domingo, 4 de diciembre de 2011

Cuento: Mi Abuelo y Yo en Vietnam


Por: Rubén Vernal
Ruben Vernal
A mí me gustan las historias de aventuras, y mi abuelo Rubén lo sabe muy bien, y por eso se da un tiempo especial para escribirlas y enviármelas para que mi papi me las lea.
El tiene una manera especial de escribir sus cuentos, porque me los narra de tal manera, que me hace parecer como que yo he transitado por los lugares donde se desarrollan las aventuras, y por eso a veces le pregunto a mi papa de que cuando hemos estado en esos sitios, pero él me dice que solo son historias de la imaginación de mi abuelo.

El asunto comenzó cuando decidimos viajar a conocer un país que está en el continente de Asia que se llama Vietnam, y para esto teníamos que volar 11 horas en avión desde otro continente que se llama Australia, y que es el lugar donde vive mi abuelo. Hubiera sido fantástico si mi papa hubiera sido el piloto del avión, pero el vuela para otras partes del mundo, pero sé que en futuras aventuras mi papa volara el avión.
Mi mama tuvo que quedarse a cuidar a mis hermanos Andre e Ivana, porque recién han nacido, y Mauricio me dijo que se sentía un poco cansado para acompañarme, pero me prometió que iría con nosotros en una próxima aventura.
Así que no me quedo otra cosa que preparar mi mochila con mi ropa, la cual no fue mucha dado que el viaje seria corto.
Mi papa me llevo al aeropuerto, y como tenía que volar a Santiago de Chile, nos fuimos juntos    allá él me embarco en otro avión, que es un Boeing mucho más grande, el cual vuela a Sídney en Australia, y donde mi abuelo Rubén me estaba esperando en el aeropuerto. 
A mi papa este viaje no le hacía mucha gracia, ya que estaba preocupado por lo que viajaría solo por primera vez en mi vida en un vuelo tan largo; pero las azafatas me cuidarían bien. Por cierto que mi mama no tenía ni idea de la manera en que viajaba, porque de lo contrario si se enteraba,   mi papa la pasaría muy mal. En fin ya no había forma de arrepentirse porque yo ya estaba viajando a mil kilómetros de velocidad a una altura  de 4 mil metros de altura sobre un océano azul impresionante. Como estoy algo acostumbrado a viajar con mis papas, aproveche de comer y dormir bien después de ver mis películas preferidas y volví a ver ‘Madagascar’, que se trata de unos animales que se escapan de un zoológico de Nueva York y van a parar al África.

Fueron 12 largas horas hasta que aterrizamos en el aeropuerto de Nueva Zelandia, donde se cambio de tripulación, y a las dos horas salimos con destino a Sídney, y nos tomo menos de cuatro horas aterrizar en el aeropuerto de Sídney.
Mi abuelo y yo nos abrazamos con gran emoción, y yo le conté lo bueno que había resultado mi vuelo.
Enseguida mi abuelo Rubén me llevo a su casa y me dio el cuarto de mi tío Paco para que descansara.
Al día siguiente tomamos un súper desayuno con jamón y huevos, leche con cornflakes y frutas para mí  y tostadas con café negro para él.
En la tarde nos fuimos a comer comida hindú a un restaurante, luego regresamos a casa para descansar porque al día siguiente salíamos para Vietnam.
Legamos a la ciudad de Hanói y la verdad que a los dos nos sorprendió ver tanta gente en las calles


Luego nos fuimos a descansar al hotel previa cena y nos fuimos al cuarto, para ver por cable un partido de fútbol entre Manchester y Liverpool, pero ambos nos quedamos dormidos, y yo me desperté  y apague la TV.
En la mañana nos despertaron temprano los del hotel y  nos desayunamos con un bufete vietnamés y nos fuimos en un auto a conocer la famosa bahía de Halong, la cual nos gusto mucho



Luego en un bote a motor nos llevaron a conocer las cuevas, pero para llegar a ellas tuvimos que llegar a un muelle y de allí subir como cien metros por un camino de piedra, para que una vez a la entrada de las cuevas teníamos ahora  que bajar por otro camino también  de piedras hasta descender al fondo de las cuevas que estaban alumbradas con unas linternas a los costados para poder ver bien, aunque la luz  del día penetraba suavemente.




También disfrutamos viendo a varios grupos de monos que viven en esos islotes. Luego regresamos a Hanói ya de noche  y nos fuimos a dormir porque al día siguiente salíamos  en ómnibus para recorrer otras zonas del país.

Halong Bay

La levantada en la mañana fue brava, pero otro desayunazo nos devolvió las fuerzas y el ánimo y dejamos el hotel y nos fuimos al encuentro del ómnibus.



