miércoles, 5 de diciembre de 2018

Como cada jueves:El enemigo es la ignorancia



Como cada jueves
RICARDO BLUME
Artículos periodísticos
(Esta es la recopilación de algunos artículos publicados en el diario El Comercio  de Lima Perú entre 1981 y 1988)
Como cada jueves

Ricardo Blume

RICARDO BLUME
Artículos periodísticos
(Esta es la recopilación de algunos artículos publicados en el diario El Comercio  de Lima Perú entre 1981 y 1988)
El enemigo es la ignorancia
Todo lo  mío llevo conmigo cuentan que dijo el sabio Bias,  cuando sus conciudadanos amenazados por el ejercito de Ciro abandonaban la ciudad  cargados con todas sus riquezas y se admiraban de que el filosofo no llevara nada consigo.
El saber no ocupa lugar _ dice la voz popular. La sabiduría, es pues la mayor riqueza.
 Se lleva por dentro como el verdadero luto, no incomoda, no pesa, no estorba y nadie puede robarla porque es inmaterial. El conocimiento arroja luz, quita las vendas de los ojos, aclara el panorama, libera las ataduras que nos pone el terror a lo desconocido y facilita el movimiento hacia la solución de los problemas que cotidianamente acarrea vivir. La ignorancia es la ceguera del entendimiento, la torpeza en el desplazamiento, el tropezón a cada paso, la parálisis o el exabrupto, el manotazo en el vacío o a tontas y a locas, el ser humano convertido en la gallina ciega, sin acertar una, con la agresividad del inseguro, del que no sabe que terreno pisa ni qué clase  de oscuro laberinto anda metido. Si hay un bien deseable es el conocimiento, el hágase la luz, la posibilidad de resolver  el problema, de salir del atolladero que inevitablemente caemos por tratar de seguir huellas borrosas de viajeros anteriores en este incierto recorrido.  
_No es por aquí, es por allá_ decimos gateando, manoteando, desconcertados en la oscuridad, como en la famosa pieza de de Ionesco. Se hace camino al andar  _dice el   poeta Machado; invitándonos a ponernos de pie, a buscar nuevos caminos, a ser audaces y decididos.  Pero claro, teniendo bien abiertos los ojos, a la luz del día, con una cierta noción hacia dónde vamos, o al menos, hacia donde creemos que queremos ir.
Si hay un enemigo que combatir a diestra y siniestra, sin tregua ni cuartel, es la ignorancia, que al fin y al cabo, es la causante de todos nuestros males, resbalones, tropezones y mal entendidos.
El día que el maestro, el filosofo, el sabio sea el hombre más respetado sobre la faz de la tierra; el día que haya más aulas que cuarteles y prisiones; el día utópico en que se compren más libros y cuadernos que armas y municiones…ese día la claridad del entendimiento propiciara el entendimiento entre los hombres y disipara las fuerzas oscuras que arrojan puñados de tierra a los ojos sencillos de la gente.
El dia que los medios de comunicación informen  verazmente, instruyan con amenidad, como quien no quiere la cosa _pero queriéndola! _sin pedanterías ni mayúsculas, entregan con ingenio e inteligencia y sin pro castidad; el día , en fin, que verdaderamente se pongan todos al servicio del hombre (de este país) y nos comuniquen unos con otros …ese día _que no verán mis ojos_ se habrá dado un paso saludable hacia el camino, la verdad y la luz.
Me dirán que chocheo, desvarió, peco  de ingenuidad, idealismo...o algo impublicable; que hay fuerzas subterráneas y transnacionales que operan en la sombra y mueven sigilosamente con supuestos y siniestros hilos.
Respondo con un viejo proverbio hindú  que acabo de inventar, y que suena a slogan o a maquinita de manifestación callejera: un hombre avisado, nunca será manipulado.
Para mí un hombre avisado es el que  está sobre aviso. O como dice el palabrario:
Prudente, discreto y sagaz. Gustan  mas en este caso,  esta última .la palabra.
El Autor.        17 Febrero 1983
Con afecto,
Rubén



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