de Buchenwald, por lo tanto con amplia experiencia "desde dentro" de instalaciones de máxima seguridad.
Derechos de autor de la imagen Getty Images Image caption Solo unos pocos funcionarios de la RDA, incluyendo al futuro líder Erich Honecker conocían los planes para construir el muro.
Poco a poco, los materiales para las cercas fueron secretamente trasladados a la capital desde otras regiones fronterizas y unidades policiales. Pero no se trataba solo una acción policial.
A finales de julio, el jefe del Estado Mayor de las fuerzas soviéticas, el teniente general Ariko, se reunió con su homólogo de Alemania Oriental, el mayor general Riedel, para discutir la coordinación del "anillo de hierro" de los tanques soviéticos y alemanes orientales que proporcionaría una fuerza de disuasión a 1,6 kilómetros detrás las unidades de policía.
El ejército comenzó la planificación conspirativa en Schloß Wilkendorf, al noreste de Berlín, donde el ministro de Defensa Heinz Hoffmann, Riedel y otros 11 oficiales trazaron los planes para una avanzada en el más estricto silencio de radio, detallando hasta la necesidad de amortiguar los tanques.
Occidente despistado
Mantener en secreto la operación también era importante pues había mucha especulación sobre cuánto sabía Occidente de antemano.
Derechos de autor de la imagen Getty Images Image caption Soviéticos y alemanes orientales desplegaron un "anillo de hierro" con tanques en apoyo a las obras del muro.
Los estadounidenses tenían un superespía del Kremlin, Oleg Penkovsky, que el 9 de agosto supo de la acción inminente pero no pudo transmitir la información hasta después del evento.
Las estimaciones previas de inteligencia de la CIA, ya en otoño de 1957, por ejemplo, habían predicho el posible cierre de fronteras. El Comité Conjunto de Inteligencia británico llegó a conclusiones similares en febrero de 1959.
En 1961, sin embargo, los analistas de la CIA estaban más obsesionados con lo que sucedería si los soviéticos intentaban repetir el bloqueo de 1948 para expulsar a los aliados de Berlín occidental atacando las rutas de tránsito.
También hubo informes de acaparamiento de alambre de púas, pero estos no eran nuevos y, como con la mayoría de las evaluaciones de inteligencia, el problema era una sobrecarga de información. Las misiones militares de los aliados occidentales, que podían recoger inteligencia abiertamente, no encontraron evidencia de la acción inminente.
Como los estadounidenses informaron el 2 de agosto: "Situación en gran medida igual que hace una semana".
El 12 de agosto, los británicos también descartaron soluciones drásticas: "Los rusos probablemente estén más impresionados por los riesgos de disturbios si la ruta de escape es completamente cortada que por el daño actual a la RDA".
Una opción poco clara
La evidencia que ha salido a la luz de fuentes de Alemania Occidental tampoco es concluyente.
Derechos de autor de la imagen Getty Images Image caption El canciller de Alemania occidental, Konrad Adenauer, había sido advertido sobre la importancia que tenía Berlín occidental para el régimen comunista del Este.
El Bundesnachrichtendienst (BND), el servicio secreto de la República Federal de Alemania, tenía una gran red de informantes anticomunistas en la RDA.
Esa red recaba información de inteligencia militar. Su jefe, Reinhard Gehlen, afirmó en sus memorias que el BND había informado de la acción antes de que ocurriera.
Su informe de julio de 1961 efectivamente indicaba que el cierre de las fronteras del sector era considerado como una posibilidad real e inminente.
A pesar de estos indicadores aparentemente amenazadores, hubo informes contradictorios.
La inteligencia interna de Alemania Occidental, Verfassungsschutz, le dijo al canciller, Konrad Adenauer, que, aunque "la isla de Berlín Occidental se ha convertido en una cuestión de vida o muerte para el régimen comunista", unas restricciones de viaje más contundentes serían "intolerables para toda la población".
Por lo tanto, parece probable que la comunidad de inteligencia sabía que el cierre de Berlín era una opción que el Este estaba sopesando y planificando activamente, pero no estaba segura de una fecha exacta.
El momento y lugar correcto
"La lección estratégica y táctica más importante de la exitosa acción del 13 de agosto", como registraron sus contrapartes en la Stasi, "es la importancia de mantener en secreto el momento en el tiempo, como un requisito previo decisivo para más golpes exitosos contra el enemigo, en el momento correcto y en el lugar correcto".
Antes de una reunión de los principales líderes del bloque oriental, el 1 de agosto, Ulbricht habló con Jruschov durante dos horas por teléfono en una conversación descubierta hace pocos años en Moscú.
Jruschov acordaron en secreto la construcción del muro.
