viernes, 31 de mayo de 2019

Robert Koch y el bacilo de la tuberculosis


Robert Koch
 
Robert Koch, el padre de la microbiología médica moderna
Nobel de Fisiología y Medicina por descubrir las bacterias que producían la tuberculosis y el carbunco, sentó las bases de la bacteriología junto a Louis Pasteur

A mediados del siglo XIX, la esperanza de vida tenía su límite mucho antes de alcanzar la vejez, y no pocas enfermedades que hoy ni tan siquiera sufrimos por prevenirlas con una vacuna eran sinónimo de muerte. El científico alemán Robert Koch contribuyó de una forma tan decisiva al estudio de las enfermedades que se le considera el padre de la microbiología médica moderna y de la bacteriología junto al famoso Louis Pasteur a pesar de los pocos recursos con los que lo logró.
Con descubrimientos tan cruciales como la identificación del germen que causa la tuberculosis no solo consiguió el Nobel de Fisiología y Medicina, sino que sus postulados, al lograr establecer los requisitos necesarios para probar que un determinado microbio es el causante de una enfermedad infecciosa, son aún hoy en día una pieza fundamental en las investigaciones actuales.
En una época en la que los patrones de la ciencia pasaron de ser una afición de laboratorio a una profesión, Robert Koch siempre tuvo muy clara su dedicación a las enfermedades infecciosas y por eso estableció que las bacterias son necesarias para nuestro cuerpo, pero algunas de ellas son causantes de enfermedades que pueden resultar mortales.
Robert Koch nació en Clausthal (en aquel tiempo Reino de Hannover) el 11 de diciembre de 1843. Era el tercer hijo de un total de once y mostró precocidad para aprender a leer gracias al manejo diario de los periódicos. Al igual que su padre, un técnico de minas, también tuvo siempre presente el deseo y la afición por viajar, lo que sin duda debió ayudarle después para conocer lugares entonces remotos de África e India para estudiar enfermedades y epidemias como la malaria y la peste.
Desde pequeño, Robert Koch sintió pasión por la naturaleza, especialmente por los animales, así que al acabar la escuela, siempre con buenas notas por su dedicación y gusto por el estudio, se matriculó en la Universidad de Göttingen para realizar la carrera de Medicina y allí se interesó por la Microbiología. Siempre como alumno modelo, aprendió que las enfermedades infecciosas pueden ser causadas por organismos vivos, las bacterias, y desde aquel momento se convirtió en amigo inseparable del microscopio.
Después de obtener su título, se trasladó a Berlín para estudiar Química, y más tarde completó su formación con unas prácticas en el Hospital General de Hamburgo. Sin embargo, cuando el joven Robert Koch comenzó a ejercer la medicina privada se dio cuenta de que sus conocimientos eran insuficientes e impotentes contra las enfermedades epidémicas que tantas vidas dejaban en el camino, así que decidió empezar a estudiar los gérmenes responsables de esas enfermedades.
Sus primeros estudios se centraron en el bacilo de carbunco (ántrax), ya que fue testigo de una epidemia que arrasó cientos de cabezas de ganado. En su pequeño laboratorio, Robert Koch realizó diversos experimentos para demostrar que el bacilo de ántrax causaba la enfermedad que infectaba al ganado y que estas bacterias eran capaces de reproducirse incluso sin contacto directo con el animal.
Inventó métodos para extraer el bacilo de las muestras de sangre y hacerlo crecer en cultivos puros. Asimismo, descubrió que, mientras que era incapaz de sobrevivir durante periodos largos en el exterior del ser vivo, el bacilo podía crear endosporas que sí podían hacerlo.
 Esas endosporas, incrustadas en el suelo, eran la causa de los inexplicables brotes espontáneos de ántrax. Koch publicó sus descubrimientos en 1876 y fue premiado con un trabajo en la Oficina Imperial de Sanidad en Berlín en 1880. Un año después, en 1881, promovió la esterilización de los instrumentos quirúrgicos mediante el calor.
En los ambientes científicos de la época, el descubrimiento de Koch fue realmente una revelación y significó una revolución a partir de ese momento, ya que el médico alemán no disponía, ni mucho menos, de un laboratorio equipado para este tipo de experimentos. Gracias a sus intuiciones, otros estudiosos e investigadores posteriores pudieron seguir sus pasos y profundizar sus estudios.
En 1885 fue nombrado profesor de Higiene en la Universidad de Berlín y en 1891 se convirtió en profesor honorario de la Facultad de Medicina y director del Instituto Prusiano de Enfermedades Infecciosas (renombrado como Instituto Robert Koch en su honor), aunque renunció al cargo en 1904.
Robert Koch es más recordado por el descubrimiento de la bacteria responsable de la tuberculosis (también llamada Bacilo de Koch), al igual que identificó la sustancia que actúa como remedio de la enfermedad, la denominada tuberculina.
Otro influyente biólogo de su época, Rudolf Virchow, se opuso a las investigaciones de Koch al afirmar que las enfermedades son debidas casi exclusivamente al mal funcionamiento de las propias células del enfermo. Esta rivalidad científica se mezcló con recelos y envidias sobre las condiciones profesionales y académicas y la preparación de cada uno. Otra conclusión de Koch, completamente probada hoy en día, fue que la tuberculosis humana y la bovina son producidas por gérmenes diferentes, lo que también desató múltiples críticas y gran oposición cuando en 1901 la comunicó en el Congreso Médico Internacional sobre Tuberculosis en Londres.
Tres años más tarde se dedicó al estudio de la vibrio cólera, otra enfermedad que en ese momento era también muy contagiosa y con un elevado porcentaje letal.
 Las conclusiones del investigador alemán en el campo de la epidemiología allanaron el camino para el reconocimiento oficial y a nivel mundial, que tuvo lugar en 1905 con la entrega del Premio Nobel de Medicina y Fisiología.
Robert Koch también realizó algunos viajes a Egipto, Sudáfrica, Rhodesia e India para llevar a cabo experimentos sobre algunas enfermedades que afectaban al ganado y también trabajó mucho en la malaria, una enfermedad relativamente nueva en aquellos años y a la que logró aportar gran cantidad de información.
Tan importante como su trabajo en la tuberculosis, por el que fue galardonado con el Nobel, son los Postulados de Koch, que afirman que para establecer que un organismo sea la causa de una enfermedad, este debe estar presente en todos los casos en los que se examine la enfermedad y ausente en organismos sanos; debe poder ser preparado y mantenido en un cultivo puro; tener la capacidad de producir la infección original después de varias generaciones en un cultivo y, por último, debe poder inocularse en animales y ser cultivado de nuevo.

Gracias a las investigaciones de Robert Koch, y sobre todo a sus métodos, tanto sus alumnos como sus pupilos descubrieron los organismos responsables de la difteria, el tifus, la neumonía, la gonorrea, la meningitis cerebroespinal, la lepra, la peste pulmonar, el tétanos y la sífilis, entre otros.
A principios de 1910, Robert Koch cayó enfermo y murió en Baden-Baden el de 27 de mayo de 1910 de un ataque al corazón cuando tenía 66 años.
El legado de Koch continúa vigente tanto en los métodos de investigación como en las pautas para determinar las enfermedades gracias a la profesionalización con la que dotó a una ciencia aún incipiente a mediados del siglo XIX.
Con afecto,
Ruben

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