martes, 17 de agosto de 2021

Juan Manuel Fangio

 Juan Manuel Fangio




 

«Hay que intentar ser el mejor, pero nunca creerse el mejor.»

Fuente: Mi Buenos Aires Querido.com

Juan Manuel Fangio nació el 24 de junio de 1911 en Balcarce, provincia de Buenos Aires, Argentina. Hijo de una familia humilde de inmigrantes italianos, trabajaba de joven en un taller mecánico. Además de los automóviles, su otra pasión era jugar al fútbol, lo que le valió el sobrenombre «El Chueco» que permanecería a lo largo de su vida.

Su primera carrera fue en el año 1934. El simple hecho de haber salido vivo ya lo convertía en un campeón, teniendo en cuenta que los circuitos argentinos en esa época eran muy precarios y peligrosos. Pero Fangio demostró ser un persistente luchador y se consagró dos veces Campeón Nacional Argentino (en 1940 y en 1941). Tenía mucha esperanza de irse a Europa en busca de glorias aún mayores, pero la Segunda Guerra Mundial hizo que postergara sus sueños.

 

En 1947, fue finalmente mandado a Europa con el auxilio financiero del gobierno de Perón.


 Allí, Juan Manuel Fangio pudo demostrar al mundo toda su habilidad. Contrastando con su figura tímida y su voz baja, al ponerse detrás del volante se convertía en un piloto excepcional, como nunca se había visto antes.

A mediados de 1950, cuando tuvo inicio la era moderna del Gran Prix con el debut de la Fórmula 1, Fangio pilotaba para Alfa Romeo. Ese año terminó en segundo lugar, pero luego ganó su primer campeonato mundial en 1951. En 1952, sufrió un grave accidente con un Maserati en Monza, Italia, cuando se fracturó el cuello y tuvo que mantenerse alejado de las pistas por casi dos temporadas.

En 1954, se pasó de Maserati a Mercedes, lo que lo ayudó a conquistar su segundo título mundial, acaparando siempre las pole positions y ganando 6 de las 8 carreras del campeonato


 

 

. Al año siguiente, nuevamente con Mercedes, conquistó su tercer título mundial. Formaba una dupla sensacional con el compañero inglés Sterling Moss.

Hasta que un día sobrevino Le Mans. Juan Manuel Fangio se involucró sólo indirectamente en el accidente que provocó la muerte de 81 espectadores en 1955. De cualquier modo, el evento marcó un punto de inflexión en su carrera. Mercedes se retiró del automovilismo y había un riesgo real de que los gobiernos europeos terminaran con la Fórmula 1 a causa de la tragedia.

Tras cambiarse a Ferrari en 1956, Fangio restauró la gloria de la F1, logrando 6 pole positions en 7 carreras y ganando 3 de ellas (en las otras 4 quedó en segundo) para reclamar su cuarto, y quizás mejor, campeonato mundial.

En 1957, dejó a Ferrari para volver a Maserati, conquistando el quinto título mundial con performances extraordinarias. En el circuito alemán de Nürburgring y tripulando un liviano Maserati 250F, tras un problema en el reabastecimiento tuvo que avanzar rápidamente desde atrás y faltando una vuelta logró pasar las dos Ferraris oficiales ante el asombro del público y de sus rivales por su virtuosismo. Eso le valió el premio anual de la Academia Francesa de Deportes como autor de la más sobresaliente hazaña deportiva del mundo.

En febrero de 1958, cuando Juan Manuel Fangio se encontraba en la Habana para correr el Grand Prix de Cuba, fue secuestrado a punta de pistola por miembros de la guerrilla de Fidel Castro y del Che Guevara, quienes pretendían llamar la atención y difundir los ideales revolucionarios. Aunque estuvo capturado por 29 horas, Fangio fue bien tratado por los secuestradores y nunca les guardó rencor porque creía que todo había sido por una causa noble.

Luego del Grand Prix de Francia de 1958, Juan Manuel Fangio se retiró del automovilismo, ya sin tener que probar nada a nadie, diciendo solamente «Se terminó». Volvió a su garage con la conciencia de haber salvado la Fórmula 1 pos Le Mans y de haber establecido un estándar de excelencia y dominio de la máquina que probablemente nunca serán igualados. Falleció tranquilamente el 17 de julio de 1995 a los 84 años. De todos los pilotos que lo han sucedido, eligió a Jim Clark y a Ayrton Senna como los que más se han acercado a sus habilidades.



 

Fangio se refería al automovilismo bajo una doble óptica: como una ciencia que demandaba un estudio exhaustivo y a la vez como un arte que debía ser cuidado como tal; solía hacer comparaciones con la pintura y la música.

Con afecto,

 

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