Después de algunas bromas sobre el estado de la colectivización de la RDA, Khrushchev repitió su llamado a poner "un anillo de hierro alrededor de Berlín".
"Creo que nuestras tropas deberían poner el anillo, pero sus tropas deberían controlarlo".
Ulbricht estaba claramente muy preocupado por un embargo económico occidental contra la RDA y gran parte de sus comentarios se referían la situación económica de Alemania Oriental.
Los dos finalmente terminaron hablando de la seguridad:
Jruschov: Leí informes originales de los servicios secretos occidentales que estiman que las condiciones para un levantamiento han madurado en la RDA. Ellos están usando sus propios canales para evitar que las cosas lleguen a un levantamiento porque eso no logrará nada. Están diciendo: no podemos ayudar y los rusos aplastarán todo con tanques. Por lo tanto, están pidiéndole a la gente que espere hasta que las condiciones sean adecuadas. ¿Es eso realmente cierto? No estoy seguro y estoy basándome solamente en los informes occidentales.
Ulbricht: Tenemos información de que, de forma lenta pero segura, reclutando desertores y organizando la resistencia, el gobierno de Bonn está preparando las condiciones para un levantamiento que tendrá lugar en el otoño de 1961. Vemos los métodos que usa el enemigo: la iglesia organiza el retiro de los agricultores de los colectivos, aunque con poco éxito; hay acciones de sabotaje... Un levantamiento no es realista, pero hay acciones posibles que podrían causarnos un gran daño internacional.
Sin embargo, incluso en esta etapa, Ulbricht parecía estar contemplando medidas graduales que requerían preparación política.
"Realízalo cuando quieras", respondió el líder del Kremlin. "Podemos coordinarlo en cualquier momento".
Sin embargo, estaba más inclinado a la conspiración que su homólogo de Alemania Oriental: "Antes de la introducción del nuevo régimen fronterizo no deberías explicar nada, ya que eso solo aumentaría el movimiento de refugiados y podría conducir a una estampida... Te daremos una, dos semanas para que puedas prepararte económicamente".
Derechos de autor de la imagen Getty Images Image caption Walter Ulbricht quería que la construcción se hiciera de forma muy rápida.
Jruschov luego planteó el estado de las cuatro potencias de Berlín: ¿debería la frontera rodear el Gran Berlín en lugar de solo los sectores occidentales?
Sin embargo, Ulbricht se mantuvo firme; el cerco pasaría por el centro de la ciudad: "Por encima de todo, tiene que suceder rápido".
Jruschov confiaba en que Occidente no reaccionaría de forma exagerada: "Cuando implementes estos controles, todos estarán satisfechos. Además, van a tener una muestra del poder que detentas".
Ulbricht: "Sí, entonces lograremos la estabilización".
A pesar de la conversación, una cuestión de guerra y paz requería el respaldo político del Pacto de Varsovia. Aunque para cuando llegó la reunión del 3 al 5 de agosto, la suerte ya estaba echada.
Ya en el primer día, en lo que probablemente fue una reunión privada con Jruschov, el líder de la RDA había elaborado los elementos esenciales de lo que estaba por venir, y para entonces tenían una fecha: 13 de agosto.
"Bromeamos entre nosotros porque en Occidente se supone que el 13 es un día desafortunado", recordó Jruschov más tarde. "Bromeé que para nosotros y para todo el campo socialista sería un día muy afortunado".
Derechos de autor de la imagen Getty Images Image caption Aunque el muro se construyó para evitar que los ciudadanos de Alemania oriental se fugarán a Occidente, muchas personas siguieron intentando hacerlo.
El 12 de agosto, alrededor de las 4 p.m., Ulbricht firmó la inminente acción y luego invitó a los funcionarios del gobierno y del partido a su residencia rural en el lago Dölln, al norte de Berlín, para dar un paseo y cenar.
Hablando con el embajador soviético, el líder del partido de Alemania del Este, en un raro estallido de humor, bromeó diciendo: "No los dejaré ir hasta que la operación termine. Por si acaso".
Los líderes reunidos estaban un poco desconcertados por la ronda de bromas e interludios musicales, hasta que alrededor de las 9.30 p.m., Ulbricht, repentinamente los convocó a una sesión de emergencia del Consejo de Ministros para aprobar las medidas por venir.
Cuando los invitados se separaron hacia la medianoche, el camino de regreso a Berlín ya estaba lleno de tanques rusos.
La operación rosa había comenzado.
"Un muro es no muy agradable, pero es muchísimo mejor que una guerra", dijo John F. Kennedy.
Patrick Major, el autor de este artículo, es profesor de Historia Moderna en la Universidad de Reading. Sus libros incluyen "A la sombra del muro: Historias verdaderas del pasado dividido de Berlín" y "Detrás del muro de Berlín: Alemania Oriental y las fronteras del poder"

