Frases célebres de José Saramago que
te harán pensar
Fuente: Psicología
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José de Sousa Saramago (1922-2010) fue un afamado
escritor, periodista y ensayista portugués. En 1998 recibió el Premio Nobel de
Literatura. Hijo de una humilde familia portuguesa, su madre era analfabeta,
sin embargo, no quiso la misma suerte para su hijo y le regaló su primer libro
cuando era pequeño. Saramago comenzó a estudiar a los 12 años, pero por desgracia
no logró completar su formación debido a problemas económicos, teniendo que
ponerse a trabajar con quince años. La obra de José Saramago se caracterizó por
interrogar la historia de su país y las motivaciones humanas, siempre a través
de la ironía y al servicio de una aguda conciencia social.
Cada uno ve el mundo con los ojos que tiene, y los
ojos ven lo que quieren, los ojos hacen la diversidad del mundo y fabrican
maravillas, aunque sean de piedra, y las altas proas, aunque sean de ilusión.
Dos debilidades no hacen una debilidad mayor, hacen
una nueva fuerza.
El sentir humano es una especie de caleidoscopio
inestable.
Nos faltan todavía muchas palabras para que comencemos
a intentar decir quiénes somos y no siempre daremos con las que mejor lo
expliquen.
No es malo tener una ilusión, lo malo es ilusionarse.
Aquello que más le cuesta a un hombre es reconocer sus
debilidades y confesarlas.
La hora de las verdades terminó. Vivimos en el momento
de la mentira universal. Nunca se mintió tanto. Vivimos una mentira todos los
días.
Al igual que el hábito no hace al monje, el cetro no
hace al rey.
El triunfo nunca ha sido un objetivo para mí.
Se dice que el paisaje es un estado del alma, que el
paisaje de fuera lo vemos con los ojos de dentro.
La muerte está presente cada día de nuestras vidas. No
es que ello me produzca una fascinación morbosa, pero es una de las verdades de
la vida.
El barro es como las personas, necesita que lo traten
bien.
Básicamente, todo lo que necesitamos para decir lo que
somos y lo que estamos haciendo y la necesidad de dejar que se haga algo,
porque esta vida no es eterna y dejar que las cosas pueden ser una forma de
eternidad.
La vida se ríe de las previsiones.
La vida, sin embargo, tiene muchas cartas en la baraja
y no es infrecuente que las juegue cuando menos se espera.
Cuántas veces precisamos la vida entera para cambiar
de vida.
Es con lo que es con lo que tenemos que vivir, no con
lo que sería o podría haber sido.
En el paraíso no se requiere dinero, en el infierno
tampoco, en el purgatorio es donde se pagan las deudas con oraciones.
No es que sea pesimista, es que el mundo es pésimo.
Más tarde o más pronto las consecuencias caerán sobre
nuestras cabezas, De eso, amigos, nadie escapa en este mundo.
Los inocentes ya están acostumbrados a pagar por los
pecadores.
No sabemos lo que es ser infinitamente bueno. Sabemos
lo que es ser relativamente buena. Y sabemos que no podemos ser bueno toda la
vida y en todas las circunstancias. Nos hemos perdido mucho. Y luego
reconsiderado, lo cual no quiere decir que reconocemos públicamente.
El escritor es sólo un pobre diablo que trabaja.
Pienso que todos estamos ciegos; ciegos que pueden
ver, pero no miran…
Un hombre camina leguas y leguas durante una vida y de
ésas no aprovechó más que fatiga y heridas en los pies, cuando no en el alma, y
viene un día en que da apenas seis pasos y encuentra lo que buscaba.
La calma de las aguas profundas, apariencia y nada
mas.
El ser humano no recibió el don de la palabra para
ocultar sus pensamientos.
Yo no escribo por amor, sino por desasosiego; escribo
porque no me gusta el mundo donde estoy viviendo
La naturaleza humana está hecha de tan extraña manera,
que hasta los más sinceros y espontáneos movimientos del corazón pueden ser
inoportunos en ciertas circunstancias.
El destino nos espera siempre, por muy amargo que
pueda llegar a ser, y eso siempre se sabe cuando es demasiado tarde para
cambiar.
Si la literatura pudiera cambiar el mundo, ya lo
habría hecho
El trabajo que se hace soñando no deja obra hecha.
Exactamente como en la vida despierta, trabajas, trabajas y trabajas, y un día
despiertas de ese sueño o de esa pesadilla y te dicen que lo que has hecho no
sirve para nada.
Cualquiera ve la diferencia entre un adiós y un hasta
luego, y lo que yo vi fue un adiós…
El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no
sabía leer ni escribir
Dicen que el tiempo cura las heridas, pero nadie ha
vivido lo suficiente para probar dicha teoría.