Nos dirigimos ahora al sur de Vietnam para visitar Danang y Hoian y por el camino vimos que la gente de Vietnam siembra mucho arroz y nos dijeron que pronto serian los segundos productores del mundo

Llegamos a Hoian para visitar las ruinas que tienen una antigüedad de 2 mil años, y como se ve en la foto, caminamos entre las ruinas que son varias; el calor era sofocante por lo que  llevamos en las mochilas varias botellas de agua.
Pero no todo no  resultaría bonito, porque el guía del lugar nos dijo que en
Esos bosques
 


Abundaban fieras salvajes como tigres, osos, serpientes, arañas venenosas y otras especies salvajes;

 Así que para prevenir de estos peligros a los turistas se había construido unos muros que sostenían unas redes metálicas para evitar que los animales salvajes ingresaran a las ruinas.
Así que nosotros confiados por esto nos adentramos más de lo debido en el bosque, y de repente escuchamos un ruido ensordecedor como si algo muy pesado estaría derribando la maleza del bosque y rompiendo las ramas de los árboles, y eran  varios animales que rugían y alcanzamos a ver de lejos que eran cerca de diez osos que corrían entre el bosque y a una distancia de cien  metros corrían también unos tigres hermosos, y parecía que huían de algo, así que como no nos habían visto, corrimos lo más rápido que podíamos regresando entre las ruinas y nos pusimos a salvo, y ya entre la gente del lugar les  contamos nuestra experiencia, pero no nos creyeron. De regreso en la camioneta me puse a pensar que lo que nos había pasado era real y peligroso y me vino a la mente la película de dinosaurios de Jarasic Park
Merecíamos ahora ir al hotel para tener un rica cena y dormir porque al día siguiente volábamos con destino a Ho Chi Minh que es la capital de Vietnam para visitar los Cuchi  túneles y navegar por el Delta del Mekong.




Llegamos de nuestro vuelo a Saigón que es el nombre antiguo y que hoy es Ho Chi Minh, y nos fuimos a visitar los famosos túneles que los vietnameses construyeron bajo tierra durante la guerra que tuvieron contra los americanos en 1963 Y un guía  nos mostró lo estrecho que eran, como se  ve  en una de las fotos más adelante

Antes de continuar  es bueno conocer que estos túneles originalmente fueron hechos con el propósito de pelear con los franceses que ocuparon el país por 100 años; luego después durante la guerra con US construyeron nuevos túneles  en un número  mayor de quinientos, justo en el área que ocupaban las bases militares americanas.
Pero nosotros no podíamos irnos de ese histórico lugar sin entrar a uno de los túneles originales pero permitidos para que los turistas lo visiten, ya que era más espacioso y no tan estrecho de acuerdo a la contextura de los pequeños vietnameses. Así que nos animamos a entrar a dicho túnel.



Este que el guía muestra es un clásico túnel, pero Thiago y yo entramos a este otro


 Y que una amiga aparece mostrándolo porque nosotros no tomamos ninguna foto porque más estábamos preocupados por lo estrecho del túnel, y en especial yo por ser algo alto.
Pues bien nos metimos al túnel y tú ibas adelante y yo te seguía como podía, hasta que en una parte estrecha del túnel me atasque  y no daba ni para adelante ni para atrás. Te llame! Thiago!, regresa!! Así que tú me ayudaste a calmarme y con cuidado pude  doblarme más y continuamos avanzando hasta el final y pudimos salir.

Después regresamos a Saigón y descansamos en un lindo hotel ya que nos quedaba todavía la última de nuestro recorrido por este extraño país, y que era visitar el famoso Delta del Mekong.
Alquilamos un auto porque hasta  allá nos tomaría tres horas. Luego de parar para comer algo llegamos al lugar y nos subimos a un pequeño bote para visitar las diferentes islas que conforma el Rió Mekong., y que es el gran delta  porque más adelante desemboca al océano pacifico.


Así como se ve en la foto Thiago y yo nos fuimos flotando por este tranquilo rió y visitamos unas islas donde la gente nos vendía dulces de coco, frutas exóticas como una que se llama fruta dragón.
Después entramos al propio Delta.




Y aquí es cuando nos descuidamos, y por movernos mal perdimos el balance y la canoa  se volteo y nos caímos al agua, hundiéndonos hasta medio fondo del rió pero. Gracias a mi experiencia de ex buceador y tú gracias a tus  clases de natación, pudimos salir librados de este tremendo percance, porque yo te retuve siempre en la superficie y tú flotabas de lo más bien.

Como este río  es como una especie de calle pero en el agua, a los minutos aparecieron otros botes los cuáles nos ayudaron a salir del agua y nos llevaron  de regreso al muelle.

Aliviados de este percance nos llevaron donde unos isleños, quienes nos dieron unas batas, mientras se secaban nuestras ropas. Luego yo fui al puerto donde había dejado todas nuestras pertenencias, y regresamos muy contentos a Saigón, después de haber superado estos ‘pequeños’ percances.
Al día siguiente te embarque en un vuelo directo a Madrid para que te encuentres con tu papa allá y el te estaría esperando en el aeropuerto, para que regresen a casa juntos, mientras yo agarraba un vuelo con destino a Sídney.
Así terminaron nuestras aventuras en Vietnam, y empezaron los problemas de tu papa para explicarle y convencer  a tu mama que tú conmigo siempre estarás seguro.
Ya en casa empecé a  imaginarme lo lindo que será nuestra próxima aventura por ahora sin saber donde será.







Me acorde de esa persona trabajadora que vimos  en las calles de Hanói
Y me dio gusto haber visitado contigo esta gran nación.


Te quiero mucho.
Tu compañero de aventuras.

Tu abuelo Rubén.
Con afecto,
Ruben