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Con afecto,
Rubén

Frases de Cervantes



MINI BIOGRAFIA DE MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA 

 

 
Miguel de Cervantes Saavedra nació el 29 de setiembre de 1547 en Alcalá de Henares. Fue hijo de Rodrigo Cervantes Saavedra y Leonor Cortinas.

En 1569 se incorporó a la milicia y en 1571 combatió en la batalla de Lepanto contra los turcos. Al regresar a España fue tomado rehén por los turcos y estuvo cautivo cinco años (1575-1580).

Al regresar a Madrid escribió su primera novela, "La Galatea" (1585). Trabajó como recaudador de impuestos en Sevilla, pero en 1597 fue encarcelado acusado de estafa. En 1600 se instaló en Valladolid, donde escribió su gran obra “El Quijote de la Mancha”

(1605).

En 1613 publicó "Novelas Ejemplares". En 1615 publicó la segunda parte de "El Quijote de la Mancha".  Viviendo en Madrid, cayó enfermo y falleció el 22 de abril de 1616.

Frases de Cervantes

1.       Ninguna ciencia, en cuanto a ciencia, engaña; el engaño está en quien no sabe.
La pluma es la lengua del alma.
2.      El sueño es el alivio de las miserias para los que las sufren despiertos.
3.      Sé breve en tus razonamientos, que ninguno hay gustoso si es largo.
Donde hay música no puede haber cosa mala.
4.      Quien canta, sus males espanta.
5.      La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu.
6.      No hay carga más pesada que una mujer liviana.
7.      Si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta.
8.     No hay camino que no se acabe si no se le opone la pereza.

9.      Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas.
10 ¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?

11.   La senda de la virtud es muy estrecha y el camino del vicio, ancho y espacioso.
12.  Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.
13.  Señor, las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.
14.  El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no debe quejarse si se pasa.
15.   La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.
16.  La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua.
17.   Esta que llaman por ahí Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo, ciega, y así no ve lo que hace, ni sabe a quien derriba.
18.  Puede haber amor sin celos, pero no sin temores.
El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.
19.  No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmalazado.
Amistades que son ciertas nadie las puede turbar.
20. Más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón.
21.  La buena y verdadera amistad no debe ser sospechosa en nada.
22. En los principios amorosos los desengaños prestos suelen ser remedies
Dos linajes solos hay en el mundo, como decía una agüela mía, que son el tener y el no tener.
23. Donde una puerta se cierra, otra se abre.
24. Alguno se estima atrevido, cuando con otros se compara. Algunos creo que hubo tan discretos que no acertaron a compararse sino a sí mismos.
25.  Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.
26. La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño ya es demasiado tarde.
Con afecto,
Rubén