Conocí gente del pueblo engañada por una Iglesia tan
cómplice como beneficiaria del poder del Estado y de los terratenientes
latifundistas, gente permanentemente vigilada por la policía, gente que durante
innumerables veces fue víctima inocente de las arbitrariedades de una justicia
falsa.
También el frío cuando nace es para todos, pero no
todos reciben en la espalda la misma porción.
Si uno, para que otro le guste, tuviera que esperar a
conocerlo, no le bastaría la vida entera.
Qué difícil es separarse de aquello que hemos hecho,
sea cosa o sueño, incluso cuando lo hemos destruido con nuestras propias manos.
El peor dolor no es el que se siente en el momento,
sino el que se siente más tarde cuando no hay nada que se pueda hacer.
Sin embargo, el silencio tiene, si le damos tiempo,
una virtud que aparentemente lo niega, la de obligar a hablar.
¿Qué clase de mundo es este que puede mandar máquinas
a Marte, pero queda impasible ante la masacre de seres humanos?
Disentir es uno de los derechos que le faltan a la
Declaración de los Derechos Humanos.
Cada uno es para lo que nació. Así como el colibrí no
puede soñar con el potente batir de las alas del albatros contra la violencia
del viento ni con el majestuoso aletear del águila real sobre los valles.
…Simplemente se le acabó la vida por haber esperado
demasiado.
Estamos destruyendo el planeta y el egoísmo de cada
generación no se molesta en preguntar cómo va a vivir los que vienen después.
Lo único que importa es el triunfo de hoy. Esto es lo que llamo la razón de la
ceguera.
Hasta una simple palabra sobra si es la vida la que
está cambiando.
Hay cosas que conviene no decir delante de un viejo si
no queremos que él se nos ría en la cara.
La edad nos trae una buena cosa que es una cosa mala,
nos calma, y las tentaciones, incluso las imperiosas, nos resultan menos
urgentes.
El caos no es más que el orden esperando ser
descifrado.
La democracia se ha convertido en un instrumento de
dominio del poder económico y no tiene ninguna capacidad de controlar los
abusos de este poder.
Señales y avisos son fáciles de interpretar si estamos
con los ojos abiertos.
Las conciencias permanecen en silencio más de lo que
deberían.
En nuestro interior hay algo que no tiene nombre, pero
eso es lo que somos.
La muerte es un proceso natural, casi inconsciente.
Entraré en la nada y me disolveré en ella
Ahora me gustaría que la vida me diese lo que nunca
recuerdo haber tenido, el sabor que realmente tiene.
Es el poder económico el que determina el poder
político, por lo que los gobiernos se convierten en títeres políticos del poder
económico.
Nuestra única defensa contra la muerte es el amor.
Mientras los pobres esperando el cielo están en la
tierra y en ella sufre, los ricos ya viven en el cielo estando en la tierra.
El principio. Puro engaño de inocentes y
desprevenidos, el principio nunca ha sido la punta nítida y precisa de un hilo,
el principio es un proceso lentísimo, demorado, que exige tiempo y paciencia
para percibir en qué dirección quiere ir, que tantea el camino como un ciego,
el principio es sólo el principio, lo hecho vale tanto como nada.
No utilicemos términos que muy probablemente sólo nos
perjudicarán en las alegaciones del juicio final.
Bien cierto es lo que dice el sabio, mientras no llega
tu última hora, todo puede ocurrir, no desesperes.
Espero morir como he vivido, respetándome a mí mismo
como condición para respetar a los demás y sin perder la idea de que el mundo
debe ser otro y no esta cosa infame
Las cosas funcional mal si les falta la caricia de la
piel humana.
Me parece absurdo, Es absurdo, pero ya es hora de
hacer algo absurdo en la vida.
Nunca se puede tener demasiado cuidado con las
palabras, ya que cambian de opinión igual de rápido que las personas.
El menor de los males de nuestra civilización es la
indiferencia y el mayor la violencia y ahora nos movemos inevitablemente entre
ambos polos negativos.
El dinero no siempre tiene el mismo valor, al
contrario de los hombres que siempre valen lo mismo, todo o nada.
Cada segundo que pasa es una puerta hacia el futuro.
Pero quizás sea más acertado decir que el futuro es inmenso vacío del cual se
nutre el eterno presente.
Sólo los pájaros vuelan, y los ángeles, y los hombres cuando
sueñan, pero en los sueños no hay firmeza.
Hasta que un día el futuro entendió que ya era hora de
manifestarse.
Con afecto,
Ruben
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