martes, 9 de abril de 2019

Como cada jueves:No tire la esponja



Como cada jueves

 




RICARDO BLUME
Artículos periodísticos
(Esta es la recopilación de algunos artículos publicados en el diario El Comercio  de Lima Perú entre 1981 y 1988)
No tire la esponja

Lo que se ve, oye, y se lee casi siempre es desalentador. Esta uno a punto de claudicar, sintiéndose un poco’groggy’, al borde de tirar la esponja y pedir pita y chepa.
La horrible frase, sin salida y sin esperanza: Esto no lo arregla nadie, está casi siempre a flor de labios, cuando uno ve lo que ve, oye lo que oye y lee lo que lee.
Pero no hay mas remedio que sobreponerse, apoyarse en las cuerdas de este ring de la vida nacional, sacar fuerzas de flaqueza, tomar nuevos bríos, apretar la mandíbula y seguir la pelea.
Des_aliento es falta de aliento; aliento es respiración; y respirar es vivir.
Si mientras hay vida hay esperanza, mientras hay respiración hay vida. Desalentarse es morir.
El desaliento es una sensación moral, espiritual o del alma, como usted quiera.
Por lo tanto, un hombre desalentado es un muerto moral.
 Desde el punto de vista del  espiritu, una especie de vegetal.
Siempre he creído que la famosa frase de Raimondi (El Perú es un mendigo sentado sobre un banco de oro) no tiene un sentido directo y literal: que vivimos como mendigos teniendo una riqueza mineral incalculable.
La interpreto de otra manera: somos un mendigo porque estamos sentados.
Cuando nos pongamos de pie, descubriremos el banco de oro de nuestras posibilidades como nación, como un conjunto de seres humanos. Seremos mendigos o viviremos como mendigos o pareceremos mendigos mientras permanezcamos sentados esperando que alguien haga por nosotros lo que solo a nosotros corresponde hacer. ¿Qué es esto que no lo arregla nadie?
Esto lo arreglamos nosotros. Tenemos que arreglarlo nosotros. Nada más y nada menos que nosotros. Jalando todos juntos para un mismo lado. ¿Pero cómo? ¿Por dónde empezar?
Todo recorrido por largo que sea empieza por un primer paso.
Y en este recorrido nacional, ese primer paso es uno mismo. Cada uno de nosotros.
Porque si no empiezo por cambiar mi actitud, si no doy mi primer paso en una dirección,
 ¿De qué sirve pregonar a los cuatro vientos que hay que ponerse de pie?
Si usted ni yo somos líderes brillantes, con ideas geniales y renovadoras, capaces de arrastrar a todo un país a cambiar de actitud y a ponerse de pie, aferrémonos a ese viejo aforismo de la medicina que tanto me gusta: primero no perjudicar.
Si no se cómo curar al enfermo, por lo menos evito lo que creo le hace daño
¿Cuál sería una forma elemental de empezar a no perjudicar a la nación que somos todos?
Se me ocurre una muy simple: cumplir las leyes escrupulosamente. No solo esa ley general que nos constituye como nación, sino las leyes naturales de la convivencia humana,
Los reglamentos y normas que se han establecido para vivir en paz, orden y en libertad.
Empecemos por respetarlas a rajatabla, al pie de la letra, para ver si podemos contrarrestar a todos los que no las cumplen. Quizás empezar a cumplir estas pequeñas reglas, comenzar a dar los primeros pasos, en este  simple gateo de civilización, nos dé la sensación de estar haciendo algo por mejorar; que por lo menos no estamos perjudicando. Asi, por lo menos hoy, no nos dejaremos ganar por el desaliento, no llegaremos a tirar la esponja ni pronunciar la horrible frase: Esto no lo arregla nadie.
Si caemos en el des_aliento, en la des_esperanza, el  escepticismo o el ¡A mi que! entonces si estaremos irremediablemente perdidos. No tire la esponja. Confié en la fuerza que nos dará  la unión coordinada de todos jalando hacia un mismo lado.
Tal vez ni usted ni yo alcancemos a ver los frutos de esta semilla que hoy plantamos tan dolorosamente, al borde de la desesperanza, en medio de la incomprensión, el escepticismo, la burla o la indiferencia.
Pero con nosotros no se extingue la especie humana.
Tenemos la obligación moral de dejarle a los que vengan, un mundo menos sucio e inhabitable que el que nosotros recibimos. Levantémonos para poder encontrar el banco de oro de nuestras posibilidades como nación. Por favor no tire la esponja.
Lima, 3 de Febrero 1983

El Autor.

Nota del editor:
Este articulo  de Ricardo Blume dirigida a la nación a través de los lectores de El Comercio, es también una saludable reflexión para cada uno de nosotros, como individuos que sostenemos desafíos en nuestro devenir por la vida.
Con afecto,
Rubén
    




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